¿Qué va a pasar con mi coche tras el veto a los gasolina y diésel?
Ya es oficial. El Parlamento Europeo ha puesto fecha al fin de la venta de coches de combustión. Desde el año 2035, la comercialización de vehículos con motores de gasolina, diésel e híbridos estará prohibida en la Unión Europea (UE). La nueva norma forma parte del paquete climático que Bruselas quiere impulsar para reducir al menos en un 55% las emisiones contaminantes del bloque en el horizonte de 2030. Una decisión que ha provocado que los usuarios de este tipo motorizaciones se pregunten cómo se van a mover ahora de casa al trabajo o cómo van a ir a la playa en verano con un coche de gasolina, un diésel o un híbrido tras el veto.
¿Podré conducir mi coche gasolina o diésel cuando entre en vigor esa prohibición? La respuesta es sí. Los 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones sólo confirman el fin de la comercialización de este tipo de motores pero no su circulación por las carreteras de la Unión Europea. Así, se abre paso al coche eléctrico, que será el único protagonista en los concesionarios a partir del 2035, aunque convivirá con los demás vehículos de combustión hasta el año 2050.
Por lo tanto, tranquilo. Aún tienes 27 años para viajar con tu gasolina, diésel o híbrido. Aunque las previsibles medidas restrictivas impuestas desde Bruselas para este tipo de motorizaciones limitarán notablemente sus posibilidades, sobre todo en las grandes ciudades.
Los propios fabricantes de automóviles aseguran que es una medida ambiciosa que va a suponer mucho esfuerzo. Algunas marcas se están adaptando al cambio antes que otras, pero existe la duda de si es una meta real y alcanzable, y no sólo para los constructores, sino para los países y su industria de la automoción, ya que esta decisión de Bruselas amenaza con el cierre de fábricas y despidos masivos.
Restricciones
La Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética limita la entrada de determinados vehículos en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Con esto, el Gobierno busca reducir la emisión de gases y reducir la intensidad del tráfico, cambiando los hábitos para evitar los desplazamientos innecesarios en coche por imposición de Bruselas.
Los primeros vehículos a los que afecta esta nueva normativa serán los que no pueden contar con etiqueta de emisiones de la DGT, es decir con motores diésel anteriores a 2006 y gasolina de antes de 2000. Una ley que obliga a los vehículos a tener etiquetas ambientales; pegatinas que ya son necesarias en ciudades como Madrid y Barcelona.
Hasta 149 localidades españolas se verán afectadas por esta nueva normativa y a partir de 2023 los coches con etiquetas A, B y C -las citadas pegatinas- no podrán circular en ciudades con más de 50.000 habitantes por la aplicación de esta ley, que establece que los municipios con mayor densidad de población tendrán que habilitar Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Casi 4 millones de los 11,5 millones de coches que circulan por las ciudades españolas verán comprometida su circulación al no disponer de etiqueta.
El eléctrico no convence en España
Los primeros pasos del vehículo eléctrico en España están siendo complicados, porque nuestro mercado se encuentra lejos de alcanzar los niveles de la media de la Unión Europea (UE) con tan sólo un 9% de cuota de mercado, la mitad que nuestro vecino Portugal que ya tiene un 20% de penetración.
Una ralentización de la transición de vehículo de combustión al eléctrico provocado por la falta de ayudas del Ejecutivo de Pedro Sánchez para incentivar la demanda de este tipo de motorizaciones, la escasa infraestructura de recarga en las carreteras españolas, los insuficientes beneficios fiscales y el elevado precio de los vehículos ‘cero emisiones’ en los concesionarios en comparación con la renta per cápita de los españoles.