Nuevo límite de alcoholemia de la DGT: ¿Cuándo entra en vigor?

Estamos ya ante algo que es oficial, puesto que el pleno del Congreso aprobó una proposición no de ley que planteó por el PSOE para que se reduzca el límite de la tasa de alcoholemia que se permite a la totalidad de conductores.

El límite se va a establecer en 0.20 gramos por cada litro en sangre en ligar de los 0,5 gr/l que estaba hasta ahora. La reducción lo que hace es afectar al aire espirado, en el que el límite va a cambiar de 0,25 ml por litro o 0,10 por cada litro.

La propuesta acabó saliendo gracias a los votos de los distintos grupos del arco parlamentario. De los trescientos cuarenta y seis votos que se emitieron, ciento setenta y cinco fueron favorables, treinta y tres en contra y ciento treinta y ocho fueron abstenciones. Eso sí, la reducción no se aplicará inmediatamente.

¿Cuándo se podrá aplicar el límite de alcohol?

Si se quiere que dicho cambio sea realidad, hay que cambiar el artículo 20 del Reglamento General de Circulación llamado «Tasas de alcohol en sangre y aire espirado». En este sentido, el primer paso era que se sacara adelante una proposición no de ley que tenía que aprobarse en el Congreso de los Diputados.

Después de ser aprobado, el Ministerio del Interior debe realizar la redacción de una proposición de Ley de cara a la modificación del reglamento y establecimiento del nuevo límite, esperando que entre en vigor para 2025.

El objetivo de dicha medida es que se pueda alinear nuestro país con otros como Noruega o Suecia, los cuales ya fijaron la normativa en este tipo de límites.

Para el Grupo Socialista, es una medida urgente, ya que el alcohol suele acabar con la vida de bastantes personas. En 2023 se llegó a registrar que en el 29% de los accidentes mortales el alcohol fue el protagonista.

Los datos dicen que los accidentes debidos al consumo de alcohol van a ser la segunda causa de siniestralidad mortal en España.

¿A cuántas cervezas equivalen 0,20 gramos por litro en sangre?

Los niveles de alcohol en sangre de una persona van a depender de muchos factores: la cantidad que se consume, la clase de bebida, el tiempo que pase, el peso, sexo o la tolerancia que tenga cada persona al alcohol. Todos estos son factores que influyen de forma importante para saber el nivel de alcohol en el cuerpo.

¿Cómo afecta el alcohol a la conducción?

Vamos a contarte lo que provoca el alcohol en el cuerpo y la razón por la que no es compatible con la conducción.

Lo primero que debemos saber es que el alcohol es de los factores que son más habituales para la causa de accidentes de tráfico, con la velocidad y las distracciones en base a las memorias de la DGT en estos últimos años.

Por ejemplo, el año pasado, los más de ciento veinticinco mil conductores que se vieron envueltos en accidentes con víctimas en nuestro país, se hicieron pruebas de alcoholemia a un treinta y ocho por ciento de ellos, de los que el 27% de los que fallecieron acabaron dando positivo en la prueba de alcoholemia mientras que únicamente el siete por ciento de los analizados terminaron quedando ilesos en los accidentes.

Estos datos evidenciaron que el alcohol afecta de manera bastante negativa a la conducción, con grandes reducciones de agudeza visual y auditiva, de tal forma que se ha reducido de forma clara el campo de visión lateral periférica al generar en el conductor una sensación de túnel que va a impedir una buena visión.

Menos capacidad para atender al tráfico

Por otra parte, el alcohol, se reduce de forma importante en cuanto a la capacidad de atención, puesto que se producen una serie de perturbaciones en el campo de la percepción, somnolencia, fatiga muscular o cansancio.

Bajo el alcohol se evalúan de forma errónea las distancias respecto a los coches precedentes, además de aumentar el tiempo de frenado con una percepción poco exacta de la velocidad de circulación y una visión no correcta de la aproximación de otros coches en la totalidad de perímetros.

Además, se va a producir una falsa seguridad cuando se toma alcohol, de tal forma que se adopta una tolerancia mayor al riesgo y se hace una conducción menos responsable y de mayor agresividad.

Pensemos que el consumo de alcohol ha pasado a ser un acto social culturalmente hablando y pensamos que los siniestros no nos pueden llegar a ocurrir a nosotros.

No olvidemos que dos simples cervezas pueden llegar a proporcionar tasas de alcohol que nos pueden afectar de manera notable a nuestra capacidad de conducción.