Prueba del Toyota Yaris Hybrid Advance
Si tuviese que definir el Toyota Yaris Hybrid con una sola frase no sería original. Lo bautizaría como ‘el rey de la ciudad’. Pero es que no hay una conjunción de palabras que defina mejor la sensación que me ha dejado este vehículo, capaz de dar lo mejor de sí en las grandes urbes sin desmerecer tampoco en carretera abierta. Las razones son muchas y variadas, aunque la principal la tenemos en una tecnología, la híbrida, que Toyota maneja a la perfección. Vamos a verlo con detalle.
Diseño exterior
Hubo un tiempo en el que las versiones híbridas de los coches de Toyota diferían bastante en cuanto a imagen externa respecto a sus hermanos convencionales. Ya no es así. El Toyota Yaris Hybrid es una versión más dentro de la gama que presenta ciertas peculiaridades en lo que a diseño se refiere, pero éstas no varían un ápice la esencia del vehículo. Destacan especialmente algunos detalles en color azul típicos de los modelos híbridos de la marca japonesa, además de las placas identificativas situadas en los laterales y en la zaga del coche.
Por lo demás estamos ante un Toyota Yaris como todos los demás, con sus muchas virtudes y pocos defectos a nivel de diseño. Su imagen desenfadada y casi agresiva, especialmente en su frontal gracias a la forma de la parrilla delantera, perfectamente integrada con el diseño de las ópticas, tiene muchos adeptos, entre los que me apunto sin dudar. Los últimos modelos que ha lanzado al mercado la firma nipona tienen una identidad muy marcada en la parte delantera que los hace muy atractivos. Y no nos engañemos, gran parte de las ventas de los diferentes modelos que hay en el mercado se producen porque el coche ‘entra por los ojos’. El Yaris, bajo mi punto de vista, lo consigue. No obstante, este nivel de agresividad desciende tanto en su perfil como en la zaga. En el primero aún encontramos ciertas intenciones deportivas, rotas en parte por la presencia de las puertas traseras. Y ojo, que esto no es una crítica. A todos los modelos con cinco puertas les pasa. A cambio ganamos mucho en comodidad cuando tenemos que llevar pasajeros en los asientos de atrás.
En cuanto a la parte trasera del Yaris, es quizás demasiado cuadriculada, cuando hoy en día se suele apostar más por formas redondeadas. No obstante, todo el conjunto estético está muy bien integrado, sin existir una sola zona que desentone. El Yaris gusta, y más en el color ‘Blanco Glaciar’ de nuestra unidad de pruebas, que según recibiese la luz del sol ofrecía una tonalidad diferente.
Diseño interior
El interior del Toyota Yaris Hybrid no presenta muchos cambios respecto a lo que habíamos conocido hasta ahora, aunque siendo sinceros tampoco los necesitaba. Solamente me han chirriado algunos detalles. Me ha llamado la atención el contraste existente en la consola central, donde nuestra unidad de pruebas contaba con la pantalla táctil multifunción de 7 pulgadas del sistema Toyota Touch 2, que aporta un toque muy moderno. Eso sí, justo debajo aparecen los controles del climatizador, con una pantalla en el centro cuyos gráficos son todo lo contrario que lo anterior. Sucede algo parecido en el cuadro de mandos, cuyo agradable diseño y colores bien elegidos -hay que ver lo bien que sienta el color ‘azul híbrido’ al Yaris allí donde aparece- contrastan con la pequeña pantalla inferior donde aparecen unos dígitos más propios de los relojes Casio que todos los de mi generación hemos tenido cuando éramos pequeños. Estamos por tanto ante matices a nivel de diseño que Toyota seguro que corrige de cara a la próxima generación del Yaris.
Lo que sí que debería cambiar totalmente de ubicación es el botón para activar el modo eléctrico. Éste se sitúa justo debajo del freno de mano, siendo totalmente imposible de ver salvo que adoptemos una posición extraña desde el puesto del conductor.
Por lo demás, en lo que a diseño se refiere, Toyota ha llegado a buen puerto con el Yaris Hybrid. Los asientos, por ejemplo, ofrecen un nivel de confort más que aceptable, incluso cuando pasamos horas y horas sobre ellos. Desde el del conductor, podremos contemplar un volante cuyas dimensiones son, para mi gusto, perfectas. Ni muy grande, ni muy pequeño. Además, con las manos en el volante se puede acceder a todos los mandos, tanto integrados en él como en la periferia del mismo -véanse intermitentes, parabrisas, control de crucero…-, y eso es algo de lo que no todos pueden presumir.
Si hablamos de espacio disponible, no existe queja alguna en la parte delantera. Conductor y copiloto podrán viajar a sus anchas sin problema. La zaga es algo más justa, especialmente si decidimos transportar en ella a tres adultos. Más vale que el del centro sea más bien pequeño, ya que de lo contrario tendrá dificultades hasta para abrocharse el cinturón de seguridad, que para esta plaza, por cierto, ‘nace’ desde el techo. En cuanto al maletero, dispondremos de 286 litros de capacidad. Nada anormal en un coche de carácter urbano. Además, si necesitamos esporádicamente más espacio, los asientos traseros se pueden abatir, multiplicándose esta cifra.
Motor y consumos
Llegamos a la joya de la corona del Toyota Yaris Hybrid, su motor. Cortita y al pie, que dirían los futboleros. ¿Merece la pena apostar por esta tecnología? Sí, pero con matices. Ten en cuenta que pagarás alrededor de 1.500 euros más por esta versión híbrida que por el diesel de 90 CV, con lo que la diferencia de precio no es algo que deba echarte para atrás en caso de duda -el Yaris Hybrid que hemos probado cuesta 18.765 euros-. La pregunta que debes hacerte, como siempre por cierto, es: ¿para qué quiero el coche? Si vas a pasar el 90% del tiempo en ciudad, decántate por el híbrido sin lugar a dudas. Si además de para tu día a día en la urbe vas a demandarle al Yaris trabajo en carretera abierta, quizás deberías apostar por una motorización convencional.
Las razones de esta diferenciación que te hago es porque el Toyota Yaris Hybrid es un animal de ciudad. Allí es donde vas a sacar realmente partido a este motor mitad térmico, mitad eléctrico. La conjunción de ambas mecánicas es brillante, siendo relativamente sencillo sacar consumos de menos de 5 litros -incluso algo más bajo, una vez que te acostumbras a cómo usarlo- aunque seas presa de un atasco diario. Si eres suave con el acelerador, la economización del combustible lograda por este híbrido es brillante. Sin embargo, en carretera abierta presenta varias pegas. Se trata de un motor de 100 CV, sí, pero nunca va a rendir como una mecánica convencional con esa potencia. Cuando exiges todo lo que da de sí este motor -algo que te sucederá en más de una ocasión en carretera- notarás una evidente carencia de fuerza. Además, el cambio automático de variador continuo del que dispone hace que cuando pisas el pedal derecho a fondo el nivel de revoluciones suba bastante, y la insonorización del habitáculo no es una de las mejores virtudes del Yaris Hybrid.
Hablando de la caja de cambios, la elección de este sistema de variador continuo parece la más acertada para el concepto del vehículo del que hablamos. Siendo suave con el acelerador, el cambio nos ayudará a controlar el gasto de combustible. Tiene además una segunda posición además de la convencional marcada con una ‘B’ en la palanca de cambios que hace que el motor retenga más cuando soltamos el pie del acelerador o frenamos, con lo que las batería se cargan más rápido. Ideal para posteriormente activar el modo eléctrico, si bien éste no dura mucho más allá de 2 o 3 kilómetros. Pero ojo, ¡que todo suma a la hora de ahorrar!
Comportamiento
El Toyota Yaris Hybrid presenta luces y sombras en lo que a comportamiento dinámico se refiere. Eso sí, hay que ser consecuentes con lo que llevamos diciendo durante toda la prueba. Si tienes claro que es un coche para la ciudad, las luces son mucho más llamativas que las sombras. Nos referimos con esto a que la marca japonesa ha apostado por un chasis y un tarado de las suspensiones donde prima el confort de los ocupantes sobre el resto de las cosas. Es muy blando, lo que es una gozada cuando circulamos por la ciudad. Todas las típicas irregularidades del asfalto presentes en las grandes urbes no serán un problema para este Yaris Hybrid. Sin embargo, esto se vuelve en su contra a la hora de salir a campo abierto. Aquí veremos que es un coche que a la hora de afrontar curvas a cierta velocidad presenta una tendencia clara al balanceo. No obstante, volvemos a incidir en la misma idea. El Toyota Yaris Hybrid es un coche pensado por y para la ciudad, con lo que esta ‘carencia’ no debería salir a la luz más que en contadas ocasiones.
Donde sí que debería trabajar Toyota más es en el tacto del freno. Éste, y el de la gran mayoría de los híbridos -criticar solamente a la marca japonesa por esto sería injusto-, es, en el mejor de los casos, raro. El sistema de frenado, que se utiliza para recargar las baterías, deriva en la presencia de un pedal cuyo comportamiento no tiene nada que ver a lo que estamos acostumbrados con los frenos hidráulicos de toda la vida. Para que te hagas una idea -y explicado de forma ‘campechana’-, el pisado del pedal de freno en el Yaris Hybrid tiene dos fases.
La primera de ellas, que puede significar alrededor del 25% del recorrido, es similar a la sensación de apoyar nuestro pie sobre una plancha de metal y apretar. Ahí notarás que la capacidad de frenado que ofrece el sistema es menor de lo esperado. La tendencia por tanto es la de apretar más el pedal. Pasando este 25% aproximado del que te hablo, el freno empieza a comportarse de forma más natural. ¿El problema? La transición entre ambas fases no está muy conseguida, con lo que especialmente durante los atascos más de una vez sentirás que te vas a ‘comer’ al coche de delante para acabar con un frenazo de principiante. Resulta bastante costoso acostumbrarse al sistema. De hecho, solamente al final de nuestra semana de pruebas logré coger el tacto suficiente como para detener el coche con total control del mismo.
Otro punto que debería mejorarse de cara a próximas versiones del Toyota Yaris Hybrid es su radio de giro. En un coche de enfoque tan urbano como éste, deberíamos contar con una capacidad de giro algo mayor entre los topes del volante. En algunas ocasiones tuve que maniobrar más de la cuenta al no poder completar algunos virajes excesivamente cerrados presentes especialmente en aparcamientos públicos. Eso sí, durante los trayectos convencionales reconozco que no tuve ningún problema.
Equipamiento
El acabado de nuestra unidad de pruebas del Toyota Yaris Hybrid era el Advance, o lo que es lo mismo, el coche iba cargado hasta arriba de equipamiento. Todos y cada uno de los elementos de los que dispone esta versión del Yaris son una auténtica gozada.
Tendremos elementos puramente estéticos, como el spoiler trasero con luz de freno integrada, llantas de 16 pulgadas, cristales traseros tintados o el techo panorámico, otros que aportan calidad en el interior, como la tapicería mixta de tela y Alcántara, una referencia en lo que a conectividad se refiere, como es el sistema Toyota Touch 2 con pantalla táctil multifunción de 7 pulgadas, sistemas destinados al confort del conductor como el control de crucero o incluso un equipo de música de 6 altavoces con entradas AUX y de USB más propio de un vehículo de un segmento superior. En definitiva, estamos hablando de una lista casi interminable que justifica plenamente cada uno de los 18.765 euros que cuesta esta versión.
Ficha técnica | |
Motor | |
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Situación | Delantero transversal |
Nº Cilindros | 4 en línea |
Cilindrada (cm3) | 1497 |
Tipo de combustible | Gasolina |
Compresión | 13,4 a 1 (motor térmico) |
Potencia (CV/rpm.) | 100 CV (75 CV motor térmico, 61 CV motor eléctrico) |
Par máximo (Nm/rpm.) | 111/3800-4400 |
Transmisión | |
Tipo | Automático |
Cambio | Variador continuo |
Bastidor | |
Suspensión delantera | McPherson/Resorte helicoidal |
Suspensión trasera | Rueda tirada con elemento torsional/Resorte helicoidal |
Frenos | |
Delanteros | Discos ventilados |
Traseros | Discos 247 mm. |
Dirección | Cremallera eléctrica |
Diámetro de giro (m.) | 10,0 |
Neumáticos | 195/50 R16 (serie) |
Llantas | 16 pulgadas |
CARROCERÍA | |
Nº de plazas | Cinco |
Peso en vacío (kilos) | 1.160 |
Depósito de combustible (litros) | 36 |
Largo (mm.) | 3950 |
Ancho (mm.) | 1695 |
Alto (mm.) | 1510 |
Vía delantera (mm.) | 1460 |
Vía trasera (mm.) | 1455 |
Distancia entre ejes | 2510 |
Capacidad del maletero (litros) | 286 |
Prestaciones | |
Velocidad máxima (km/h.) | 165 |
Aceleración de 0 a 100 Km/h. (seg.) | 11,8 |
Consumos | |
Urbano (litros/100 km) | 3,1 |
Extraurbano (litros/100 km) | 3,3 |
Mixto (litros/100 km) | 3,3 |
Conclusión y rivales
La conclusión del Toyota Yaris Hybrid es que estamos ante una de las mejores opciones en lo que a coches urbanos se refiere. Como he dicho en las anteriores páginas de este artículo, si tu intención es pasar casi toda la vida del vehículo en la ciudad, este coche debería estar entre los primeros puestos de tu lista de la compra. Además, si no quieres gastarte tanto dinero, debes saber que el Yaris Hybrid está disponible en todos los acabados, no solo en el más completo como el que nos han dejado para probar. Solamente si quieres un vehículo de este tamaño para algo más que para tu vida urbana me plantearía mirar otras opciones. Como siempre, el éxito de la compra depende sobre todo de que tengas claro lo que quieres y para qué lo quieres.
Lo mejor
- Comportamiento urbano
- Consumo
- Equipamiento
Lo peor
- Insonorización del habitáculo
- Tacto del pedal de freno
- Espacio de las plazas traseras
Rivales
- Peugeot 208
- Opel Corsa
- Seat Ibiza
- Kia Rio
- Ford Fiesta
- Skoda Fabia