La tristeza de los Windsor en el último adiós al duque de Edimburgo
El funeral por el marido de la reina Isabel se ha celebrado este sábado en Windsor con la asistencia de tan solo 30 personas debido a las restricciones.
La familia real británica se ha enfrentado a uno de sus momentos más complicados en los últimos tiempos. El pasado viernes, el duque de Edimburgo fallecía a los 99 años apenas unas semanas después de recibir el alta hospitalaria tras permanecer casi un mes ingresado. Ha sido hoy cuando se ha celebrado el funeral en su memoria, así como su entierro bajo la Bóveda Real de la capilla de San Jorge en Windsor, el mismo lugar en el que fue enterrada en principio su madre, la princesa Alicia de Battenberg, antes de ser trasladada a Jerusalén, tal como era su deseo.
Poco antes de las 14:00 hora local comenzaba el desfile militar en recuerdo del Duque, así como la llegada de los primeros asistentes. Han sido solo 30 las personas que han podido asistir al sepelio debido a las restricciones marcadas por la pandemia. Una comitiva reducida para despedir a una de las figuras más queridas de la monarquía británica, que durante más de 70 años ha estado al lado de Isabel II. En una decisión insólita, Su Majestad ha decidido que sea el príncipe Carlos quien encabece el cortejo, mientras que ella la ha seguido desde su coche.
A las 14:30 comenzaban a llegar los primeros asistentes a la capilla de San Jorge. Todos ellos, de luto riguroso, con mascarillas y respetando en todo momento las distancias de seguridad. A esa misma hora hacía su entrada en el Castillo de Windsor el Land Rover reformado por el propio duque de Edimburgo para portar su féretro. Desde el fin de semana pasada, el féretro del Príncipe ha permanecido en una estancia privada de Windsor cubierto por su estandarte personal, basado en sus raíces griegas y danesas, así como su gorra y su espada. De la misma manera, durante la ceremonia religiosa, en San Jorge se han colocado en el altar el resto de sus condecoraciones sobre unos cojines.
El féretro ha salido del Castillo a hombros y ha sido colocado en la parte trasera del Defender. Al son del himno británico, «God Save the Queen», con la llegada de la Reina, ha comenzado la procesión hasta la capilla. La princesa Ana y el príncipe Carlos, con los ojos llorosos, en primera posición y, tras ellos, el resto de miembros integrantes del cortejo. Los príncipes Guillermo y Harry en cuarta y sexta posición, separados por su primo, Peter Phillips. No se ha permitido el uso de uniformes militares como una decisión directa de la reina Isabel para evitar diferencias de cara al duque de Sussex y al príncipe Andrés. Todos ellos han ido sin mascarilla pero respetando las distancias de seguridad. La reina Isabel, en último lugar, ha ido acompañada en el coche por su dama de honor, Lady Susan Hussey y ha sido la primera en entrar a la capilla para tener un minuto de reflexión.
Dentro de la capilla, los asistentes se han colocado las mascarillas y se han ubicado respetando las distancias de seguridad. El príncipe Andrés y el príncipe Harry han estado solos, frente a los duques de Cambridge. El sepelio ha durado aproximadamente 50 minutos y, una vez finalizado, el féretro se ha colocado bajo la Bóveda Real, tal como se había anunciado.