El ex ministro Jordi Sevilla cuestiona el cierre nuclear calificándolo como «un grave error»
Considera "sensato y prudente es alargar la vida efectiva de las instalaciones"
Pide replantear la actual política nuclear del gobierno basándose en el contexto energético internacional y alargar diez años la vida útil de las nucleares
El ex ministro Jordi Sevilla ha sentenciado que «cerrar nuestros siete reactores nucleares de acuerdo al calendario previsto por el Gobierno (2027-2035) sería un grave error que debemos evitar».
Es la lapidaria frase con la que empieza el que fuera ministro de Administraciones Públicas del Gobierno de España entre 2004 y 2007 con José Luis Rodríguez Zapatero en el prólogo del documento Nucleares para consolidar una transición energética limpia impulsado por LLYC.
En el texto de Sevilla, titulado La nuclear: una energía limpia y necesaria, argumenta que este error colocaría a España como «el único país del mundo en hacerlo y nos colocaría en desventaja frente al resto de países que aspiran a duplicarlos».
«Sensatez y prudencia»
Jordi Sevilla, economista de formación, cuestiona seriamente en el documento el cierre y reclama la operación a largo plazo de los reactores existentes, considerando que «mantener en funcionamiento nuestro parque nuclear más allá de 2035 es, en la actualidad, una cuestión de sensatez y prudencia».
Apunta Sevilla que «de los 413 reactores que hay en funcionamiento en todo el mundo se contempla pasar a los casi mil en pocos años, empezando por las 59 plantas ya en construcción y las más de cien aprobadas para empezar las obras».
Así mismo, entre los argumentos destaca que en los últimos años, «la energía nuclear ha visto cómo variaba radicalmente la percepción social y política que de ella se tenía, hasta convertirse en un aliado imprescindible de las energías renovables en la lucha contra el cambio climático, ya que no emiten CO₂».
Revisar el calendario
En opinión de Jordi Sevilla, el evitar el cierre de las nucleares también serviría para reforzar la autonomía estratégica buscada por Europa, y evitaría «fenómenos como la subida del precio del gas ruso tras la invasión de Ucrania, y para mejorar la competitividad económica, porque garantiza un suministro eléctrico estable y barato».
En el contexto actual de búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles argumenta que «sólo será posible mediante la alianza de las energías renovables, la nuclear y las nuevas fuentes de energía no emisoras de CO₂ (hidrógeno…)».
Añade el ex ministro que es necesario revisar el calendario de cierre de las nucleares y «permitir que las actuales instalaciones puedan continuar operando otra década, siempre que se cumplan las medidas del Consejo de Seguridad Nuclear».
Petición de cambio de rumbo
Califica este cambio de rumbo en la política nuclear del actual gobierno como «un ejercicio de prudencia coherente con las decisiones que están adoptando el resto de países y entendible por la población española, que empieza a manifestar su temor porque el cierre signifique pérdida de puestos de trabajo y riqueza en amplias zonas del país».
El autor del texto considera «sensato y prudente» alargar la vida efectiva de las instalaciones y «revisar de forma drástica la carga impositiva para permitir que mantenerlas en funcionamiento vuelva a ser rentable para las empresas privadas dueñas de las mismas».
En su opinión, «recuperar la energía nuclear como una herramienta necesaria para España supondría estar a la altura de las necesidades del país, en una decisión de Estado que debería aprobarse en el Congreso de los Diputados a iniciativa del Gobierno».
Tres decisiones
Apunta Sevilla que para llevar una política de Estado en esta materia, sería necesario que España adoptara tres decisiones:
- Alargar diez años la vida activa de nuestras instalaciones nucleares, exigiendo las inversiones necesarias para, en su caso, seguir garantizando la máxima seguridad.
- Revertir la excesiva carga fiscal que actualmente soporta esta fuente de energía, estableciendo las condiciones que permitan su correcto funcionamiento, ofreciendo el beneficio debido a toda inversión privada.
- Definir las condiciones en que se autorizará la instalación de nuevos minireactores SMR.
Con estos tres puntos aportados en el documento por Sevilla se «alinearía a España a la nueva política energética europea y mundial, manteniendo empleo y el conocimiento acumulado en el sector, reforzando nuestra lucha contra el cambio climático, reduciendo nuestra dependencia energética exterior y evitando riesgos innecesarios en algo tan esencial como el suministro eléctrico».
Citando a Teresa Ribera
Al final del prólogo, el ex ministro refleja lo que reconoció Teresa Ribera como candidata española a vicepresidenta de la Comisión Europea en el cuestionario de idoneidad realizado por el Parlamento Europeo. En concreto, que el uso de la nuclear en Europa es necesario y los nuevos SMR «garantizan una sólida cadena de suministro».
Concluye Sevilla toda su argumentación enlazando con la reflexión de la actual vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera: «Si es necesario para Europa, ¿por qué no lo va a ser para España?».