La verdad oculta sobre el ingreso de Antonio Banderas
Los secretos de Banderas: de la muerte de su primer amor al paso por el calabozo con Imanol Arias
El Festival de Málaga más personal de Antonio Banderas
Antonio Banderas desmiente haber sido ingresado de urgencia
“Voy a ser muy claro. Sufrí un ataque al corazón el pasado 26 de enero. Fue benigno y lo bueno es que no ha dejado daños en la patata. (…) Venía sufriendo de arritmia hacía tiempo y me hicieron tres stent en la arteria coronaria para recuperarme. Ahora me encuentro muy bien”. La entrega de la Biznaga de Oro a Antonio Banderas el pasado fin de semana estuvo tan marcada por el estado de salud del actor que este se vio obligado a tener que explicar en su discurso cómo se encontraba. Unas informaciones difundidas por la prensa alemana, en las que se hablaba de un repentino ingreso hospitalario del malagueño, hicieron saltar todas las alarmas y a Banderas no le quedó más remedio que zanjar los rumores en el que él sabía que podía ser el mejor altavoz: el festival de cine de Málaga.
Fiel a sus principios, Banderas se mostró cariñoso y atento con los medios, pero evitó hacer alusión a qué había de cierto en su estancia en una clínica de Ginebra unos días antes. “Se está haciendo un chequeo”, dijeron sus familiares, pero lo cierto es que su visita a Clinique Genolier es de otra naturaleza.
Según ha podido saber LOOK, Antonio Banderas acudió a este prestigioso centro médico para realizar un tratamiento posterior a su ataque al corazón. El actor quiere vigilar sus dolencias cardíacas y ha confiado en esta clínica de salud especializada en enfermedades coronarias, que dista mucho del concepto que se tiene de hospital. Se trata del lugar idóneo para vigilar su corazón y, de paso, disfrutar de unos días de descanso muy necesarios para un hombre que confiesa haberse replanteado su vida tras las arritmias.
Antonio Banderas llegó al centro Genolier en avión privado, se registró con un nombre falso para no alertar a la prensa y se instaló en dos apartamentos de 45 metros cuadrados que se comunicaban por una puerta común. Toda la gestión de su ingreso fue llevada a cabo por su novia, Nicole Kimpel, que no se ha separado de él en todo momento y le ha acompañado en este tratamiento que, todo hace indicar, se retomará en unas semanas.
En las fotos a las que LOOK ha tenido acceso se ve a un Antonio Banderas más delgado, con barba y vestido de una manera muy cómoda e informal. El actor permaneció en sus apartamentos la mayor parte del día, pero para desayunar, comer y cenar se dejó caer por el comedor ubicado en las zonas comunes, donde fue reconocido por algunos pacientes. Sentado en una mesa situada al fondo del salón, Banderas no le quitaba ojo a su móvil mientras charlaba con su novia, también con un smartphone entre sus manos.
Con la confianza puesta en los médicos de la clínica Genolier, que están realizando un exhaustivo seguimiento de su evolución, para el actor queda ya muy lejos ese frenético ritmo de vida que le llevó a urgencias el pasado mes de enero. Ahora quiere tomarse el día a día con más serenidad y dejar de darle palizas a su “patata”, el término que utiliza para referirse a su corazón. “Me estoy replanteando cosas”, decía en Málaga. Ahora su salud se ha convertido en lo más importante.