Melania sí acertó… ¿quiénes han roto el protocolo ante el Papa?
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Melania e Ivanka Trump acapararon todas las miradas en la audiencia que el Papa Francisco concedió al Presidente de Estados Unidos en el Vaticano el pasado miércoles. Aunque algunos han criticado su estilismo, lo cierto es que tanto la Primera Dama, Melania Trump, como la ‘Primera Hija’ cumplieron de manera estricta con el protocolo que marcan este tipo de acontecimientos. Con mayor o menor estilo, ambas salieron airosas de la situación. Y es que el ceremonial que rige estos encuentros es muy claro en lo referente a la vestimenta y otros aspectos.
LOOK se ha puesto en contacto con Marina Fernández, Directora de Relaciones Internacionales de la Escuela Internacional de Protocolo y experta en esta materia, que nos ha confirmado cuáles son las normas de vestimenta a las que se debe adaptar quien vaya a ser recibido por el Sumo Pontífice en audiencia: «Habitualmente los hombres llevan traje de chaqueta oscuro con corbata en diseño discreto. Las mujeres visten de negro, con los brazos y la cabeza cubiertos, sin escote y la falda por las rodillas o debajo de estas. Aunque empieza a ser cada vez más habitual que puedan llevar traje de pantalón o la cabeza sin cubrir».
En sus inicios, el protocolo vaticano obligaba a los hombres a vestir de frac, independientemente de su cargo, pero a partir de la década de los 80 las normas se volvieron cada vez más laxas, eso sí, respetando los colores oscuros y las líneas sobrias. Las mujeres pueden llevar zapatos de tacón, siempre que este no sea excesivo, al igual que ocurre con las joyas y el maquillaje.
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«Lo más destacable en cuanto a la etiqueta vaticana es que solo las reinas de países católicos pueden vestir de blanco cuando visitan al Papa. Es lo que se conoce como Privilege du Blanc»- afirma Marina Fernández.
Pese a esto, hay algunas que han quebrantado esta norma. Un ejemplo muy claro lo constituye Cherie Blair, que en 2006 visitó a Benedicto XVI en el Vaticano con un inadecuado traje de chaqueta blanco, o Rania de Jordania en 2013, quien a pesar de ir de negro cubrió su cabeza con un pañuelo de gasa de color marfil. En la actualidad, el Privilege du Blanc solo le está permitido a Paola de Bélgica, Charlene de Mónaco, Letizia de España, María Teresa de Luxemburgo y Sofía de España.
Han sido varias las damas que han cometido errores, intencionados o no, en sus audiencias con los pontífices. Un destacable ejemplo lo constituye Raisa Gorbachov en 1989, que no solo no llevó la cabeza cubierta, sino que apostó por un color tan llamativo como el rojo, o las Primeras Ministras irlandesas Mary Robinson y Mary McAleese, que tampoco se decantaron por el negro riguroso y dieron a sus estilismos alguna nota de color.
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Errores menos llamativos son los de la Reina doña Letizia y nuestra Emérita doña Sofía en las ocasiones en las que, en lugar de cubrirse la cabeza, optan por sencillos trajes de chaqueta y evitan el uso de la mantilla. Son faltas leves fruto de la adaptación a los nuevos tiempos, como también es el caso de alguna que otra princesa como Magdalena de Suecia, quien acorta un par de centímetros el largo de su falda, a sabiendas de que lo adecuado es justo por la rodilla o un poco por debajo, nunca por encima.
Mención aparte merece la reina Isabel de Inglaterra, que se rige por sus propias normas protocolarias y, al no ser miembro de la Iglesia Católica sino cabeza de la que fundó Enrique VIII, se viste como ella considera.
*Agradecimientos a Marina Fernández y a www.protocolo.com