Se destapa la personalidad de la mujer de Pablo Casado: esto dicen sus gestos, según un experto
Isabel Torres, esposa de Pablo Casado, deja de estar en la sombra: todos los detalles sobre la primera dama del PP
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Pablo Casado (37) siempre ha tratado, según ha asegurado él mismo, que todo lo que llegue a su vida le pille prevenido. Sin sorpresas repentinas ni sobresaltos. Aunque pocos saben si el político esperaba alzarse como vencedor frente a Soraya Sáenz de Santamaría, seguro que no ha sido una sorpresa que su nombre haya sido el más buscado del día al convertirse en el nuevo Presidente del Partido Popular. Así como el de su esposa, Isabel Torres (38). Esa alicantina, psicóloga de profesión, que siempre ha querido permanecer en la sombra, pero que no ha podido evitar convertirse en la otra protagonista de este sábado al pasar de ser una ‘casi desconocida’ a la primera dama del PP en cuestión de segundos. Un triunfo que ella celebró desde la primera fila del auditorio con una actitud comedida y discreta, pero ¿qué dice el comportamiento de esta mujer con sonrisa imborrable? El experto en Comunicación No Verbal, José Luis Martín Ovejero, ha analizado para este digital todos y cada uno de sus gestos a través de fotografías y vídeos, pues dicen mucho más de lo que algunos puedan llegar a creer.
Ambos sabían que cada uno de sus movimientos tendrían gran repercusión, pero les dio igual. Debían estar juntos en un día tan importante y arroparse más que nunca pasara lo que pasara. Algo que no es de extrañar tampoco si tenemos en cuenta el aspecto que José Luis recalca a LOOK. «Acudir juntos transmite a sus seguidores confianza, estabilidad y además es como si abriera las puertas a su intimidad», explica el experto. Pese a que a Isabel le costó asumir la vocación política de Casado, su comportamiento durante uno de los momentos profesionales más importantes para su marido ha sido intachable. Ni un gesto de incomodidad. «Cuando algo nos incomoda o nos enfada nuestro rostro lo dice, no lo podemos evitar, son expresiones faciales automáticas incontrolables, vamos, que ni nos damos cuenta de ellas y no podemos frenarlas. A Isabel no la he advertido ni una. Un detalle que ya es importante», comenta Martín Ovejero.
Eso sí, ha habido algún instante en el que Isabel Torres añoraba pasar inadvertida y así lo han reflejado sus movimientos. «Avergonzada, un poquito, no como patrón de comportamiento, pero sí he visto algún instante en que bajaba la cabeza como tratando de escapar de la situación, aunque siempre con la sonrisa en sus labios», dice José Luis. Un sentimiento que se suma a la felicidad que le provocó este reto profesional que ha asumido Pablo Casado. «La emoción más repetida en el rostro de Isabel ha sido la de felicidad, sonrisa abierta sin tensión muscular, sin apretar los labios, esto es, sin reprimirla. Una sonrisa tan prolongada podría pensarse que es forzada, pero en este caso se encuentra justificada por la sucesión continua de estímulos positivos a su alrededor», asegura el experto consultado por LOOK.
Convertida en una gran compañera de camino, Isabel se ha mostrado en todo momento compenetrada con su marido: «No la he advertido con prisas por terminar o salir cuanto antes, tampoco tratando de acaparar protagonismo, ha sido una buena compañera de camino y escenario», dice José Luis.»Cuando Pablo Casado la busca, siempre la encuentra receptiva y con la mejor de sus sonrisas», añade. No obstante, este gesto de complicidad no solo lo ha tenido con su marido. Aunque de distinto modo, Isabel se ha fundido en un abrazo con Mariano Rajoy al que ha mirado fijamente a los ojos tras la victoria. «Esta mujer algo tiene que consigue que se empatice con ella y agrade», dice Martín Ovejero. Y es que, según este experto en Comunicación No Verbal, Isabel Torres es tan natural como parece. «En conclusión, felicidad no forzada, siempre presente y transmitiendo alegría, pero sin buscar un protagonismo que pueda eclipsar a Pablo Casado», apunta. Sin embargo, desde ahora a Isabel Torres le costará pasar inadvertida, pues su visibilidad crece ya como la espuma.