France se convierte en Carrie Bradshaw
Cuando conocimos la noticia de que Sarah Jessica Parker volvería a la pequeña pantalla para protagonizar una serie ambientada en Nueva York, fue imposible evitar que nos viniera a la cabeza ‘Sexo en Nueva York’.
Aunque han pasado casi 20 años desde que se emitiera el primer capítulo, Carrie Bradshaw sigue viva en nuestros corazones. Por eso, cuando vemos a la actriz que dio vida a la emblemática columnista del New York Observer rodando en la Gran Manzana, lo sentimos por Divorce, su exitosa primera temporada y por Frances -personaje al que interpreta la actriz en la serie de HBO-, pero Sarah Jessica, deja de ser Sarah Jessica, y vuelve a convertirse en nuestra adorada Carrie.
Si hay algo por lo que nos encanta colarnos en los rodajes de Divorce, es porque, en cierto modo, la serie ha sido considerada en múltiples ocasiones como una secuela en la que se muestra la supuesta vida de Carrie tras romper con Mr. Big.
En el último set, Sarah Jessica volvía a teletransportarnos a finales de los noventa mientras caminaba sobre unos coloridos stilettos. Si bien el look de primavera que nos regaló durante la grabación era mucho más maduro que los que lucía Carrie en ‘Sex and de city’, es imposible no fijarse en él, y no recordarla a ella.
La actriz nos recordó inevitablemente a Carrie Bradshaw / Gtres
Con un bonito vestido estampado en tonos azules, los estilistas de la serie se apuntaron un tanto sumándose a la tendencia de combinar diferentes prings en un mismo look. Una moda arriesgada que consiguieron salvar incorporando al look de Sarah Jessica un abrigo de cuadros de un azul mucho más intenso que el del vestido.
Sin embargo, aunque muchas pagarían por ver a Carrie volver a reunirse con su squad de amigas para plantear cuestiones fundamentales en la vida de cualquier mujer, es inevitable que el tiempo pase por su protagonista. Por eso, Sarah Jessica, que reconocía que en ‘Sexo en Nueva York’ era capaz de estar 18 horas sobre unos tacones, ahora, entre toma y toma no duda en llevar un zapato mucho más cómodo.
Sarah Jessica con unas Ugg entre toma y toma / Gtres