Gastronomía

Mujeres pioneras a la conquista de los fogones profesionales

La paradoja de las mujeres en la cocina pone el foco en las grandes chefs que se están convirtiendo en reinas de este mundo en el que, hasta hace poco, el reconocimiento solamente lo recibían los hombres.

Las mujeres se han ocupado tradicionalmente del cuidado del hogar. Los fogones estaban reservados para ellas, que se han encargado de alimentar a sus familias prácticamente desde el origen de los tiempos. Sin embargo, en el ámbito profesional, el reconocimiento se lo han llevado los hombres, los grandes ‘chefs’ del mundo gastronómico. Pero ¿qué hay de ellas?

Sin ir más lejos, de las 196 estrellas Michelin que se concedieron en 2018, solamente en 18 de los restaurantes había una mujer al mando. María Marte, Carmen Ruscalleda, Elena Arzak, son solamente algunas de las muchas mujeres con reconocimiento en la prestigiosa guía y que, sin embargo, son infinitamente menos conocidas que sus compañeros de profesión masculino.

Elena Arzak y su padre Juan Mari Arzak / © Gtresonline

Pero tampoco hace falta tener una estrella para brillar en la cocina. Begoña Rodrigo, de La Salita, Begoña Fraire, de Étimo o Pepa Gómez, de El Qüenco de Pepa, son algunas de ellas.

Precisamente esta última chef y dueña del famoso restaurante madrileño, es todo un ejemplo de superación. La sevillana regenta uno de los centros gastronómicos españoles con mejor reputación de la capital. Sus platos caseros son sinónimo de calidad y una oda a la cocina tradicional de nuestras abuelas. Desde niña fue una apasionada de los fogones. Con tan solo 9 años ya limpiaba calamares y boquerones en el negocio familiar. Con 11 cocinaba sin problema junto a su padre Pepe, al que también acompañaba a los caterings que daba por toda España.

Pepa Gómez © El Qüenco de Pepa

La máxima preocupación de Pepa es controlar el origen del producto cuidando siempre la sostenibilidad y por lo tanto respetando las temporadas. Para ello, el contacto directo con el agricultor, setero, pescador y ganadero facilitan lo anterior y hacen posible que el Qüenco de Pepa se caracterice por sus productos, donde sus tomates gigantescos, que mima y ve crecer desde sus propias tierras de cultivo, se han convertido en todo un reclamo para sus comensales por su intenso sabor.

Pero la sevillana no podría llevar su restaurante por sí misma y reconoce que su equipo, en el que, por supuesto, también trabajan hombres, es fundamental. Generar Confianza con el cliente y que se sienta como en casa es una de sus máximas prioridades, por eso, la socia de la chef, Mila Nieto, explica que la importancia de que los comensales «respiren la dedicación que hay detrás de cada plato, orientado al placer y siempre cuidando de nuestra salud. El Qüenco de Pepa es el esfuerzo y bien hacer de veintisiete increíbles profesionales». [LEER MÁS: Ana Rosa Quintana: “que dejemos de ser ‘superwoman’ depende más de ellos que de nosotras”]

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