Mónica García castiga a los fumadores en exteriores: prohibirá fumar en terrazas y campus universitarios

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha decidido dar un nuevo giro de tuerca en su cruzada antitabaco, extendiendo las restricciones incluso a los espacios al aire libre, como los campus universitarios, terrazas, marquesinas de autobús o los vehículos de trabajo compartidos. En un movimiento que muchos ya tildan de inquisitorial, Sanidad sigue cercando a los fumadores,  incluso en lugares donde el humo difícilmente puede considerarse una amenaza real para la salud pública.

La nueva Ley Antitabaco que prepara el Gobierno no permitirá fumar en vehículos de uso laboral, en centros docentes, incluyendo los espacios al aire libre, como los patios de los institutos o los campos universitarios; además quedarán libres de humo las instalaciones deportivas, las piscinas de uso colectivo, las marquesinas de los autobuses y los exteriores de las salas de fiesta.

El texto, del que se sabía que pretendía ampliar los espacios libres a terrazas y eventos públicos, según ha afirmado la ministra, «está cerrado». «Prohibirá fumar en las terrazas porque es una medida que está avalada por la evidencia científica y por una amplia mayoría de la ciudadanía, incluidos muchos fumadores», ha anunciado.

Por otro lado, este miércoles el director general de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón, ha anunciado este miércoles que el empaquetado genérico estará incluido en la reforma de la Ley antitabaco, una medida que fue eliminada del proyecto de Real Decreto enviado a Bruselas para regular ciertos productos relacionados con el tabaco como cigarrillos electrónicos, productos a base de hierbas calentadas o bolsas de nicotina.

También los vapeadores

Según han confirmado fuentes del Ministerio, esta restricción afectará a cualquier vehículo laboral compartido, incluso si solo hay una persona en el momento del encendido del cigarro. En los campus universitarios, la medida pretende eliminar por completo el consumo de tabaco (y de dispositivos electrónicos como vapeadores), alineándose con políticas de salud ya implantadas en otros países europeos.

El objetivo es crear espacios libres de humo en entornos especialmente vulnerables o formativos, como lugares de estudio o trabajo, y reducir la normalización del consumo de tabaco entre los jóvenes, uno de los grupos donde más preocupa el repunte de los cigarrillos electrónicos.

Esta modificación será parte del nuevo Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, que también incluirá medidas fiscales, restricciones a la publicidad indirecta y nuevas advertencias en el empaquetado de productos. El Ejecutivo busca así cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y reducir la prevalencia de fumadores a menos del 5% en 2040.

La propuesta, que aún deberá pasar por trámite parlamentario y consulta pública, ya ha sido bien recibida por sociedades médicas y organizaciones de salud pública, aunque algunos sectores laborales piden claridad sobre su aplicación y sanciones, según ha afirmado la Cadena SER.