Silvia Jato aclara la razón por la que no ve ‘Pasapalabra’
Silvia Jato volverá a presentar 'La Mañana' de la 1
Silvia Jato: "Quiero hacer un magazine de actualidad"
La presentadora Silvia Jato, que durante este verano está al mando de ‘La Mañana’ de TVE ha concedido una de sus entrevistas más sinceras. Se siente cómoda con su vida ahora mismo y tiene muy claro lo que quiere y lo que no quiere. Está orgullosa de las decisiones que ha ido tomando en su vida y sobre todo de como compagina la maternidad, tiene tres hijos, con el trabajo.
Es consciente de que su profesión es complicada, pero se siente optimista y está muy ilusionada con algunos posibles proyectos que tiene de cara a septiembre. Si en la televisión, que es lo que le gusta, no tuviera cabida, tiene un plan B; es economista.
Además, ha querido aclarar las informaciones que se han publicado últimamente sobre su supuesta animadversión hacia Christian Gálvez, presentador que la sustituyó en su marcha de ‘Pasapalabra’ y por qué considera que jamás podría presentar ‘Sálvame’.
Nos atiende en el plató de su programa, siempre sonriente y dispuesta a una conversación tranquila. Acaba de terminar su jornada de trabajo y contesta sin prisa a todas nuestras preguntas:
Pregunta: Estamos en el ecuador del mes de agosto, a mitad de tu paso por ‘La Mañana’ en este verano, ¿Qué balance haces de estas dos semanas?
Respuesta: Tenemos un equipo maravilloso que yo ya conocía del año pasado, pero el balance la verdad es que es muy positivo, el otro día me comentaron que en este mes estamos teniendo los mejores resultados de los últimos dos años, entonces, ¿qué te voy a decir? Por la parte que me toca estoy muy contenta y muy feliz.
P: No es la primera vez que estás en este programa, en su momento sustituiste a Mariló…
R: Sustituí a Mariló, también a Inés Ballester, y ahora a María Casado. Es la tercera vez que estoy en La Mañana y sigue siendo una experiencia muy gratificante porque me gusta la actualidad, y ya venía de hacer actualidad cuando estaba en la televisión de Galicia. El estar aquí siempre te reporta minutos de satisfacción y minutos con el público, que es al final el que te mantiene vivo.
P: Has confesado en alguna ocasión que eres una mujer con un punto corazonero… un poco maruja.
R: Todos tenemos el punto de peluquería y de ver todas las revistas del corazón, y eso que algunos peluqueros solo te ponen revistas de muebles y decoración, y yo les digo: por favor, ¿podéis traer revistas del corazón? -risas-. Aun así, tengo que reconocerte que yo no soy incisiva, no me gusta que se profundice en la vida de nadie a no ser que esas personas lo permitan. Creo que la privacidad y la intimidad de las personas está por encima de cualquier cosa y eso es algo que yo respeto.
P: Tienes ese puntillo de curiosa o “cotilla”, pero sin embargo en lo que a tu vida personal se refiere eres muy reservada…
R: MUY reservada, sí.
P: Pero ¿cómo es Silvia Jato más allá de un plató de televisión?
R: Soy una persona de carne y hueso, me río, lloro, disfruto, cocino, limpio, descanso, leo y voy al cine. Yo creo que mitificar a las personas que trabajamos en la televisión y creer que nuestro mundo es un mundo de rosas… Yo diría que no, que hay muchas espinas. Tenemos nuestro componente del día a día donde no nos lo regalan todo (habrá algunos que más y otros que menos), pero en mi caso he peleado y peleo todo mucho porque no me gusta relajarme. Me gusta estar encima y controlar mi vida, y no quiero delegar nada en otras personas.
P: Has comentado que no te gusta profundizar mucho en la vida de la gente, ¿te verías presentando un programa como Sálvame?
R: No es que no me vea, es que creo que no doy ese perfil tan… Lo primero, hay que conocer muy bien la vida de los famosos y yo no lo he hecho en mi vida, con lo cual me vería como un pulpo en un garaje. Estarían hablando del año 89 y yo ahí todavía estaba estudiando la carrera, así que no tendría ni idea. Creo que para hacer las cosas tienes que sentirte cómoda, a gusto, y tienes que tener un desenvolvimiento, y yo ahí no me desenvolvería.
P: ¿Qué te resulta más fácil, hacer política o corazón?
R: Bueno, los políticos tienen mucho corazón, me quedo con las dos opciones. (Bromea)
P: Tu trayectoria es extensa y eso es innegable, pero alguna vez has comentado que tu hace muchos años llegaste a tener tres programas semanales, y quizá ahora no corren los mejores tiempos y la cosa está más floja… ¿Cómo llevas esa bajada de ritmo?
R: No me gusta estar parada, pero cuando te dedicas a este medio te das cuenta de que la televisión es una droga, y sientes una necesidad de esa droga… Es curioso, pero atrapa y necesitas estar constantemente en activo. No me gusta estar en casa sentada, y menos aún estar parada… ¡soy insoportable! así que por la salud de todos es mejor que trabaje.
P: Hay algunos presentadores y colaboradores que se quejan de que siempre se llama a los mismos, tanto colaborando como presentando, lo que impide que haya hueco para nuevas caras que tienen talento, ¿Cuál es tu opinión?
R: De que está monopolizado… No sé. La televisión son modas, esto son empresas que apuestan por lo que les da rendimiento y rentabilidad, y en ningún momento se juega al azar. Si estos señores funcionan bien pues yo entiendo que sigan apostando por esos rostros y por esas caras, pero a su vez y cuando no funcionan interviene la cadena para quitarte de en medio, y eso es así. ¿Es injusto? Bueno… También les ha costado estar ahí y llegar ahí.
P: Últimamente se habla mucho en algunos programas de los “juguetes rotos”, o personas que en su día estuvieron arriba y de la noche a la mañana desaparecen. ¿Qué te parece esa acepción?
R: Es muy cruel decir que alguien es un juguete roto, pero al final el hecho de que existan esas personas que “de repente” desaparecen… No sé, habría que ver la situación de cada uno y analizarlo, pero sí que es cierto que todo esto fluye a través del público y de la moda, pero he de reconocerte que pienso que a veces desaparecen personas de manera injusta.
P: Después de que termine tu etapa en La Mañana en septiembre, ¿qué proyectos tienes?
R: Hay varias cosas pensadas, pero hasta que no las vea encima de la mesa, no cuentan. Vamos a ver qué pasa y a dejar fluir este mes.
P: Recordemos tu exitosa etapa en Pasapalabra, hemos leído que comentabas que no lo has vuelto a ver desde que lo dejaste…
R: Empecé en el año 2005, y doce años después se me sigue preguntando por eso. Siempre me preguntan si he visto a Christian presentando el programa, y ya estoy cansada. Me da pena y siento tristeza de lo que escribe la gente, cuando intentan crear enemistad con profesionales a los que admiro y respeto. Christian lo sabe, no me hace falta rectificar nada de lo que he leído últimamente, pero que paren ya porque me parecen unos profesionales de tres al cuarto. Nunca vi mi programa porque cuando haces más de mil programas lo que menos te apetece es sentarte a verlo. No tengo ningún problema con Christian, pero insisto: ¡Nunca vi mi programa!
P: ¿No lo echas un poquito de menos?
R: Echas de menos el equipo y lo que vivimos. Esos cinco años fueron tremendos y todos lloramos cuando me marché. El programa fluye y lo presenta un señor que lo ha llevado a unas audiencias muy altas.
P: ¿El hecho de tener tres hijos a tu cargo dificultaría la posibilidad de tener más trabajo en la televisión?
R: Sí, sería mucho más complicado, pero por otro lado la maternidad te ayuda a llevar el trabajo en el día a día porque eres muy consciente que el trabajo es vital para todos. Mis hijos son muy realistas en eso y son conscientes y saben perfectamente que su madre se dedica a este medio en el que hay etapas con un mayor nivel de exigencia labora. Han crecido con eso y les ha venido bien para saber que nadie te regala nada en la vida y que por todo hay que luchar.
P: ¿Cómo reaccionan tus pequeños cuando te ven en la tele?
R: Mis hijos me boicotean. No les sorprende, yo creo que son los que más pasan de mí.
P: Si, por casualidad, tus proyectos televisivos se acabasen, ¿cuál sería tu plan B?
R: Yo soy economista, pero es algo que nunca me he planteado, de lo que sí estoy segura es que me abriría camino. Yo soy de trabajar, y aunque viviese de las rentas no me aguantaría a mí misma.