El ‘jaque-mate’ del rey Carlos III a su hermano, el príncipe Andrés
El duque de York se resiste a abandonar la que ha sido su casa los últimos años
El monarca no está dispuesto a costear su seguridad privada
El rey Carlos III ha movido ficha con respecto a su hermano menor, el príncipe Andrés. A pesar de que, hasta la fecha, el monarca había optado por dejar sin mayores consecuencias la situación del duque de York -a pesar de que el príncipe no ha actuado como él esperaba-, ahora mismo el jefe del Estado no está dispuesto a dejar pasar el tema. Carlos III ha pedido la retirada del equipo de seguridad privada que se ocupaba del duque de York desde que se le quitara la protección policial a raíz del escándalo de Jeffrey Epstein.
Una medida que ha sido interpretada como un importante golpe en la mesa por parte del rey Carlos III, ante las continuas negativas de Andrés a abandonar el Royal Lodge, a pesar de las dificultades del duque de York para mantener la propiedad y hacer frente a los costes de las reparaciones. El monarca ya le había ofrecido en el pasado las llaves de Frogmore Cottage, la casa que antes era de los duques de Sussex, pero Andrés se había negado a aceptarla.
La compleja situación de Andrés
El duque de York se encuentra en un momento crítico. Desde que en 2022 se viera forzado a abandonar la vida institucional por el caso Epstein, sus circunstancias no han hecho más que empeorar. La Reina Isabel siempre le protegió y el actual monarca nunca le ha cerrado la puerta a nivel familiar, pero Carlos III tiene muy claro que, una cosa es la Corona y otra cosa, la familia. El jefe del Estado no está dispuesto a que ningún escándalo empañe su reinado.
Según apuntan medios británicos como Daily Mail, Carlos lleva tiempo presionando a Andrés para que se mude a Frogmore o, al menos, para que salga del Royal Lodge. Una decisión tras la cual podría estar el príncipe de Gales, tal como aseguran algunas fuentes. El príncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton, residen con su familia en Adelaide Cottage, una propiedad muy modesta para su rango de heredero, por lo que querría mudarse al Royal Lodge, mucho más apropiado. Sin embargo, Andrés no quiere salir del Royal Lodge y lleva tiempo aferrándose al al contrato que firmó con la Corona cuando se mudó, y que le da derecho a estar en la propiedad durante 75 años.
La situación es compleja porque, en estos momentos, el duque de York no tiene fondos para asumir las reparaciones y los costes de mantenimiento de la casa, a las que se comprometió en el citado contrato, lo cual es un argumento que el rey Carlos III puede aprovechar para instar a que desaloje el Royal Lodge.
Más allá de esto, hasta ahora ha sido Carlos el que ha estado pagando la seguridad privada de su hermano menor, que ascendería a más de tres millones de euros al año. El monarca no está dispuesto a seguir costeando este gasto, sobre todo, dado que el duque de York no cede en su empeño de quedarse en la casa. No obstante, al perder la seguridad privada, la situación de Andrés en la propiedad está en la cuerda floja.
Será a partir del mes de octubre cuando el duque de York se quede sin este apoyo, por lo que tiene algunos meses por delante para ver si cede a las presiones de su hermano y toma la decisión de dar un paso al frente y mudarse a Frogmore. Quizás entonces, Carlos III apueste por dotarle de un equipo más reducido y seguir apoyándole a nivel privado.
El tratamiento del rey Carlos III
En medio de las tensiones con el duque de York, se acaban de conocer nuevos datos sobre el tratamiento y la salud del monarca. A pesar de que han pasado varios meses desde que el rey Carlos III retomara sus compromisos oficiales después de haber estado alejado de la agenda por su tratamiento para el cáncer, ahora acaban de trascender algunos detalles relacionados, precisamente, con esta cuestión.
El Palacio de Buckingham siempre ha sido bastante hermético en lo que respecta al tratamiento que ha recibido el monarca, de la misma manera que nunca se ha sabido públicamente el tipo de cáncer que padece. No obstante, sí que se ha dicho que su evolución es buena, lo que le ha permitido volver a la actividad de manera más o menos rápida.
Según han publicado medios británicos, aunque el monarca no está fuera de peligro -como ocurre en la mayoría de los pacientes enfermos de cáncer- las perspectivas de los médicos son optimistas. Eso sí, hasta ahora, no se sabía exactamente qué tipo de tratamiento se le había aplicado.
Tal como se ha podido saber, al rey Carlos III se le puso prácticamente en aislamiento, reduciendo al máximo el número de personas que podían estar en contacto con él, para evitar infecciones secundarias. Inicialmente, se limitó a grupos extremadamente pequeños de personas durante períodos cortos que, con el tiempo y el tratamiento, se fueron expandiendo. Precisamente por esto, la visita de su hijo menor, el príncipe Harry, se redujo a 30 minutos y con ciertas medidas de precaución, para evitar que se contagiara de cualquier cosa.
Asimismo, a pesar de que el monarca tuvo que alejarse de la vida pública, no dejó de trabajar, ni tampoco de mantener reuniones telemáticas o contactos telefónicos con algunas personas. Es más, al príncipe Guillermo sí que siguió viéndolo con regularidad, así como con la princesa de Gales. Los dos han estrechado su relación debido a la enfermedad.
Mientras que Kate Middleton admitió públicamente que había recibido un tratamiento de quimioterapia preventiva, en el caso de Carlos III no se ha recurrido a este tratamiento, sino a otras opciones más específicas de las que, por ahora, no se han dado más detalle. De momento, continúa bajo supervisión médica, pero está progresando muy bien.