La sobreregulación de Bruselas te obligará a soplar un alcoholímetro antes de arrancar el coche
Es un dispositivo que detecta a través del aire espirado qué tasa de alcohol tienes en tu organismo
Bruselas se mete en tu coche y te obligará a soplar un alcoholímetro antes de arrancar el coche. Para homologar nuevos turismos y vehículos comerciales, la normativa europea exigirá a partir del 6 de julio de 2025 que estos integren nueve sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus iniciales en inglés), y el alcoholímetro antiarranque es uno de ellos. Un sistema con el que la Unión Europea (UE) quiere reducir el número de accidentes mortales en la carretera por el consumo de alcohol u otras sustancias.
El alcohol y la conducción son dos términos que nunca deberían nombrarse en una misma frase. El primero es uno de los factores de riesgo más importantes relacionados con los accidentes de tráfico. Cerca del 50% de los conductores reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol y, de hecho, el 50% de los fallecidos en carretera habían consumido alcohol u otro tipo de drogas. Por esa razón, tanto la Dirección Genera de Tráfico (DGT) como la Unión Europea quieren reducir estos números con los sistemas ADAS y, entre ellos, el alcoholímetro antiarranque.
Este dispositivo, más conocido popularmente como el alcolock (abreviatura de alcohol interlocks), es un dispositivo que detecta a través del aire espirado qué tasa de alcohol tienes en tu organismo. Si superas el límite legal permitido, tu coche no arrancará, impidiéndote iniciar la marcha.
En el Reglamento 2019/2144 del Parlamento Europeo quedó establecido el 6 de julio como fecha clave en la que los coches nuevos matriculados tendrían que tener de forma obligatoria una preinstalación del alcoholímetro antiarranque. Ahora bien, es el gobierno de cada país el que decide en qué situaciones será obligatorio para los conductores llevarlo instalado, como podría ser el caso de los conductores reincidentes, los taxistas o los conductores de VTC.
¿Cómo funciona?
- Instalación: el alcoholímetro antiarranque debe estar instalado a través de un cable que va unido al panel de instrumentos.
- Análisis: el conductor debe encender el alcolock antes de emprender la marcha y soplar de forma continuada a través de la boquilla hasta que el aparato lo indique. Éste analizará en unos 25 segundos el aire espirado. En España, el límite está entre 0,25 mg/l y 0,5 mg/l (entre 0,15 mg/l y 0,3 mg/l para noveles y profesionales).
- Bloqueo: si el nivel supera la tasa máxima permitida en España, el alcoholímetro dará la señal para que el motor de arranque no pueda poner en marcha el motor.
- Repetición del proceso: si se produce una parada y es superior a 30 minutos, el conductor tendrá que repetir el procedimiento para volver a ponerse en marcha.