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Adiós a los coches con etiqueta B: el duro golpe que prepara España y cada vez está más cerca

Coches con la etiqueta B

Desde hace unos años, el concepto de movilidad sostenible ha ido ganando terreno en las políticas urbanas de muchas ciudades españolas. Uno de los mecanismos más visibles para avanzar hacia este objetivo ha sido la creación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), áreas donde se restringe la circulación de vehículos en función de sus emisiones contaminantes. Esta medida ha generado una transformación en la forma de moverse por la ciudad, afectando especialmente a los propietarios de coches con etiqueta B, un distintivo que en su día ofrecía cierta garantía ambiental, pero que ahora se ve cada vez más limitado.

El panorama actual plantea un dilema para quienes tienen vehículos con esta etiqueta amarilla, ya que las normativas están cambiando rápidamente. Las restricciones se endurecen año tras año, impulsadas por la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética, y cada municipio tiene la potestad de decidir cómo aplicarlas. En este contexto, resulta fundamental entender qué implicaciones reales tendrá ser propietario de un coche con distintivo B en los próximos años, y si tiene sentido apostar por este tipo de vehículo a la hora de comprar o mantener un coche.

El impacto en los propietarios de coches con etiqueta B

La etiqueta B de la DGT, representada por un distintivo amarillo, se concede a los vehículos que cumplen con ciertos requisitos de emisiones, aunque no tan exigentes como los necesarios para obtener las etiquetas C, ECO o Cero. En concreto, esta pegatina se otorga a los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados a partir del 1 de enero de 2001, así como a los diésel desde 2006. También abarca vehículos de transporte de mercancías y de más de ocho plazas que hayan sido matriculados desde ese mismo año, ya sean de gasolina o diésel.

La evolución de las Zonas de Bajas Emisiones

Desde la entrada en vigor de la Ley 7/2021, los municipios con más de 50.000 habitantes están obligados a establecer Zonas de Bajas Emisiones. Este cambio ha sido fundamental para limitar la circulación de vehículos contaminantes en núcleos urbanos con el fin de reducir los niveles de polución y mejorar la calidad del aire. Además, los municipios con más de 20.000 habitantes que superen determinados niveles de contaminación también deben implementar estas zonas.

Las ZBE no son iguales en todas las ciudades. Cada municipio tiene cierta flexibilidad para definir cómo aplicará las restricciones, por lo que las limitaciones varían considerablemente. Por ejemplo, en Madrid, los coches con etiqueta B pueden circular por determinadas zonas, pero no pueden acceder a otras, como la ZBE de Especial Protección del Distrito Centro, salvo si estacionan en un aparcamiento público. En cambio, en ciudades como Barcelona o Bilbao, las restricciones se irán intensificando hasta llegar a la prohibición total de acceso para los vehículos con esta etiqueta en los próximos años.

Restricciones presentes y futuras

Ciudades como Bilbao, San Sebastián, Palma de Mallorca, Málaga y Barcelona ya han anunciado o implantado medidas que limitan o eliminarán progresivamente la circulación de vehículos con etiqueta B. En Bilbao, por ejemplo, a partir de junio de 2025 estos coches no podrán acceder a la ZBE durante el horario activo, salvo los empadronados en el municipio, que tendrán una prórroga hasta finales de 2029. Barcelona irá un paso más allá y prohibirá completamente la entrada de estos vehículos a partir del 1 de enero de 2028.

En Cataluña, además, se aplican restricciones más específicas en los días con niveles elevados de contaminación. Desde 2026, los coches con etiqueta B no podrán circular esos días por las ZBE, lo que anticipa una futura exclusión total. Palma de Mallorca y Málaga también se suman a esta tendencia: a partir de enero de 2027, los vehículos con distintivo B tendrán vetado el acceso a sus respectivas ZBE.

Para los actuales propietarios de estos vehículos, la situación se complica a medida que avanzan los plazos de las nuevas normativas. Si bien todavía es posible circular en muchas zonas, las restricciones se están extendiendo a más municipios y a más tipos de vehículos. La incertidumbre sobre hasta cuándo podrán utilizarse sin limitaciones hace que muchos conductores estén considerando venderlos antes de que pierdan aún más valor.

Alternativas

Para aquellos que ya poseen un coche con esta etiqueta, existe la posibilidad de solicitar una reclasificación si el vehículo cumple con normas de emisiones más estrictas, como la Euro 4 o superior. Para ello, es necesario acudir al taller oficial del fabricante, verificar la normativa Euro a la que se acoge el vehículo y solicitar un certificado de conformidad. Este proceso tiene un coste aproximado de 150 euros.

Una vez obtenido el certificado, se puede solicitar a la DGT el cambio de etiqueta, presentando también el permiso de circulación y el DNI, y abonando una tasa adicional. Si la solicitud es aprobada, se entrega la nueva etiqueta, lo que puede permitir al vehículo una vida útil más larga en las ZBE.

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