Adiós a Casablanca, la última plataforma petrolífera en suelo español
El Consejo de Seguridad Nuclear informa favorablemente para el desmantelamiento de la instalación y el sellado de ocho pozos
La plataforma petrolífera Casablanca, la última en suelo español, ya tiene un informe favorable más para ser desmantelada tras recibir el visto bueno del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
La instalación petrolera, ubicada frente a la costa de Tarragona, propiedad de Repsol Investigaciones Petrolíferas S.A. (RIPSA), cesó su actividad en junio de 2021, dando fin al último emplazamiento español que explotaba este combustible fósil.
En una nota del CSN se detalla que el pleno «apreció favorablemente con límites y condiciones el plan de desmantelamiento parcial para el abandono de los pozos petrolíferos submarinos del activo Casablanca», a propuesta de RIPSA.
Sellado de ocho pozos
Este dictamen favorable llega tras la autorización de la Dirección General de Política Energética y Minas del gobierno español para abandonar definitivamente los ocho pozos petrolíferos vinculados a la plataforma Casablanca en noviembre de 2023.
El CSN detalla que «el proyecto contempla el sellado y abandono definitivo de los ocho pozos submarinos asociados a la plataforma marina de producción de hidrocarburos denominada Casablanca, ubicada a 44 kilómetros mar adentro frente a la costa de Tarragona».
El informe del CSN incluye, además, los límites y condiciones que el regulador establece a la propietaria «respecto a las propuestas de actuación de protección radiológica y vigilancia de las posibles exposiciones a la radiación natural presente en los materiales residuales que se generen del desmantelamiento».
2.000 barriles al día
La solicitud de desmantelamiento por parte de RIPSA fue presentada el pasado 25 de julio de 2023 para su apreciación favorable por parte del CSN. En 2021 el BOE publicó la resolución por la que Repsol disponía de cinco años para sellar y abandonar definitivamente los ocho pozos, que se encuentran sin producir y con las válvulas cerradas a la espera del abandono desde el 15 de junio de 2021.
Casablanca era hasta el 2021 la única plataforma petrolífera activa en España, una instalación que entró en funcionamiento en 1981 y era uno de los 10 proyectos estratégicos de Repsol entonces.
La concesión de explotación de hidrocarburos Casablanca, que en 2018 producía aproximadamente 2.000 barriles al día, fue otorgada el 27 de diciembre de 1978 por un periodo de treinta años y el 17 de marzo de 2009 se otorgó la primera prórroga.
A 42 kilómetros de la refinería
Casablanca-11, Casablanca-12, Rodaballo-1, Montanazo D-5, Lubina-1, Chipirón-1, Chipirón NE y Chipirón S son los ocho pozos que Repsol mantenía abiertos hasta entonces.
El 6 de junio de 1964 saltó el primer chorro de petróleo de uno de los cien agujeros que se llevaban realizando 34 días en la zona que en los años sesenta del pasado siglo pasó a ser conocida como «el Texas español».
Una historia que tocó fin en febrero de 2017, cuando el Gobierno denegó la solicitud de una prórroga de diez años solicitada por la empresa adjudicataria CPS.
Desde principios de los 80, había llegado a tener hasta catorce en producción, en diferentes fases operativas. Se encuentran a una distancia de entre 30 y 42 kilómetros de la costa y vinculados a la plataforma Casablanca, desde donde un oleoducto submarino trasladaba el crudo producido hasta la refinería de Tarragona.
La decisión de Repsol coincide con el objetivo que se marcó la compañía en su plan estratégico 2021-2025 de centrar su actividad en las áreas geográficas más competitivas.
Sellado de los pozos
Según la compañía, durante los últimos años el petróleo que se extraía sólo suponía el 1% de la producción global de la compañía y seguía una línea descendente.
El procedimiento del sellado definitivo de cada pozo, descrito por la compañía, supondrá introducir una columna de cemento de un mínimo de 30 metros para que forme una barrera permanente.
En otras zonas más complicadas se pueden requerir dos barreras de 30 metros o una columna de 60 metros para una barrera combinada de cemento para reemplazar dos.