Rocío Carrasco, con lágrimas en los ojos tras someterse a un examen psicológico
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Cinco horas y media de examen psicológico. A las 15.50 Rocío Carrasco salía del juzgado con los ojos llorosos, muy mala cara y el semblante completamente serio. Había sido citada hoy, 18 de junio, para realizarse la segunda parte de una serie de exámenes psicológicos y forenses enmarcados en el procedimiento que se está llevando a cabo tras haber denunciado a su ex marido, Antonio David Flores por presunto delito de lesiones psicológicas, secuestro del menor y quebramiento de custodia.
A las 10.24 de la mañana, llegaba acompañada de su abogado, con el semblante serio y sin decir una palabra. Actitud idéntica a la de ayer. Es el tercer martes consecutivo que Rocío Carrasco acude a los juzgados. Tanto ella como su hijo han tenido que someterse a exámenes como una parte más del proceso normal de la instrucción. Aunque se ha dicho lo contrario, la hija de Pedro Carrasco se ha realizado todas las pruebas pertinentes sin poner un pero.
Con este informe el forense valorará si tiene lesiones o secuelas psicológicas fruto de las manifestaciones reiteradas de Antonio David durante estos veinte años, tal y como ella denunció. Aún no está estipulada la fecha para conocer los resultados y la opinión de la jueza al respecto de las pruebas.
No están siendo momentos fáciles para Rocío Carrasco. Ayer, tuvo que reencontrarse con su hijo David, que estaba llamado a declarar en el Juzgado de familia número 1 de Alcobendas. Tanto ellos como Antonio David estaban citados y la tensión era evidente en el ambiente. Hace un año que madre e hijo no se veían y hacerlo en un juzgado no es lo más propicio para que la calma vuelva a la familia.