Un nutricionista confirma la eterna duda: qué engorda más, la cerveza o el tinto de verano

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, los hábitos alimenticios cambian para adaptarse al calor. Durante esta temporada, se prefieren alimentos frescos como frutas y sopas frías, y se busca mayor consumo de bebidas refrescantes. Entre las opciones más populares en los bares están el tinto de verano y la cerveza, dos bebidas alcohólicas que suelen ser consumidas para mitigar la sed. El tinto de verano, preparado con vino tinto y refresco azucarado, puede llegar a tener hasta 120 calorías por jarra, dependiendo del contenido de azúcar y alcohol. Aunque el tinto de verano aporta polifenoles beneficiosos para la salud cardiovascular, su combinación de calorías y azúcar no es favorable para el control del peso.

Por otro lado, la cerveza tiene aproximadamente 85 calorías por 330 ml, y aunque contiene menos calorías que el tinto de verano, su mayor consumo en comparación con el tinto puede llevar a una ingesta calórica similar o superior. La cerveza también proporciona minerales y vitaminas del grupo B, pero el consumo excesivo puede contrarrestar estos beneficios. Para opciones más saludables, se recomienda preparar bebidas caseras y evitar aquellas que contienen altos niveles de azúcares añadidos.

El gran dilema del verano: cerveza o tinto de verano

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, las terrazas y chiringuitos se llenan de personas que buscan refrescarse con bebidas como el tinto de verano y la cerveza. En este contexto, el nutricionista Pablo Ojeda ha analizado cuál de estas dos opciones engorda más. Ojeda advierte que ninguna cantidad de alcohol es segura, pero es interesante conocer las diferencias calóricas entre estas bebidas.

El tinto de verano, especialmente cuando se prepara con gaseosa blanca, es relativamente bajo en calorías. Según Ojeda, esta combinación tiene aproximadamente 100 calorías por vaso, ya que la gaseosa blanca añade volumen sin aportar muchas calorías.

Por otro lado, una cerveza de 250 mililitros contiene entre 100 y 105 calorías, en función de su graduación alcohólica. La cerveza sin alcohol es aún más ligera, con alrededor de 60 calorías por botella. A pesar de la proximidad en calorías, el tinto de verano suele ser menos alcohólico y más diluido, lo que puede llevar a un consumo menor en comparación con la cerveza.

En lo que respecta a la cerveza, el consumo de dos o tres cervezas diarias puede sumar entre 400 y 600 calorías adicionales, lo que puede dificultar la pérdida de peso, tal y como ha explicado en un programa de La Sexta. Por lo tanto, recomienda considerar alternativas más saludables, como agua, tés fríos, limonadas naturales o zumos de frutas y verduras, para mantenerse hidratado sin las calorías adicionales del alcohol o las bebidas azucaradas.

Cerveza

La cerveza, una de las bebidas alcohólicas más consumidas en España, es conocida tanto por su popularidad como por la reputación de causar la «barriga cervecera». Elaborada con agua, cebada, levadura y lúpulo, su historia se remonta al año 4000 a.C. en Mesopotamia, donde era considerada una bebida para las clases populares. Su proceso de fabricación incluye maltear la cebada, macerarla, filtrar y hervir el mosto con lúpulo, fermentarlo con levadura y madurarlo antes de envasar.

Pablo Ojeda, en el programa Las Mañanas KISS, ha abordado la preocupación sobre el impacto de la cerveza en la dieta. Una lata de cerveza de 330 mililitros contiene aproximadamente 200 calorías, por lo que consumir tres latas diarias suma alrededor de 600 calorías adicionales, lo cual puede dificultar la pérdida de peso.

Sin embargo, en comparación con otras bebidas alcohólicas, la cerveza no es la más calórica. Por ejemplo, el vino tiene unas 75 calorías por 100 mililitros, el gin tonic aproximadamente 180 calorías por 250 mililitros, y el whisky 110 calorías por 50 mililitros. Los destilados tienden a ser más calóricos que las bebidas fermentadas.

A pesar de sus calorías, la cerveza contiene vitaminas del grupo B, minerales como magnesio y calcio, fibra y antioxidantes. Algunos estudios sugieren que puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad al asociarse con momentos de disfrute. No obstante, el consumo de alcohol siempre debe ser moderado, y la opción más saludable es la cerveza sin alcohol, que tiene menos calorías que la tradicional.

Consejos para hidratarse

Para mantener una correcta hidratación, el agua debe ser la principal fuente de líquidos. Además del agua, se pueden consumir bebidas sin azúcar como el café, el té y las infusiones. Zumos naturales, sopas, caldos y productos lácteos bajos en grasa también contribuyen a la hidratación. Los refrescos y bebidas alcohólicas, aunque no son recomendables para la hidratación diaria, pueden consumirse con moderación.

Durante los días de calor extremo, es crucial aumentar el consumo de líquidos para prevenir la deshidratación, especialmente en niños, ancianos y personas con condiciones de salud crónicas. Se recomienda beber aproximadamente 10 vasos de líquidos al día, preferiblemente agua, y mantener una ingesta adecuada antes, durante y después del ejercicio. Es importante no esperar a tener sed para beber y elegir bebidas adecuadas según el estilo de vida y las condiciones ambientales.