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Cuidado con el frío: por qué debes esperar antes de apagar el motor de tu coche

Un vehículo circulando por una carretera nevada..

Cuando las temperaturas bajan y el frío se hace más presente, la mecánica del coche, especialmente en motores con turbo, se ve afectada. En particular, los motores de combustión, tanto diésel como gasolina, experimentan un estrés adicional debido a las condiciones climatológicas. Esto provoca que los vehículos requieran cuidados específicos, sobre todo cuando se trata de apagar el motor. De hecho, una de las mejores prácticas para alargar la vida útil del motor y evitar daños es esperar unos minutos antes de apagarlo, especialmente en motores con turbocompresor.

El turbocompresor es una pieza clave en los motores modernos, ya que se encarga de comprimir el aire, lo que genera una mayor cantidad de oxígeno en el motor y, por lo tanto, una combustión más eficiente.  Cuando el motor está en funcionamiento, el turbo alcanza temperaturas muy elevadas debido a la energía que se libera durante el proceso de compresión del aire. Este calentamiento, junto con las  revoluciones del motor, hace que el turbo sea la parte del motor que más calor acumula. Al apagar el motor de forma repentina, el sistema de lubricación que mantiene el turbo en condiciones óptimas deja de funcionar, lo que puede provocar daños significativos en los rodamientos del turbo y otros componentes.

Por qué no debes apagar el motor de forma repentina en invierno

Al apagar el motor al instante, especialmente en motores con turbo, el aceite que lubrica los componentes no llega de manera adecuada a las partes más cruciales del sistema, como los rodamientos del turbo. Esto puede resultar en un desgaste prematuro de estos elementos. Los rodamientos requieren una continua lubricación para funcionar correctamente. Si el motor se apaga de manera inmediata, el aceite, que es el encargado de enfriar y lubricar las partes móviles, no llega a los rodamientos y al turbo en sí, lo que provoca un riesgo de avería.

Además, al no recibir la lubricación adecuada, los componentes internos del turbo pueden sufrir un desgaste excesivo. Esto no sólo reduce la vida útil del turbo, sino que puede llevar a un fallo completo del sistema, lo que requeriría costosas reparaciones o incluso un reemplazo total de la pieza. Es un problema común en los motores con turbo, especialmente si estos se apagan repetidamente sin dejar que el sistema de lubricación siga funcionando durante unos minutos después de que el motor se apaga.

Otro problema asociado con el apagado inmediato del motor es la filtración de aceite. El aceite que no se distribuye de manera correcta puede empezar a filtrarse hacia la admisión de aire del motor, lo que a su vez provoca una contaminación del combustible con el aceite. Esta contaminación puede generar lo que se conoce como autodetonación, un fenómeno que ocurre cuando el aceite se mezcla con el combustible, lo que altera la combustión en los cilindros y puede llevar a daños graves en el motor.

Cómo actuar

Para evitar estos daños y prolongar la vida útil del motor, es recomendable dejar el motor en ralentí durante unos minutos antes de apagarlo. Este tiempo permite que el turbo se enfríe gradualmente y que el aceite siga circulando por el sistema de lubricación. Un par de minutos al ralentí son suficientes para evitar daños, especialmente después de un viaje largo o tras un trayecto que haya hecho que el motor alcance altas temperaturas. Este procedimiento es simple pero esencial para garantizar que el turbo se apague de manera segura y sin sufrir daños innecesarios.

En climas fríos, el aceite se vuelve más viscoso, lo que hace que tarde más tiempo en circular por el motor y en llegar a las partes móviles. De hecho, el aceite en frío no es tan efectivo como el aceite en temperaturas más altas. Si el motor se apaga demasiado rápido, el aceite no tiene tiempo suficiente para alcanzar las partes necesarias, lo que puede generar fricción y un desgaste prematuro.

Aunque el tiempo de espera pueda parecer innecesario o tedioso, los beneficios a largo plazo son claros. Dejar el motor reposar un par de minutos antes de apagarlo permite que todos los componentes se enfríen de manera gradual, evitando que sufran un cambio brusco de temperatura que podría dañarlos. Además, proporciona tiempo suficiente para que el sistema de lubricación continúe funcionando, asegurando que el turbo y otras partes móviles del motor reciban el aceite que necesitan.

En resumen, esperar unos minutos antes de apagar el motor no sólo es una práctica sencilla, sino que también es fundamental para mantener el motor del vehículo en buen estado durante mucho tiempo, especialmente en motores con turbocompresores. Esta medida simple y efectiva ayuda a prevenir el desgaste prematuro de las piezas y reduce el riesgo de costosas reparaciones. Además, asegura que el motor funcione de manera eficiente y duradera, incluso en condiciones de frío extremo.

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