Denuncian la tala masiva y expropiación de 100.000 olivos para construir una mega planta solar
Temen que la futura instalación de una fotovoltaica en terrenos de Jaén y Córdoba supondrá la desaparición del medio de sustento de decenas de familias
Denuncian la instalación de 5 plantas con capacidad de 254,98 MW y una extensión de 895 hectáreas, el equivalente a 895 campos de fútbol.
La instalación de fotovoltaicas en el medio rural sigue suscitando reacciones y acrecienta las protestas y el malestar de colectivos y plataformas de defensa del medio rural que denuncian la expropiación de terrenos en Jaén y Córdoba y la tala de sus 100.000 olivos para la construcción de una mega planta.
La organización SOS Rural ha advertido «del daño irreparable que supondrá la tala masiva de 100.000 olivos expropiados en Andalucía para construir una mega planta fotovoltaica».
Para distintos portavoces del medio rural se trata de un nuevo episodio de la lucha contra las multinacionales de la energía fotovoltaica en España, con los agricultores de Jaén y Córdoba movilizándose para defender sus tierras.
Expropiación forzosa
Bajo el lema Renovables sí, pero no así, los trabajadores del campo protestan contra una serie de macroproyectos que implican la expropiación forzosa de sus tierras y la tala de sus olivos, que han sido cultivados durante generaciones y son la base de su subsistencia.
El movimiento ciudadano en defensa del mundo rural se hace eco del drama que están viviendo los agricultores del Valle del Guadalquivir, y une fuerzas con la Plataforma Campiña Norte de Jaén y la Plataforma Stop Megaplantas Solares Alto Guadalquivir.
Los agricultores y vecinos del valle del Guadalquivir denuncian que las empresas promotoras están recurriendo a la fragmentación artificiosa de los proyectos fotovoltaicos, «rebajando de manera engañosa la potencia producida por cada planta por debajo de los 50 megavatios para eludir controles más exigentes de las administraciones», según explica SOS Rural.
Protestas contra Greenalia
El pasado 26 de septiembre, los vecinos y agricultores protestaron en Lopera (Jaén), agrupados en la Plataforma Campiña Norte de Jaén, contra la instalación de plantas solares.
En la concentración de los contrarios a estas instalaciones se podía leer «en defensa del olivar y de nuestro medio de vida. No queremos plantas solares… Greenalia fuera de nuestro término. ¡Ya!»
Especulación de las tierras
La plataforma apunta que la mayoría de los agricultores «se ven coaccionados a llegar a un acuerdo con las empresas promotoras, ya que es más ventajoso en términos económicos que la expropiación facilitada por la ley del sector eléctrico».
Otra organización, la Plataforma Campiña Norte de Jaén, advierte que «la gente tiene que conocer cómo actúan estas empresas: especulan con nuestras tierras, a los propietarios les ofrecen un arrendamiento anual a 30 años entre 1.000 y 1.500 euros por hectárea, y luego se lo revenden a fondos de inversión a 10.000 euros la hectárea, es decir, nos dan 10 veces menos que su valor real».
La plataforma añade que «cuando dentro de 30 años la empresa solar nos devuelva las tierras, nuestros hijos habrán tenido que emigrar para buscar trabajo, ya no podrán volver al pueblo y estas tierras habrán perdido la capacidad de ser productivas por el uso industrial que se les ha dado».
Lucha contra gigantes
Se da la circunstancia de que el movimiento liderado por plataformas como Campiña Norte de Jaén y Stop Megaplantas Solares Alto Guadalquivir luchan desde hace tiempo con los pocos recursos de los que disponen contra los gigantes energéticos que están alterando su entorno y destruyendo su ancestral forma de vida.
Resaltan que algunas mega plantas solares fotovoltaicas proyectadas en años anteriores en la Mancomunidad del Alto Guadalquivir de Córdoba no se llegaron a realizar en su primera ubicación gracias a la presión social ejercida desde plataformas vecinales, porque no se tuvo en cuenta el daño a zonas de cría de aves esteparias en peligro de extinción ni la oposición de los dueños de la tierra.
Los impulsores de estos movimientos se preguntan si «es justificable que la Administración Estatal o Autonómica expropie terrenos privados donde se producen alimentos para beneficio de empresas privadas».
Ordenación del territorio
Además, cuestionan a quién benefician las plantas solares, si «a la ciudadanía y a los vecinos o a un fondo de inversión con sede en terceros países».
Desde Stop Megaplantas Solares Alto Guadalquivir se pide que haya una ordenación del territorio para que no desaparezca el modo de vida de una comarca entera. «No se puede hacer una transición verde eliminando lo verde», sostienen los movilizados.
«Arrasar más de 400.000 olivos»
Explican que esta instalación solar proyectada «arrasará un olivar en plena producción de 100.000 olivos se sitúa entre los términos municipales de las poblaciones de Lopera, Arjona y Marmolejo, en la provincia de Jaén.
En concreto, denuncian y describen la instalación de 5 plantas con capacidad de 254,98 MW y una extensión de 895 hectáreas, el equivalente a 895 campos de fútbol.
SOS Rural explica que en estos momentos existen, entre proyecto y ejecución, 18 plantas más en la comarca de la Campiña Norte de Jaén, por lo que estaríamos hablando de una capacidad aproximada de 1GW más, lo que supondría 3.222 hectáreas más yla tala de 320.000 olivos más.
Además, defienden que «estos olivares llevan plantados varias generaciones y supone la base de la economía familiar de muchas familias de la zona afectada».
Menos aceite y menos empleo
Explica SOS Rural que «con el aceite de oliva por las nubes (a prácticamente 10 euros el litro), España está pasando de ser la huerta de Europa a la pila de Europa».
A la plataforma le resulta «incomprensible» que se vayan a destruir decenas de miles de olivos arrasando cultivos en el Valle del Guadalquivir, convirtiendo una de las tierras más fértiles de España en un valle lleno de placas de hierro y cristal.
Hablan de cifras que «son apabullantes», ya que, según informe elaborado por la Cooperativa Local La Loperana, cada 500 hectáreas y la tala de sus olivos se alcanzarían pérdidas en rentas por producción de aceite de 2.000.000 euros y 900.000 euros en jornadas de trabajo.
Sin control
«Pensar que familias de agricultores que llevan generaciones viviendo de sus olivos no tengan ningún poder de decisión sobre su medio de vida, es simplemente inaceptable y propio de países bananeros», denuncia SOS Rural.
SOS Rural lleva tiempo advirtiendo que la proliferación sin control ni orden de mega plantas en tierras de cultivo supone una amenaza para la población del medio rural, así como para el medio natural.
Consecuencias en la biodiversidad
Alertan de que el medio rural se ve alterado drásticamente de una forma irreversible, teniendo consecuencias en la biodiversidad de la zona y en el futuro de las generaciones venideras».
La entidad impulsó recientemente un estudio con GAD3, publicado hace un mes, sobre el impacto de las placas solares, en el que más de la mitad de los españoles (el 56%) se muestra contrario a la instalación de placas solares en suelo agrícola.
Siguen solicitando un marco normativo especifico que proteja las tierras de cultivo, advirtiendo que «España corre el riesgo de pasar de ser dependiente energéticamente a ser dependiente también alimentariamente».
«Con la instalación de placas, el suelo agrícola cambia de uso y se convierte en suelo industrial, transformando así un manto verde productor de alimentos en un mar de hierro y cristal», concluye SOS Rural.