El aviso urgente de un mecánico sobre los coches que traemos de este país: «Puede que…»
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Comprar un coche de segunda mano es una gran oportunidad, especialmente si proviene del extranjero, como es el caso de muchos vehículos que llegan a España desde Alemania. A simple vista, estos automóviles suelen estar en muy buen estado, pero, tras esa apariencia impecable se puede esconder un problema mucho más serio y menos evidente a simple vista: el óxido. Este tipo de deterioro no siempre es fácil de detectar, y si no se revisa a fondo, podría suponer un grave inconveniente a la hora de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Un mecánico, conocido en TikTok como @talleresebenezer, ha alertado a los usuarios tras revisar uno de estos coches importados. En un vídeo, muestra las zonas inferiores de un vehículo procedente de Alemania que, bajo una capa de pintura aparentemente en buen estado, escondía placas de óxido muy preocupantes. Su mensaje ha sido claro y directo: aunque estos automóviles parezcan una ganga, hay que revisarlos a fondo. Las condiciones climáticas de Alemania y el uso intensivo de sal en las carreteras durante el invierno provocan que muchos de estos vehículos sufran una corrosión prematura en su chasis y partes estructurales.
Lo que debes saber sobre los coches de este país
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El óxido, como bien explica este profesional del motor, no es algo que se deba tomar a la ligera. Puede que no afecte inmediatamente al funcionamiento del coche, pero a largo plazo puede comprometer la seguridad, especialmente si aparece en zonas estructurales clave. A medida que la corrosión avanza, pueden aparecer fallos importantes en el bastidor o la suspensión. En algunos casos, estos defectos no se detectan hasta que el vehículo tiene que pasar la ITV.
Uno de los aspectos más preocupantes es que algunos vendedores «maquillan» estos daños antes de poner el coche en venta. El mecánico advierte que muchas veces se realizan pequeños arreglos estéticos para disimular el óxido, aplicando una capa de pintura que oculta el problema real. Por eso, insiste en que es fundamental inspeccionar visualmente los bajos del coche, y si es posible, «rascar» un poco en zonas sospechosas para comprobar si hay óxido debajo.
Sin embargo, estos daños no son siempre evidentes para el comprador promedio. La mayoría de los clientes no se agachan a mirar los bajos del vehículo antes de comprarlo. Se dejan llevar por la estética exterior y los pocos kilómetros, sin considerar que el deterioro estructural puede hacer que ese coche, aparentemente en buen estado, no supere la ITV. Y si eso sucede, no sólo se pierde dinero, sino que también se pone en riesgo la seguridad tanto del conductor como de los ocupantes.
El origen del óxido en estos automóviles está directamente relacionado con el clima. En países como Alemania, donde la nieve es habitual durante varios meses al año, se utiliza sal para derretir el hielo en las carreteras. Esta sal se adhiere a la carrocería y los bajos del coche, favoreciendo la aparición de corrosión si no se limpia adecuadamente. Con el tiempo, el óxido penetra en los materiales, afectando su resistencia y funcionalidad. Si a esto le sumamos que algunos de estos vehículos han pasado largos periodos en climas húmedos o sin uso, el riesgo se multiplica.
Por tanto, el consejo que lanza este mecánico a través de sus redes sociales es muy claro: antes de comprar un coche importado, especialmente si viene de Alemania o de otro país donde los inviernos son muy fríos, hay que llevarlo a un taller de confianza para realizar una inspección completa. Hay que asegurarse de que las partes fundamentales estén en buen estado, sobre todo aquellas que no son visibles a simple vista.
En definitiva, aunque los coches procedentes de Alemania pueden ofrecer un precio competitivo y prestaciones atractivas, es fundamental no dejarse llevar por las apariencias. Las condiciones climáticas, el mantenimiento anterior y la posible manipulación estética por parte de vendedores sin escrúpulos son factores que deben hacernos extremar las precauciones. La ITV, al fin y al cabo, está para asegurar que un vehículo cumple con los requisitos de seguridad mínimos para circular, y si un coche presenta óxido estructural, es muy probable que no la supere.
Finalmente, cabe señalar que un coche de segunda mano puede ser una gran inversión si se toman ciertas precauciones. Antes de cerrar cualquier trato, es fundamental revisar el historial del vehículo: accidentes, mantenimiento y número de propietarios anteriores. Es recomendable llevar el coche a un mecánico de confianza para una inspección completa, incluyendo el sistema de frenos, suspensión, motor y presencia de óxido. También es importante probar el coche en diferentes condiciones para evaluar cómo se comporta.