Macron paga cara su férrea apuesta por la moda francesa
A los pocos meses de llegar a la presidencia de Francia, Emmanuel Macron ha tomado una importante decisión a favor de su país: ha cambiado su sastre habitual en pro de otro de producción 100% nacional. De este modo, la confección de sus trajes correrá a cargo de Smuggler, la única casa de París cuyos trajes son fabricados enteramente en el territorio francés, en concreto, en la localidad de Limoges, según la información publicada recientemente por la revista Closer.
Sin duda, un significativo guiño a favor del producto ‘made in France’, pero que acarreará un gasto extra a las arcas públicas. Y es que el precio de los nuevos trajes presidenciales dobla el de los antiguos, comprados desde hace años en Jonas et Cie. Si bien el precio de los atuendos a medida de este discreto taller parisino oscilaba entre los 340 y 400 euros, los de Smuggler ascienden a 800 e, incluso, 1.000. Una diferencia palpable que recaerá sobre los contribuyentes, eso sí, siempre con el objetivo de promover la industria gala y elevar la marca Francia a las más altas esferas.
No obstante, se trata de un importe insustancial si se compara con los elevados costes de vestuario y maquillaje del expresidente Nicolas Sarkozy que, en algunos casos, llegaron a oscilar los 7.000 euros.
Al parecer, fue la propia Brigitte Macron, quien instó a su esposo a seguir su ejemplo y optar por las firmas nacionales a la hora de elegir su vestuario y, al mismo tiempo, representar a su país. El responsable de la marca, Gilles Attaf, confirmó al citado medio que la Primera Dama fue quien se puso en contacto con ellos en un primer momento, aunque después cedió el relevo al gabinete del mandatario.
Desde su llegada al Elíseo, Brigitte siempre ha manifestado su debilidad por las grandes firmas de lujo francesas, en especial por Louis Vuitton, casa en la que ha confiado en ocasiones tan importantes como la toma de posesión de su marido como presidente de Francia.