Alcohol al volante DGT

Giro radical en los controles de alcoholemia: el cambio que llega a las carreteras españolas

Controles de alcoholemia

En un esfuerzo por mejorar la seguridad vial y agilizar los controles de alcoholemia, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha empezado a implementar una tecnología innovadora que elimina la necesidad de soplar en los alcoholímetros tradicionales. Se trata de los nuevos alcoholímetros de aproximación, dispositivos capaces de detectar la presencia de alcohol en el aliento sin contacto directo con el conductor, lo que permite realizar controles más rápidos y efectivos.

La implementación de los alcoholímetros de aproximación representa un avance significativo en la lucha contra la conducción bajo los efectos del alcohol. A medida que la tecnología avance, es posible que estos dispositivos se perfeccionen aún más, mejorando su precisión y fiabilidad. En el futuro, podrían integrarse con sistemas de inteligencia artificial y análisis de datos en tiempo real, lo que permitiría una detección aún más eficiente y rápida del consumo de alcohol al volante.

Los alcoholímetros de aproximación de la DGT

El mecanismo de estos dispositivos es muy sencillo y eficiente: basta con que el conductor hable en dirección al alcoholímetro. A partir del aire exhalado, el aparato analiza la presencia de alcohol y muestra un resultado preliminar en cuestión de segundos. En muchos casos, el procedimiento consiste en que el agente haga preguntas rutinarias al conductor, como su nombre o el destino al que se dirige, mientras el alcoholímetro realiza la medición.

Este sistema permite identificar de manera rápida y efectiva a aquellos conductores que podrían estar bajo los efectos del alcohol, agilizando el proceso y evitando retrasos en la circulación durante un control de tráfico. Además, el alcoholímetro de aproximación reduce la necesidad de elementos desechables y mejora la higiene en los operativos.

Ventajas

La implementación de los nuevos alcoholímetros presenta diversas ventajas que optimizan tanto la eficacia de los controles como la comodidad para conductores y agentes de tráfico. En primer lugar, uno de los beneficios más destacados es la mayor rapidez en los controles. Estos dispositivos permiten realizar pruebas de manera casi inmediata, lo que facilita llevar a cabo un número significativo de controles en un tiempo reducido.

Asimismo, los nuevos alcoholímetros benefician especialmente a los conductores que padecen dificultades respiratorias. Este tipo de dispositivos eliminan la necesidad de soplar, lo que facilita la evaluación de aquellos que enfrentan problemas respiratorios sin perjuicio de su salud.

Limitaciones

A pesar de los avances que ofrecen, los nuevos alcoholímetros de la DGT también presentan ciertas limitaciones que se deben tener en cuenta. En primer lugar, su precisión es inferior a la de los etilómetros tradicionales, lo que significa que los resultados obtenidos no son concluyentes y deben ser confirmados mediante una prueba adicional.

Si un conductor arroja un resultado positivo en el alcoholímetro de aproximación, es necesario realizar una segunda prueba con un etilómetro convencional para determinar si el nivel de alcohol supera el límite permitido.

La normativa establece que el límite es de 0,25 mg/l para conductores habituales y de 0,15 mg/l para conductores noveles y profesionales. En caso de dudas persistentes o de presentarse anomalías técnicas, el protocolo requiere un análisis de sangre para obtener resultados definitivos.

Nueva tasa de alcoholemia

La nueva ley de la DGT que establece una reducción de la tasa de alcoholemia entrará en vigor a partir de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del real decreto que modifica el reglamento. Se espera que esta modificación se lleve a cabo en el transcurso del año 2025.

La medida tiene como objetivo reducir la tasa de alcoholemia a 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que equivale a 0,10 miligramos por litro de aire espirado para todos los conductores. Esta reducción pretende aumentar la seguridad vial, ya que el alcohol sigue siendo uno de los principales factores de riesgo en los accidentes de tráfico.

De acuerdo con datos de la DGT, el alcohol representa la segunda causa de los accidentes mortales, con un 29% de los fallecimientos, sólo por detrás de las distracciones, que constituyen el 31%. Además, el riesgo de sufrir un accidente aumenta considerablemente a medida que sube el nivel de alcohol en sangre. Con 0,5 gramos de etanol por litro de sangre, el riesgo se multiplica por dos, y con 0,8 gramos se incrementa cinco veces.

La nueva legislación ha generado una gran controversia, ya que algunos sectores consideran que la tasa debería ser de 0,0 miligramos, eliminando cualquier posibilidad de que los conductores puedan consumir alcohol antes de ponerse al volante. Sin embargo, el director de la DGT, Pere Navarro, ha aclarado que la nueva tasa de alcoholemia se traduce en una tolerancia cero al alcohol, es decir, los conductores no podrán consumir ni una gota de alcohol si quieren ponerse al volante.

Además, esta reforma no sólo implica cambios en los límites de alcoholemia, sino también en las sanciones por incumplir el reglamento. Las nuevas sanciones oscilarán entre los 500 y 1.000 euros, con la posibilidad de reducirlas en un 50% si se paga antes de los 20 días del vencimiento de la multa.

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