La respuesta no se ha hecho esperar. Álvaro de Marichalar ha facilitado a LOOK una carta para responder al trato recibido por Jorge Javier Vázquez en su última entrevista en ‘Sábado Deluxe’. En ella, el aristócrata navarro «no espera honestidad de quien la desconoce» refiriéndose al equipo capitaneado por el ‘rey Midas’ de Telecinco y «perdona de antemano al «presentador» y a los que «colaboraron en hacer posible la perversión» de su imagen pública. «Fui violentamente despojado de la palabra, por quien usa la fuerza de la mentira y el odio ciego», añade.
En sus líneas, el noble incide en esta primera idea: «Perdonar es la mejor forma de intentar hacerles ver su error, para que puedan corregirse algún día y dejen de inocular su virus de vileza a los millones de buenas personas que todavía siguen -inexplicablemente- consumiendo esa clase de programas convertidos en orgías de deshonor y maldad sin límites (…). Ha quedado patente que la cacareada «libertad de expresión» no existe de verdad – para todos- en España.
Marichalar denuncia además una «precaria libertad de expresión» y hace un llamamiento a la opinión pública: «Lo único que nos queda es ser conscientes de la precaria situación en la que ha quedado nuestra Libertad, para poder así recuperarla con valentía y mantenerla con honor».
Por otro lado, en declaraciones exclusivas a LOOK, Álvaro de Marichalar responde a la pregunta sobre los reyesque se le formuló en el citado espacio televisivo, antes de que Jorge Javier despidiera la entrevista: «La Familia Real me parece que actúa bien porque cumple el mandato constitucional de representar con honor y profesionalidad a los españoles, defendiendo la unidad secular de la Nación; una unidad que hizo precisamente posible nuestra Monarquía en 1492 y que sigue forjando y garantizando nuestra institución más antigua e importante de España que hoy encarna de manera ejemplar Su Majestad el Rey Don Felipe junto a la Real Familia», concluye.
Carta íntegra
¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN EUROPA?
Agradezco de corazón el noble apoyo que estoy recibiendo de muchas personas que fueron testigos de la intolerable promoción pública de odio, que supuso el ruin atentado en directo contra mi libertad de expresión y mis derechos civiles fundamentales el pasado sábado en Tele5.
Un atentado en toda regla contra el principio constitucional básico de igualdad, perpetrado a traicióndesde la inimaginable cobardía de quien dispone a su antojo caprichoso del poder infinito que supone un medio de comunicación masiva como es un programa de TV.
Aunque algo herido, el sacrificio mereció la pena para conseguir mi principal objetivo: Proclamar el hecho patente de que nuestros Mozos de Escuadra (la policía de nuestro gobierno de nuestra Generalidad de Cataluña -que financiamos juntos todos los españoles-) está siendo utilizada por el actual gobierno golpista y sedicioso catalán, paragarantizar elincumplimiento de la Ley (como quedó probado el pasado día 1 de octubre) sin importarles poner en riesgo NUESTRA sagrada PAZ CIVIL. La PAZ y concordia de los catalanes entre si y del resto de españoles.
Cuando quise proclamar esa verdad contrastada, fui violentamente despojado de la palabra, por quien usa la fuerza de la mentira y el odio ciego.
Dios ayude a ese pobre esbirro de la dictadura del mal.
Es un hecho probado que la actual Generalidad de Cataluña está actuando igual que los abyectos gobiernos totalitarios de corte estalinista o nazi que destrozaron Europa. Controlando la educación y los medios de comunicación, se controlan los sentimientos; las vidas y las haciendas de las buenas personas. Llevan 35 años dando el golpe.
Perdono de antemano al «presentador» y a los que colaboraron en hacer posible la perversión de mi imagen pública.
Todos sabemos que no ofende quien quiere sino quien puede.
No debemos esperar honestidad de quien la desconoce.
Perdonar es la mejor forma de intentar hacerles ver su error, para que puedan corregirse algún día y dejen de inocular su virus de vileza a los millones de buenas personas que todavía siguen -inexplicablemente- consumiendo esa clase de programas convertidos en orgías de deshonor y maldad sin límites.
Se me hace más difícil perdonar a los propietarios -extranjeros- de la cadena de TV, siempre dispuestos a sembrar en España su ruina moral y odio estéril, a cambio de sus codiciados treinta denarios de traición absoluta a nuestros valores fundamentales europeos; a nuestra noble convivencia entre españoles y a nuestra sagrada PAZ CIVIL.
El «divide et impera» no pudo doblegar los valores hispanos de nuestra valiente Numancia hace ahora 2150 años y no podrá tampoco truncar hoy los principios fundamentales que sostienen el alma limpia y ancha de la gran mayoría de los españoles.
Ha quedado patente que la cacareada «libertad de expresión» no existe de verdad – para todos- en España, porque la información está secuestrada a través de los medios de comunicación controlados por gobiernos autonómicos sediciosos; o partidos políticos constituidos en virtuales estructuras mafiosas de poder; o grupos de comunicación extranjeros; o personajes desleales a la idea de unidad territorial y concordia plural entre las personas.
Lo único que nos queda es ser conscientes de la precaria situación en la que ha quedado nuestra Libertad, para poder así recuperarla con valentía y mantenerla con honor.
Un primer paso puede ser evitar consumir esos programas cuidadosamente programados para desarbolar la moral y los principios de las personas de bien.