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la nueva vida de cristiano ronaldo

El puente de la discordia: Georgina aleja a los Aveiro con una construcción arquitectónica

La pareja de Cristiano Ronaldo ha aprovechado el traslado a Turín para reclamar su lugar

Georgina siempre lo ha tenido claro: no está dispuesta a ser una más. Desde que comenzó su relación con Cristiano Ronaldo, se propuso que no le iba a ocurrir lo mismo que a las anteriores parejas del jugador y, hasta la fecha, parece estar cumpliendo su cometido. Para ello ha tenido que enfrentarse a los Aveiro, ese clan que rodea al futbolista y que siempre ha protegido a su gallina de los huevos de oro con esmero. Primero se fue haciendo fuerte poco a poco, pero con el paso del tiempo y, sobre todo, tras quedarse embarazada de Ronaldo, la joven se hizo indestructible.

Una vez nació Alana Martina, algo se rompió entre Rodríguez y los Aveiro. La exdependienta ya no era solo la novia, la chica del momento, sino, la madre de una de las hijas del futbolista. Aprovechó como nadie la oportunidad que le brindaba el desencanto de CR7 con el Real Madrid y apoyó en todo momento su fichaje por la Juventus, algo que a la matriarca de la familia, Dolores Aveiro, tan hecha a su vida en Madrid y a estar tan cerca de su “menino d´ouro”, no le acababa de convencer. Georgina ascendía posiciones.

El sí de CR7 al equipo italiano supuso la victoria definitiva para Gio en esta guerra no declarada entre la de Jaca y la familia de Ronaldo. Eso sí, pese a todo, las maniobras para seguir marcando su territorio no habían terminado. Una distancia, ahora sí real y tangible, se establecía entre los dos bandos. Y no, no solo en kilómetros. Incluso cuando los Aveiro pernoctasen en casa del crack luso una barrera arquitectónica marcaría las distancias.

De todas las casas ofrecidas a Cristiano, solo una conquistó a la exigente pareja. Una situada en las colinas de Turín que, a diferencia del resto, contaba con una extraña peculiaridad. No era una amplia casa plagada de habitaciones, sino dos residencias independientes unidas por un puente. Un puente cargado de significado. En una de las estancias vivirá el jugador con su novia y sus cuatro hijos, en la otra, la familia Aveiro durante sus visitas. Georgina no tiende puentes. Georgina los pone directamente. Y es que desde tiempos de Moisés, nadie había separado tan bien las aguas.

Dolores Aveiro, la gran perjudicada

Según ha podido saber este digital, Dolores y Georgina se hablan y se respetan. La matriarca recibió con los brazos abiertos a la aragonesa. Pero también es cierto que le está costando encajar su nuevo lugar en la vida de su hijo. Acostumbrada a entrar y a salir a su antojo, a poner y a disponer, a ocupar su tiempo al cuidado de Cristiano Jr, sabe que la situación ha cambiado. Su hijo, por primera vez, vive con una mujer en casa. Novias hubo muchas, pero ninguna se mudó con armas y maletas al hogar.

Georgina ha impuesto los limites y tierra de por medio (en este caso un puente). Parece que la decisión, tan simbólica pero tan clara a la vez, no ha gustado mucho a la familia de su novio, pero a ella poco le importa. Con una vida en Italia, a miles de kilómetros de Portugal y de Madrid, se sabe señora de su(s) casa(s). Y poco o nada parece importarle los desplantes, por mucho que su suegra le de “likes” a Irina Shayk en Instragram. Ahora todo son “me gustas” a la ex modelo rusa, cuando hace años, no le gustaba nada.

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