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El último ‘Chester’ enfrentó cara a cara a dos de los huesos mas duros de la televisión. Por un lado, cómodo y protegido tras sus características lentes ocuras, Risto Mejide y por otro Jordi Cruz, más inquieto que de costumbre y alejado de los fogones. El televisivo cocinero, condecorado con tres estrellas Michelín, se sentaba frente al publicista para, por primera vez, dejar ver un poco más de la persona que se esconde tras el implacable jurado de ‘MasterChef’. La aparente frialdad con la que conocimos a Jordi Cruz parece haber sido un gran handicap a lo largo de su vida, un aspecto de su personalidad con la que confiesa luchar día a día: «Tengo la misma enfermedad que mi padre. No sentir a veces. Mi padre era una persona que solía estar casi siempre enfadada y no tenía la habilidad de ser cariñoso, no sabía expresar el querer».
Esta confesión ha dado pie a que Risto intente ahondar un poco más en la figura paterna del cocinero: «Mi padre nunca me dijo ‘te quiero’ ni yo a él. Yo recé por decirle ‘te quiero’ a mi padre antes de morir. El día que murió vi el vacío en sus ojos (tenía una enfermedad degenerativa) y le dije ‘te quiero’. Murió a las dos horas. Espero que me escuchara», contaba Jordi a Risto en el que dice ser su primer momento emotivo en televisión. Pese a la tajante forma en la que Cruz describe su personalidad, el chef confiesa trabajar día a día en romper esa barrera que le hace parecerse a su padre. «No quiero ser como mi padre, quiero sentir y he luchado contra eso», afirmaba Jordi.
De cocinero «regordete» a chef ‘cañón’ de la televisión
La gran evolución del jurado de ‘MasterChef’ no solo ha sido en lo referente a la cocina. A sus 39 años, el catalán luce hoy día una apolínea figura que no duda en mostrar a través de las redes sociales, un hecho que Risto no ha querido dejar pasar. «Eres un narcisista», le lanzaba Mejide a su invitado, a lo que Cruz respondía: «No, no soy narcisista. Soy muy competitivo. A mí nunca me llamaron guapo antes de ‘MasterChef’. Yo pasé de ser un gordo de 90 kg a que me llamasen guapo «.
De manera muy perspicaz, Mejide ha querido dejar en evidencia la parte frívola y narcisista que el cocinero explota a través de su Instagram comparando la cuenta del cocinero Jamie Oliver y la suya. Mientras que el chef británico se esmera e mostrar a su público la apariencia de sus últimas creaciones, Jordi aparece mostrando palmito. «Las fotos que subo suelen ser fotografías de reportajes de revistas me veo majo y tal», explicaba el catalán frente a un Risto que desplegaba una irónica media sonrisa.
Este nuevo Jordi, no solo renovado por fuera sino también por dentro, fue el que enamoró a su actual novia, Cristina Jiménez. La joven ejerce de Front Office Manager en ‘Abac’, el prestigioso restaurante que Cruz tiene en Barcelona. Pese a los rumores que en su día lo relacionaron con la presentadora Eva González, la pareja mantiene una relación estable en la que comparten casa y lugar de trabajo. Muy breve a la hora de hablar de su pareja, Jordi ha contado que su noviazgo comenzó después de que su chica le mandase un mensaje con la palabra ‘sonríe’, un gesto muy significativo dada la personalidad del cocinero.
El polémico caso de los ‘becarios’ a los que no pagaba
El jurado de ‘MasterChef’ no desaprovechó la ocasión que le brindaba en ‘Chester’ para defenderse de la polémica que le rodeó durante el pasado mes de mayo tras unas supuestas declaraciones que realizó para un medio de comunicación. En ellas explicaba que sus becarios no cobraban, y que para ellos era un «privilegio trabajar» en su restaurante. «Esa entrevista fue mentira. El medio esperó dos semanas en publicarlo y lo hizo justo el día del trabajador. Todo fue a más cuando políticos como Pablo Echenique o Pedro Sánchez lo sacan en Twitter», cuenta Jordi a Risto y se justifica: «No se les paga a los becarios porque es un contracto de prácticas. Aunque yo no les llamo becarios, son chicos en prácticas».
Además, quiso dejar claro lo mucho que le preocupó en su día este asunto y la manera en la que el cocinero trabaja con los nuevos talentos que quieren empezar sus pasos junto a él: «A los chicos se les cubren todas las dietas. Me criticaron por comprarme un palacete mientras no pagaba a los becarios, pero ¿sabes quién vive en el palacete? Mis becarios».
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Valiente y sin esquivar los afilados dardos que el publicista le ha tirado durante la entrevista, Jordi Cruz ha dejado claro ser un hombre de ideas claras y sueños cumplidos. Todo ello mediante un gran afán de perfección que en ocasiones le ha llevado a ser el tipo de persona de la que tanto huye, y que actualmente combate a través de sumar sonrisas.