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La cara y la cruz de la nueva vida de Ágatha Ruiz de la Prada

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Ha pasado un año desde que Ágatha Ruiz de la Prada sufriese su mayor descalabro sentimental hasta la fecha, el divorcio del que fue su marido durante 30 años y padre de sus dos hijos, Pedro J. Ramírez. La diseñadora se refugió en sus amigas y en su exitoso trabajo. Pasados algo más de 365 días hace balance en una entrevista repleta de sinceridad, con la revista ‘Diez Minutos’ como testigo.

Obligada a reinventarse en su faceta privada, Ágatha ha retomado el camino de la ilusión. La vida empieza a sonreírle y buena prueba de ello es la concesión del Premio Nacional de Diseño de Moda 2017, un galardón  -con 30.000 € incluidos-«que hace años que me lo tenían que haber otorgado», tal y como cuenta ella misma y que no hace más que confirmar que sus atrevidas y coloridas colecciones siguen teniendo un hueco excepcional entre la costura española.

Ágatha y Pedro J. Ramírez, en una imagen de archivo / Gtres

Pedro J cambió a Ágatha Ruiz de la Prada por otra mujer y esa herida aún sangra en su interior: «Confiaba plenamente en él, fue una sorpresa que tuviera a otra mujer  y por eso me quedé tan tocada (…) lo único que le pedía a Dios era no quedarme colgada, como le pasó a mi tía Carmen, que sufrió durante más de 20 años la separación de mi tío Carlos».

Ágatha: «Me gustaría pasar 10 años sin ver a Pedro J. Ramírez»

La modista va más allá y hace una cruda e inesperada confesión: «A veces voy por la calle aterrorizada de poder encontrármelo. Eso no es normal y espero que se me pase pronto». Preguntada por lo que más le ha dolido de toda su ruptura, Ágatha Ruiz de la Prada alude a la repercusión: «Fue un golpe público, eso es lo que más me duele. Hay personas que me paran por la calle para solidarizarse conmigo, me han dado premios y en ese aspecto no puedo estar más acompañada y mimada».

«Cósima se ha portado conmigo casi mejor que Tristán»

Sus hijos, Tristán y Cósima, han sido dos de sus principales sustentos. Ella los define así: «Si tuviera que darles una nota del 1 al 1.000, sería la máxima, sin duda. Cósima se ha portado fenomenal, te diría que casi mejor que Tristán, porque ella lucha por mí y él intenta siempre mediar».

Ahora la vida le está regalando una oportunidad de renacer y de reinventarse como persona que Ágatha Ruiz de la Prada no está dispuesta a rechazar: «Estoy abierta a todo. Lo único que quiero es un hombre que me aporte alegría, me da igual que sea pobre o millonario». Eso sí, el único pero y mal sabor que se le queda es el de «no haber sido más libre».

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