¿Cuánto ha costado la reunión de los Pantoja?
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No es habitual que Isabel Pantoja logre reunir en torno a ella, y de una misma tacada, a hijos, nietos y cónyuges de aquellos. Acostumbrada a recibir visitas esporádicas en su búnker de Cantora, mucho menos frecuente, por no decir histórico, es que la tonadillera se reúna con todos ellos de una misma vez y a la luz del día, sin muros silenciadores de por medio. Ha sido en Ibiza, y sobre la cubierta de un barco, tal y como muestra en exclusiva la revista ‘¡Hola!’, donde se ha producido una reunión familiar como ninguna otra se recuerda. La cita de los Pantoja, eso sí, ha costado 3000 euros a quien quiera de todos los miembros del clan que la haya financiado. LOOK ha tenido al acceso a la embarcación que sacó de paseo a la familia Pantoja.
Un yate de catorce metros y medio de eslora, modelo Pershing 45, fue el escogido para la insigne ocasión. Con un capitán como única tripulación, la discreción estaba asegurada para que Isabel Pantoja disfrutase de su familia como a ella le gusta, con la mayor intimidad. Pasaban algunos minutos de las once de la mañana del pasado martes 22 de agosto, cuando la cantante llegaba con toda su tropa al lugar escogido para la recogida, que no es el punto habitual de amarre de la embarcación. De forma inusual, el embarque se produjo fuera del pantalán del puerto. En una gasolinera cercana al mismo. Allí estaban Isabel Pantoja, Kiko Rivera e Irene Rosales con su hija Ana, Isa y Alejandro Albalá con el pequeño Alberto y dos amigas más de la familia. Un total de 9 pasajeros que son los que admite la capacidad del yate. Tras más de una semana en la isla recluida en el chalé que había alquilado la familia, el plan bien merecía que Isabel, poco dada a las salidas al exterior, se dejase ver.
Los equipos de snorkel, la tabla y los remos para practicar paddle surf, las neveras frías y repletas de hielo. Todo estaba preparado por la empresa que alquila la embarcación para el disfrute de un día en alta mar. También estaba a disposición de la familia algún otro accesorio extra para hacer más divertida la jornada, como es el caso de un seabob, cuyo alquiler diario cuesta 250 euros. Kiko no lo dudó. Con este artilugio, podría moverse como pez en el agua durante dos horas sin hacer esfuerzo físico y sin necesidad de licencia alguna. Con todo preparado, la embarcación soltó amarres y los Pantoja salieron a alta mar. Antes de hacerlo, habían desembolsado los 1936 euros que cuesta el alquiler diario del yate -1600 por ser fecha de temporada alta y el 21% de IVA pertinente- y los 500 de gasolina que aproximadamente se iban a gastar durante la jornada de navegación por las aguas de Ibiza.
Durante más de ocho horas, la familia Pantoja se convirtió en una familia normal ante una divertida jornada marinera entre niños, risas, baños y comilona frente a los acantilados de la zona de Es Pujols. Solo cuando la embarcación llegó a una zona tranquila sin barcos “vecinos” alrededor, Isabel Pantoja abandonó su asiento bajo el toldo de sol y se deshizo de su caftán para sumergirse en aguas baleares durante más de una hora, un placer del que hacía muchos años que no disfrutaba y del que dan buena fe las páginas de la revista ‘¡Hola!’. El hijo mayor de Kiko, Francisco, fruto de su relación con Jessica Bueno, fue el único ausente de una jornada inolvidable.
Una jornada que, en cifras, alcanzó los 3000 euros –si al alquiler de la embarcación le sumamos el combustible, los extras y la comida y bebidas con los que pasaron el día- para una familia a la que Hacienda, y las deudas, llevan años pisando los talones. Isabel Pantoja aún arrastra una deuda con el fisco que llegó a superar el millón de euros y que, con aplazamientos e hipotecas varios, ha ido reduciendo quedándole aún por pagar más de la mitad. Su hijo Kiko debe desde hace varios años una cantidad cercana a los doscientos mil euros que también atosiga seriamente su economía familiar, y fruto de la cual la Agencia Tributaria embargó preventivamente parte de Cantora en 2016. La pequeña del clan, Isa Pantoja, es la única que hoy por hoy tiene sus cuentas saneadas gracias a sus reportajes en revistas del corazón, una salvación a la que toda la familia ha recurrido en diversas ocasiones. Así las cosas, queda la incógnita de si el desembolso de la jornada fue a escote o invitación de algún miembro de la familia.