Agua

¿Es seguro y sostenible producir y consumir agua de mar desalada?

La Asociación Española de Desalación y Reutilización de Aguas (AEDyR) ha elaborado un documento defendiendo las ventajas de su actividad

Agua desalada
Interior de una planta desaladora
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El agua está siendo uno de los recursos naturales más cotizados, una situación que aumenta con los cada vez más frecuentes y acentuados períodos de sequía hacen que se busquen alternativas o se potencien otras existentes como producir o consumir agua de mar desalada.

El debate sobre si la desalación de agua de mar es un recurso sostenible que debe ser utilizado contra los cada vez más largos períodos de sequía está siempre encima de la mesa.

La búsqueda de soluciones en los territorios con costa se centra en la desalación de agua de mar y salobre, una opción que levanta muchos debates encontrados entre los que ven las desaladoras como una salida a la escasez de agua y los que la tildan como perjudicial para el medioambiente.

Decálogo a favor

En este contexto la Asociación Española de Desalación y Reutilización de Aguas (AEDyR), que agrupa a las diferentes empresas y colectivos de este sector en España, ha elaborado un documento en el que argumentan diez certezas sobre la desalación de agua y pretende desmontar falsos mitos que sobre este proceso se han mantenido en el tiempo.

La asociación defiende en su decálogo temas como los costes de desalación de agua de mar y salobre, el consumo de energía, su impacto ambiental, los distintos usos y la calidad de la misma. Como conclusiones afirman que «es un sistema adecuado para su uso como agua para abastecimiento, para riego agrario y para diversos usos industriales, ya sea como agua de servicio o como materia prima».

Cuánto cuesta desalar

AEDyR afirma que «el agua desalada no es cara. Actualmente, el coste de producir agua desalada procedente del mar oscila entre 0,5 y 1,0 euros por metro cúbico (1.000 litros)».

Acerca de los costes de desalar agua salobre, el dato aportado es aún más bajo: 0,3 y 0,5 euros. El agua salobre es la que se encuentra en zonas colindantes al mar y que contiene sal en su composición, aproximadamente más de 2 y hasta a 25 gramos de sal por litro.

En este cálculo, la asociación afirma incluir «la amortización de la infraestructura, la operación, el mantenimiento y la energía, que supone el mayor porcentaje de los costes. Si se traduce a litros, un litro de agua desalada cuesta entre 0,0003 y 0,0010 euros».

Consumo energético

También la defensa se centra en los consumos de energía, «la desalación no consume mucha energía. El consumo energético de una planta desaladora está actualmente en el entorno de los 3 kWh/m³, es decir, que se necesitan 0,003 kW para producir un litro de agua dulce».

Según cálculos de la propia AEDyR estas cifras de consumo significan que «el consumo de energía necesario para producir el agua desalada de mar para una familia de cuatro miembros durante un año es igual al consumo durante ese tiempo del refrigerador de esa familia».

Acerca de la emisión de CO₂, se explica que las plantas desaladoras no tienen ninguna emisión directa de gases a la atmósfera. Sí consumen energía eléctrica de la red eléctrica nacional y, por tanto, las emisiones de CO₂ dependen del porcentaje de energía renovable de la red eléctrica nacional.

Sostenibilidad y medioambiente

Centrándose en el ámbito ambiental, la entidad reseña que «la desalación no tiene un impacto relevante sobre el medio marino. Las evidencias y los estudios científicos demuestran que el vertido del concentrado de las desaladoras, conocido popularmente como salmuera, no tiene un impacto significativo en el medio marino».

Defiende que la dilución y los sistemas de difusión proyectados que utilizan las plantas desaladoras garantizan que, «a muy pocos metros del punto de vertido, el concentrado, no se distinga del agua de mar en términos de salinidad y calidad del agua».

Se destaca que existen múltiples formas de realizar este vertido para no afectar a las especies sensibles, como la selección de la zona más apropiada, el número y tipo de difusores, la velocidad y ángulo de salida a través del difusor, o la dilución previa con agua de mar.

Impacto ambiental

Así mismo, se explica que «todas las desaladoras de agua de mar cuentan con estrictos planes de vigilancia ambiental realizados por universidades y organismos independientes para garantizar la ausencia de impactos sobre el medio marino».

Aportan como dato que «existen evidencias de incremento de vida de especies sensibles a la calidad de las aguas en los vertidos de las desaladoras, debido al incremento de oxígeno en la zona, lo cual paradójicamente aumenta la pesca en el punto de vertido».

También resalta que es necesario tener en cuenta que el agua desalada, tras sus distintos usos (consumo humano, riego, industrial), acaba en el mar igual que el concentrado, «por lo que se trata de un ciclo cerrado».

Agua industria
El agua de mar desalada tiene distintos usos para las industrias

Solución a la sequía

En su decálogo, se abordan temas como la sostenibilidad, y la catalogan como una actividad que permite no utilizar recursos hídricos continentales, tierra adentro, tanto superficiales como subterráneos. «Así lo reconoce la Unión Europea, que ha incluido la desalación dentro de las actividades alineadas con la Taxonomía Verde Europea», argumentan desde AEDyR.

Aducen que «la desalación es una de las soluciones para la lucha contra la sequía y los efectos del cambio climático. La desalación de agua es una solución más y un complemento para resolver los problemas generados por la sequía y el estrés hídrico» y que no depende de la climatología.

Sin tóxicos al mar

Otro de los puntos que destacan los representantes del sector es que no existen componentes tóxicos en el concentrado de las desaladoras «es simplemente agua de mar que no ha pasado a través de las membranas de ósmosis inversa».

Las desaladoras producen aproximadamente 40-45 litros de agua dulce por cada 100 litros de agua de mar captada. Los 55-60 litros que no atraviesan las membranas de ósmosis inversa contienen la misma cantidad de sales que había en los 100 litros de agua de mar de partida.

El contenido en sales es el mismo, pero su concentración aumenta porque el volumen de agua es menor. Por ello, si el agua de mar contiene unos 38 gramos de sal en cada litro de agua, el concentrado pasará a 70 gramos de sal por litro. Aproximadamente dos cucharadas de sal por litro de agua.

Defienden desde AEDyR que «el concentrado no contiene ningún componente que no exista ya en el agua de mar y, además, no puede contener ningún elemento tóxico que se pueda adicionar durante el proceso», por normativa.

Tecnología puntera en España

Desde el sector se destaca que «el agua desalada se utiliza en agricultura e industria, además de su uso mayoritario como agua potable. Más del 21% del agua desalada que se produce en España se utiliza para la agricultura, lo que demuestra su viabilidad técnica y económica».

Además, sobre el sector señalan que «España es pionera y posee amplia experiencia y conocimiento sobre la construcción y manejo de desaladoras» y que el sector lleva construyendo desaladoras desde hace 60 años.

Muchas grandes plantas desaladoras españolas cuentan con las tecnologías más innovadoras para su funcionamiento y son visitadas con frecuencia por delegaciones de otros países que quieren conocer sus instalaciones y su experiencia.

Sabor y calidad

Acerca del sabor y  la calidad del agua desalada, desde AEDyR se califica como que «tiene buen sabor y excelente calidad» y que tiene el mismo contenido de sales que el agua potable.

«Al ser tratada con la tecnología de ósmosis inversa para la eliminación de las sales, esta barrera de filtración descarta cualquier tipo de contaminante, tanto químico como biológico (virus y bacterias), y también los contaminantes emergentes, garantizando así una calidad y seguridad extraordinarias», explican desde la entidad.

Otra de las especificaciones que se dan es que «tras su paso por las membranas de ósmosis inversa, el agua consta de tal pureza que se puede producir agua a la carta durante la remineralización, añadiendo aquellos nutrientes que sean necesarios según las recomendaciones de las autoridades sanitarias españolas, europeas y de la Organización Mundial de la Salud».