Andalucía

Los ciervos de Doñana alcanzan al fin los valores de abundancia previos a la sequía de 2005

Desde 2014, la población de ciervos del Parque Nacional de Doñana se ha mantenido estable en torno a los 4.000 ejemplares, sin descender a pesar de la sequía

Ciervos en el Parque Nacional de Doñana (Foto: Rubén Olivares)
Ciervos en el Parque Nacional de Doñana (Foto: Rubén Olivares)
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La población de ciervos del Parque Nacional de Doñana ha alcanzado este año los valores de abundancia previos a la sequía de 2005, después de casi dos décadas de crecimiento progresivo, potenciado, principalmente, por las excelentes condiciones que ofrece la zona conocida como el Coto del Rey.

Estos datos suponen un alivio para el personal de ICTS-Doñana que realiza censos de la población de ciervos en primavera y otoño al declarar que «la población de ciervos de Doñana alcanza al fin los valores de abundancia previo a la sequía de 2005».

Así lo evidencian los últimos datos registrados por el Programa de Seguimiento de Procesos y Recursos Naturales, que realiza la ICTS Doñana (Infraestructura Científico-Técnica Singular de Doñana), según ha informado este viernes la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) .

Abundancia relativa

Los censos de este programa proporcionan una primera estimación de la abundancia relativa, el Índice Kilométrico de Abundancia (IKA), basada en el número de contactos por kilómetro, a partir de la cual el personal científico puede ajustar modelos estadísticos para calcular la densidad de la especie.

El IKA obtenido en el año 2023 para los ciervos en Doñana ha aumentado hasta 4,69 contactos/km, frente a una media de 2,74 en el periodo anterior 2004-2022; durante dicho periodo, la abundancia aumentó progresivamente durante la década que siguió a 2005 y son estables desde entonces, lo cual refleja que la población se ha estabilizado.

Tendencia a aumentar

Luis Santamaría, investigador científico de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), en la que lidera el Grupo de Ecología Espacial, explica que hay una tendencia continua a aumentar.

«En la sequía de 2005 la abundancia bajó mucho, pero desde entonces el ciervo se ha recuperado hasta alcanzar valores ligeramente más altos que al principio de la serie» detalla Santamaría.

Desde 2014, la población de ciervos del Parque Nacional de Doñana se ha mantenido estable en torno a los 4.000 ejemplares, sin descender a pesar de la sequía de los últimos dos años y medio, según datos del IREC y la ICTS Doñana, añaden desde EBD-CSIC.

Una finca con más pasto

La subida de la población de ciervos está probablemente potenciada por las excelentes condiciones que ofrece el Coto del Rey, una zona ubicada al norte de El Rocío y compuesta de bosque mediterráneo.

Como explica Francisco Carro, responsable del seguimiento de las poblaciones de ciervos en la ICTS Doñana: «En los censos de este otoño, esta finca registra un aumento significativo de la abundancia de ciervos, siendo seguramente la causa que no cuenta con ganado, por lo que hay más pasto y el ciervo tiene menos competencia».

En concreto, aquí es donde se ha detectado la segunda máxima abundancia de todos los recorridos anuales de otoño (25,5 contactos/km). Además, la especie aumenta en todos los transectos, especialmente en la Reserva Biológica de Doñana .

Estos valores reflejan tanto el aumento general de la especie como sus preferencias de uso de las diferentes fincas, ya que los animales pueden moverse entre ellas.

Ambiente menos productivo

Comparando con otras fincas de la península, las densidades de población de ciervos en Doñana son moderadas, «aunque en Doñana no hay depredadores ni explotaciones cinegéticas, el ambiente es menos productivo, ya que las zonas con pasto representan solo una fracción del Parque y los recursos que ofrecen se reparten con el ganado y otras especies de ungulados silvestres», ha indicado Santamaría.

Además, «la ausencia de depredadores que puedan regular la población hace aumentar el riesgo de que la población crezca por encima de la capacidad de carga de la vegetación, especialmente en años de sequía, lo que puede degradar los ecosistemas», ha añadido.

Por ello, es muy importante monitorizar el tamaño de la población y su impacto sobre la vegetación, para evaluar si es necesario regularlo.

Resiliencia de la vegetación

El proyecto Resilgraze se centra en desarrollar herramientas para estimar y comprobar cuánta comida hay para los ciervos (y otros herbívoros) usando imágenes de satélite y collares GPS y analizar la manera en que estos se mueven para buscar y explotar las zonas con más y mejor pasto. Por último, también se mide el impacto que estos tienen en la composición y la productividad de la vegetación.

El trabajo ya desarrollado muestra, por ejemplo, que la disponibilidad de distintos tipos de vegetación en Doñana ayuda a aumentar la resiliencia en años en que llueve poco o, incluso, cuando llueve demasiado.

Ungulados silvestres

Además, en fincas con densidades elevadas, el efecto del ganado sobre la vegetación es «mucho más severo» que la de los ciervos y los gamos. «Sin embargo, cuando hay densidades moderadas, «la presencia de ganado favorece a los ungulados silvestres, al seleccionar tipos de pasto de mejor calidad para éstos».

«Para ayudar a la regeneración de los árboles y arbustos nobles, el personal del Parque está teniendo que proteger las plantas jóvenes con vallados. Este método puede servir transitoriamente, pero no es una solución sostenible. Nuestra contribución es tratar de determinar cuál es el impacto de ambos tipos de herbívoros, silvestres y domésticos, y qué densidades son compatibles con la regeneración de la vegetación. Y cómo adaptar estos números a los cambios que ya están ocurriendo en el clima», señala Luis Santamaría.