La ocurrencia de Tamara que podría despertar la ira de Isabel Preysler
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No hacía falta echar más leña al fuego. En 1985, como también ocurriera seis años antes, la prensa no hablaba de otra cosa. El nuevo romance de Isabel Preysler con un ministro socialista había conmocionado a la España de los ochenta, una España que todavía no se había recuperado de que esa mujer se divorciara del mismísimo Julio Iglesias cuando el divorcio aún era un tema tabú. Fue un escándalo mayúsculo aquella relación con Miguel Boyer cuando aún no se había separado legalmente del Marqués de Griñón y por eso, porque aquel gesto recordaba mucho a lo vivido unos años antes –con la salvedad de que el matrimonio Preysler-Iglesias se había roto en la intimidad mucho antes-, los medios de comunicación no escatimaron a la hora de hacer correr ríos de tinta al respecto.
Lo ejemplifica a la perfección la revista colombiana Semana: “Es desde ya el escándalo social del año, salvo que a Stephania (de Mónaco) se le ocurra casarse con Junot o a Junot con Boy George (…) Isabel Preysler, marquesa de Griñón mientras termina de legalizarse su separación con Carlos Falcó, ha sido acosada en este verano por la prensa española por su romance silencioso con el hasta hace nada súper ministro de Felipe González, el titular de Economía y Hacienda Miguel Boyer, también casado, con tres hijos y en trance de separación.(…) Era un rumor a gritos desde principios de año, pero que un poco por respeto a la privacidad de los funcionarios públicos y un mucho por temor a las posibles represalias del más poderoso hombre del gobierno español (después de Felipe González, por supuesto), permaneció contenido en ese nivel, en el de rumor, hasta que «Interviú», decidió levantar la punta de la sábana”.
Como esta revista colombiana, otras muchas se sumaron al escándalo. Aquello y el affaire entre Marta Chávarri y Alberto Cortina marcaron esa década de los 80 en lo que al mundo del corazón se refiere. Por eso y porque no ha sido un tema que le agrade abordar a Isabel Preysler –que si algo ha hecho en este tiempo es conceder entrevistas- no se entiende la última ocurrencia de Tamara Falcó en prime time. Tal y como ha promocionado ‘Mi casa es la tuya’, en un momento de la entrevista con Bertín Osborne, la joven cuenta qué le decía Julio Iglesias cada vez que ambos coincidían: “Por qué poco has podido ser hija mía”.
Aquella afirmación, deslizada de manera muy sutil por parte del cantante, pone de manifiesto cómo Julio era consciente del poco tiempo que había transcurrido desde su divorcio y la nueva relación de su ex con el marqués de Griñón, Carlos Falcó. El matrimonio formado por la filipina y el madrileño hacía aguas desde 1977, pero no fue hasta 1979, cuando Isabel que ya conocía al noble, y él oficializaron su ruptura.
La separación de sus padres
Aunque Tamara Falcó abre las puertas de su casa –bueno, las de su madre- para promocionar su nueva faceta como diseñadora de moda, sabe que buena parte de su entrevista ha de versar sobre su familia. Es consciente de cuál es el mundo que la rodea desde que nació y, con esa naturalidad que la caracteriza, hará frente a las muchas preguntas que sobre su madre, su padre y sus hermanos se formularán en el programa. No obviará reconocer que no llevó bien la separación de sus padres –cuando apenas tenía cuatro años- ni esquivará hablar de cómo es su actual relación con sus ocho hermanos.