Adiós a una de las cafeterías más famosas de Madrid: cierra sus puertas para siempre

El Café Central, uno de los espacios culturales más emblemáticos de Madrid y considerado un templo del jazz en Europa, cerrará sus puertas definitivamente el próximo 12 de octubre, tras 43 años de actividad ininterrumpida. El motivo: el propietario del local ubicado en el número 10 de la Plaza del Ángel, ha decidido no renovar el contrato de alquiler, lo que pone punto final a una historia estrechamente ligada a la vida cultural de la ciudad.

En sus más de cuatro décadas de vida, el Café Central ha sido mucho más que un club de jazz: ha sido una casa para músicos, un refugio para amantes de la música en vivo y un símbolo de la noche madrileña más auténtica.

El equipo gestor del Café Central había intentado renegociar el contrato de alquiler durante al menos siete años. Sin embargo, según ha explicado Javier González, programador del local, el propietario se «negó a dialogar sobre condiciones o renovación». La decisión de cerrar fue comunicada este verano, sin margen de maniobra para continuar la actividad.

«Nos cierran sin darnos alternativa, ni precio nuevo, ni proyecto. Sólo sabemos que se va a cerrar un año y no sabemos qué ocurrirá después», ha lamentado González. El cierre del local supone la pérdida de empleo para 35 trabajadores, muchos de ellos con una larga trayectoria en el Club.

Los premios del local

En el año 2005 la Academia de la Música y las Ciencias otorgó el Premio a la Difusión de la Música al Central de Madrid y al Harlem de Barcelona. En el 2016 el diario británico incluyó al Central en su lista de los 10 mejores clubes de jazz de Europa. En 2023 la Asociación de Música de Jazz y Música Moderna de Cataluña (AMJM) otorga al Central el Premio a la Difusión de la Música en Vivo, premio que se entrega por primera vez fuera de Cataluña.

El próximo 12 de octubre será el último día de conciertos en la Plaza del Ángel. Hasta entonces, se ha organizado una programación especial con artistas que han formado parte de la historia del club, a modo de homenaje y despedida. Será una despedida agridulce para músicos, trabajadores y público, que verán caer el telón de un lugar que marcó una época.