Pierre Yovanovitch es uno de los diseñadores de interiores más cotizados del mundo. En realidad es arquitecto, pero su mundo es el interior, no el exterior. Pierre ya lleva tiempo decorando cotizados lugares, dejando su huella en espacios muy diferentes… Y lo va a seguir haciendo, aunque de una manera más especial. Pierre Yonavovitch estrena firma de mobiliario propia bajo la etiqueta made in France. Como él.
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Sus espacios efortless también van a poder ser los nuestros, porque vamos a poder disfrutar de sus muebles en casa. Muebles de gran calidad y belleza que conforman una colección de 45 piezas diferentes. Piezas que respirar sostenibilidad, calidad, belleza, ligereza…
No es la primera vez que el interiorista Pierre Yovanovitch diseña mobiliario. En su largo y extenso currículo encontramos lanzamientos de edición limitada para algunas galerías, piezas para clientes privados, alguna pequeña colaboración… El arquitecto ya tiene la suficiente experiencia en este terreno para saber qué quería transmitir en su propia marca, que llega por razones obvias. Como una evolución de su trayectoria laboral.
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¿Su inspiración en esta primera colección? El Art Decó -muy presente en Nueva York, ciudad en la que tiene base ahora mismo-, el Modernismo Americano, los bosques del norte de Europa y la Riviera Francesa, por nombrar cosas concretas. Aunque la colección respira un poco de todo y bebe también de su propia experiencia. También está presente La Provenza, ya que Pierre nació en Niza.
En esta colección encontramos mesas, lámparas, sofás, butacas, sillas… Y otros accesorios para decorar la casa. Todos ellos sofisticados pero sostenibles con el sello de los artesanos europeos que las fabrican. Porque todas estas piezas son únicas. Una colección que nace tras 20 años de experiencia en el interiorismo y tras muchos años creando su propio universo.
Este nuevo paso en la trayectoria de Pierre Yovanovitch llegaba con una exposición de sus 45 piezas en la Académie de l’Architecture de París. Aunque eso sí, este verano abrirá su primer showroom en un edificio del siglo XVIII de la capital francesa. No está mal.
