Televisión, moda y corazón. Periodista de vocación y comunicadora de formación, me he movido entre estudios de radio, redacciones digitales y bastidores de redes sociales. He narrado la actualidad en la 'Cadena SER', seguido la pista a las nuevas tendencias en 'El Independiente' y escrito sobre lifestyle y empresas en la 'Revista Capital'. En 'Diez Minutos', combiné redacción y estrategia digital como Community Manager. Ahora escribo en LOOK, donde cubro actualidad televisiva, moda, celebrities y realeza.
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Con el inicio oficial de la temporada de premios, Hollywood vuelve a encender sus focos y a desplegar su tradicional alfombra roja. Este periodo, siempre cargado de expectación y glamour, da comienzo con los Governors Awards 2025, una gala auspiciada bajo el paraguas de los Oscar y considerada una antesala imprescindible para medir el pulso de la industria antes de la gran noche del cine americano. En este evento, donde convergen figuras consagradas y nuevos talentos, se marcan las primeras tendencias estilísticas y se anticipa el tono que dominará el resto de ceremonias.
Celebrados en el Ray Dolby Ballroom de Los Ángeles, estos premios honoríficos, que reconocen trayectorias excepcionales dentro de la industria cinematográfica, han congregado a algunas de las figuras más influyentes del star system. Desde Jennifer Lopez y Emma Stone hasta Leonardo DiCaprio y un aclamado Tom Cruise, quien recibió el Oscar honorífico de la noche, la alfombra roja brilló con una variedad de estilos que anticipan por dónde irán las tendencias de esta temporada.
Entre las primeras en acaparar la atención estuvo Jennifer Lopez, siempre infalible en su capacidad para dominar los focos. La cantante y actriz llegó enfundada en un espectacular diseño de Tamara Ralph, perteneciente a la colección otoño-invierno 2025. El vestido combinaba un cuerpo ajustado en terciopelo negro con un pronunciado escote corazón y una falda con sobrefalda en tono champán que aportaba volumen dramático. El conjunto se complementó con guantes largos negros y joyas de Chopard.
Jennifer Lopez en la antesala a los premios Oscar. (Foto: Gtres)
Otro de los momentos más comentados llegó de la mano de Ariana Grande, quien sorprendió apostando por un vestido de archivo de Dior, fechado en 2007 y firmado por John Galliano. El diseño, confeccionado en satén rosa empolvado, presentaba bordados botánicos multicolor, una silueta asimétrica y un delicado juego de volúmenes. Con un aura que recordaba a su personaje de Glinda, Ariana consolidó uno de los looks más virales del evento.
La presencia de Dakota Johnson, musa habitual de Alessandro Michele, también dejó huella. En esta ocasión, la actriz optó por un vestido drapeado en verde menta firmado por Valentino, caracterizado por su caída suave y su efecto etéreo. Elegante y fiel a su estilo personal, Dakota demostró nuevamente por qué es una de las favoritas de la crítica de moda. Por su parte, Jennifer Lawrence, embajadora de Dior, volvió a confiar en la maison con un diseño blanco de inspiración nupcial. El vestido presentaba un escote Bardot, drapeados exquisitos y una abertura frontal que mezclaba clasicismo y modernidad con impecable equilibrio.
Dakota Johnson en la antesala a los premios Oscar. (Foto: Gtres)
La sobriedad elegante llegó con Emma Stone, una de las actrices más esperadas de la noche y firme candidata en la carrera hacia los Oscar. Fiel a Louis Vuitton, Stone lució un vestido negro minimalista decorado con una tira de pedrería plateada en el escote. Un ejemplo perfecto de lujo silencioso, una tendencia que viene ganando terreno en la moda de alfombra roja.
No faltaron propuestas más arriesgadas como la de Cynthia Erivo, quien llevó un abrigo-vestido de Givenchy con estampado floral y flecos que evocaba una pieza impresionista en movimiento. Mientras tanto, Anya Taylor-Joy optó por la fantasía pura con un diseño blanco de Maison Margiela Alta Costura, fluido y casi celestial, acompañado por joyas de Tiffany & Co. Otros nombres destacados como Natalie Portman, Kate Hudson, Emily Blunt o Sidney Sweeney completaron una velada donde cada look parecía contar una historia propia, reflejando la diversidad estilística que reina hoy en Hollywood.