Antonia Dell’Atte cuenta su tormentosa relación con Alessandro Lequio: "Fue una época horrorosa, pero le he perdonado"
Antonia Dell'Atte al descubierto.
Impulsiva, vivaz y enérgica. Así es cómo Antonia Dell’Atte se ha mostrado en la entrevista que Bertín Osborne le ha realizado en Marbella. Haciendo gala de su carácter histriónico , la modelo ha revelado algunos de los capítulos de su vida más desconocidos por los medios, como su dura infancia en Italia o la grave enfermedad ocular que la ha mantenido 8 años fuera del foco mediático. La musa de Armani ha querido también tocar otros temas que en su día estuvieron en boca de todos, y es que la italiana es una de las mujeres que más portadas ha protagonizado en la prensa de nuestro país. Cómo no podría ser de otra manera, su controvertida ruptura con Alessandro Lequio ha ocupado gran parte de la entrevista. Relación que se convirtió en el ‘triángulo amoroso’ más polémico de los años 90.
«Fue una época horrorosa, pero le he perdonado», afirma Dell’Atte, que ahora asegura estar en uno de los momentos más relajados de su vida: «Tras mi enfermedad pude perdonar. He estado 25 años cabreada». Antonia ha narrado algunos de los detalles más desconocidos de su relación con Alessandro Lequio, padre de su hijo Clemente, al que califica como un hombre complicado. «Las primeras semanas de conocernos todo parecía un cuento de hadas. Luego me quede embarazada y organizamos la boda. Nada más casarnos le salió su carácter, me di cuenta el mismo día que me casé. Ahora ha cambiado, Dado era una persona muy complicada», afirma la maniquí, que califica a su ex como un hombre posesivo y obsesionado con mantener las apariencias. «Una vez me dijo que si no iba a una cena se divorciaba de mí, que yo era su mujer y que él mandaba», confesaba a Bertín, y añadía: «El no quería que yo no trabajase, solo que fuera una ama de casa. Eso a mí no me hacía feliz. Cualquier gesto y cualquier cosa era motivo de peleas absurdas, por cualquier cosa se enfadaba y le dije que le iba a para los pies».
Pero el carácter del ahora tertuliano de AR no fue el detonante de la ruptura, sino otro muy diferente llamado Ana Obregón. Antonia Dell’Atte ha mantenido una guerra durante años con la presentadora, conflicto que ha sido público tanto en revistas como en programas de televisión. «Yo conocí a Ana en Roma, estaba grabando una película y no sabían quien era. Cuando Alessandro y yo nos instalamos en España le dije que teníamos que relacionarnos, y que yo conocía a Ana Obregón. Él me dijo que no, que éramos de la Familia Real y que no quería gentuza en su casa», afirma Antonia, que confiesa haberse sorprendido, en su momento, que su marido eligiera a la presentadora para serle infiel: «En mi cabeza jamás me pude imaginado que acabaría con Ana Obregón. No era su tipo». Pese al dolor que le supuso que el padre de su único hijo se fura con otra mujer, la italiana mantiene que ya les ha perdonado. Aunque hay cosas que no puede borrar de su mente: «Me enfadé con ella por todos los montajes que hicieron para ponerme a mí de mala. Realmente ellos me hicieron famosa, porque si ellos hubieran estado calladitos, yo no sería la Antonia Dell’Atte», comenta la exmodelo.
Clemente Lequio, el punto de paz de Antonia
Pese a las discrepancias que sus padres han tenido durante años, lo cierto es que Clemente Lequio ha sabido mantenerse en un impecable segundo plano. El joven es el único que intenta frenar el temperamento de Antonia Dell’Atte, y eso es todo un mérito. Una relación maternofilial que el hijo mayor de Alessandro Lequio califica así: «Mi madre me ha dado un buen ejemplo, ella ha criado sola y he desempeñado los dos papeles. A mi padre yo le veía y no le veía, tengo recuerdos de él, pero la distancia hacía que no tuviéramos mucho contacto».
Pese a la aparente frialdad que parece existir entre Alessandro y su hijo, ambos confiesan estar haciendo un gran esfuerzo para establecer la relación. Algo por lo que Clemente se siente muy satisfecho: «Ahora mi padre y yo tenemos una relación más fluida. Hemos hecho una cosa muy sana que es poner una piedra sobre el pasado, vivir el día a día sin hablar de lo que pasó. Hablamos cada día, creo que lo hemos hecho de la manera más sana», asiente el joven, que también ha tenido un instante para hacer referencia a su hermano Álex: «lo cierto es que entre nosotros siempre ha existido una relación, pese a lo que sucediera entre nuestros padres». Clemente permanece casi todo su tiempo en Estados Unidos, lugar donde se ha desarrollado profesionalmente, y ahora confiesa haber emprendido un proyecto empresarial propio. Una vida alejada de los flashes que tanto han obnubilado siempre a sus padres.