La guerra en Ucrania ha generado las mismas emisiones anuales de CO2 que cuatro países europeos
Un estudio internacional evalúa el impacto ambiental de los tres años de conflicto en Ucrania
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
La invasión rusa de Ucrania, que comenzó hace tres años, ya se ha cobrado miles de vidas y ha devastado el país, pero hay un dato que también preocupa, el de las emisiones de CO₂ generadas por el conflicto.
La guerra en este país europeo no tiene una estadística oficial de muertos y heridos, aunque el Wall Street Journal ha cuantificado que un millón de personas han muerto o han resultado heridas.
Pero los efectos sobre el medioambiente también son graves, a la destrucción del entorno, la voladura de embalses o la pérdida de biodiversidad se suma el de las emisiones de CO₂ que se están acumulando durante la contienda.
Las emisiones de la guerra
Los incendios repetidos, la destrucción de la presa de Kajovka en junio de 2023, o la contaminación de los cursos de agua en el verano de 2024 son los otros problemas, silenciosos y poco visibles, que Ucrania debe enfrentar a causa de esta guerra.
Un nuevo estudio recién publicado por la Iniciativa sobre Contabilidad de Gases de Efecto Invernadero de la Guerra, financiado parcialmente por el gobierno sueco y la Fundación Europea del Clima, y que cuenta con el apoyo de Ucrania, ha hecho las cuentas sobre las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
La suma de emisiones ha causado que se llegue a esta triste y preocupante cifra de 230 millones de toneladas equivalentes de CO₂ (MtCO2e) desde que comenzó la invasión el 23 de febrero de 2022.
Aumento de un 30%
Las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la guerra, la reconstrucción de edificios, los incendios, los daños a las infraestructuras energéticas y el desplazamiento de refugiados y de la aviación civil aumentaron un 30% o, lo que es lo mismo, 55 millones de toneladas de CO₂ equivalente durante el tercer año de la guerra.
«Las emisiones son el equivalente a las emisiones anuales de Austria, Hungría, la República Checa y Eslovaquia juntas o las emisiones anuales de 120 millones de automóviles de combustibles fósiles», describe el informe.
Según este nuevo estudio, entre las emisiones relacionadas se contabilizan las generadas por el sector militar, compuesto por vehículos pesados que consumen combustible, acero y hormigón utilizados para fortificaciones, etc. Estas emisiones son las que ocupan el primer lugar con 82 MtCO2e emitidas desde 2022. El segundo escalón lo ocupa la reconstrucción de infraestructuras y edificios dañados (62 MtCO2e).
Auge de los incendios
Los autores llaman la atención por el aumento de una tercera categoría que se está desarrollando a gran velocidad, la de las emisiones generadas por los incendios.
«Los incendios provocados por el combate han aumentado significativamente debido a condiciones secas inusuales, probablemente impulsadas por el calentamiento global», relatan los investigadores.
Mientras que en 2022 se quemaron 47.000 hectáreas de bosque, en 2023 29.000 hectáreas desaparecieron entre las llamas en 2024, 92.000 hectáreas que generaron 25,8 MtCO2e en 2024, más que las emisiones combinadas de 2022 y 2023 (22,9 MtCO2e).
Verano de 2024 seco
«El verano de 2024 fue mucho más seco que el promedio en Ucrania», afirma el estudio, lo que creó las condiciones ideales para que los incendios provocados por los combates comenzaran como pequeños incendios, antes de propagarse a áreas más grandes de manera descontrolada. La dificultad de operar para los bomberos en la zona de combate, aumentó también la propagación de los incendios.
Según el estudio, «el año 2024 es un ejemplo preocupante de cómo el cambio climático y los conflictos armados se refuerzan mutuamente, conduciendo a un mayor calentamiento global».
Responsabilidad legal de Rusia
El artículo resume la investigación que calcula las emisiones de carbono generadas desde que comenzó la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia hace tres años.
Sus autores especifican que el estudio se basa en un análisis y una modelización detallados que identifican únicamente las emisiones atribuibles a la guerra y sus impactos en Ucrania y Rusia.
En la primavera de 2025 se publicará una evaluación detallada, «que puede contener fuentes de emisiones adicionales que aún no se han tenido en cuenta».
El informe, de carácter preliminar, ahora incluye un análisis legal sobre cómo responsabilizar a Rusia por el daño climático causado y una sugerencia de cómo Ucrania puede reconstruirse de manera verde y sostenible.