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Once días después del fallecimiento de Sebastián Palomo Linares ha tenido lugar su funeral este viernes a las ocho y media de la tarde. Un sepelio que ha dado profundamente que hablar. Y no. Las disputas familiares no han surgido ahora, pues ya afloraban años atrás. Los lazos debilitados han sido protagonistas en un día en el que se ha recordado al diestro con especial emoción, día en el que, por cierto, todas las miradas se han centrado en sus descendientes y sobre todo, en las ausencias. La más destacada, la de su pareja, Concha Azuara. Pese a ser conocedora de la misa, la magistrada ha preferido no acudir y es que, según se ha publicado, Concha se ha enterado por terceras personas de este homenaje a su pareja.
LOOK ha podido confirmar por testigos presenciales este viernes en la parroquia de la Iglesia de la Virgen de Fátima, que sus hijos son conscientes de la existencia de una segunda misa de la que, además, se ha especulado mucho acerca de quien la presidiría. Todo apuntaba a que sería Azuara la que estaría al frente, rumores que ella misma ha negado a LOOK: «Yo no he organizado ningún funeral el martes 9 de mayo en Aranjuez. Lo organiza La Peña Taurina El Niño de Aranjuez».
A pesar del revuelo generado, han sido pocos los rostros conocidos que se han dejado caer en el funeral anunciado por sus propios hijos a través de una esquela en ABC esta misma semana. Empresarios del mundo de la tauromaquia como José Luis Lozano o personajes célebres como Beatriz de Orleans son algunos de los que han querido arropar a sus hijos Andrés, Miguel y Sebastián en un día arduo para ellos. La ceremonia se ha celebrado en una iglesia con capacidad para más de 350 personas, aunque no ha superado las 110. Una sensación de vacío que ha desaparecido con el calor de los suyos en la que también ha sido protagonista la música. Un dúo formado por un violín y un violonchelo han provocado un mayor sentimiento de anhelo y sobrecogimiento, si cabe.
Varios medios estaban apostados en la puerta de la parroquia, pero LOOK ha sido testigo del funeral del diestro. Los nervios y la tristeza estaban presentes en el ambiente, sentimientos que se manifestaban, sobre todo, en la actitud de su hijo mayor. Un Sebastián visiblemente pensativo hacía aparición en la iglesia 35 minutos antes de que diera comienzo la misa. Su comportamiento reflejaba que era él el que llevaba la voz cantante, siendo él mismo el que se acercaba a todos los amigos o familiares que habían acudido a recordar al torero.
Más tarde pero puntuales, llegaban también Miguel y Andrés, acompañados de sus respectivas parejas. El más cabizbajo, sin duda, ha sido Andrés, pues el joven mantenía la mirada fija en el suelo sin articular palabra. Unidos han ocupado el primer banco de la iglesia, donde agradecían las palabras de condolencia y los mensajes de cariño que la gente le transmitía.
Una vez finalizada la misa, los hermanos han decidido abandonar velozmente las inmediaciones de la iglesia, sin apenas detenerse a hablar con nadie. Todos salvo uno. Sebastián ha preferido refugiarse en un restaurante cercano junto a algunos de sus amigos, en el que probablemente haya sido uno de los días más duros de su vida.