Camila Parker eclipsa un gran estreno de Carlos III con una joya mítica de la Reina Isabel

El Reino Unido vive uno de los días más importantes del año. El rey Carlos III ha presidido, por primera vez desde la muerte de su madre, la tradicional apertura del Parlamento junto a su esposa, Camila Parker Bowles. Una cita en la que el monarca ha aprovechado su discurso -el primero de un rey en más de 70 años-, para para rendir un conmovedor homenaje a su ‘amada madre’, tal como él mismo ha dicho.

Con la Corona Imperial sobre la cabeza -tal como hizo en su ceremonia de coronación el pasado mes de mayo-, la Túnica de Estado y el uniforme de gala de Almirante de la Flota Real Naval, Carlos ha estado acompañado en esta importante ocasión por su esposa, Camila Parker Bowles, pero también de su hermana, la princesa Ana, que ocupa un lugar destacado en la estructura de ‘La Firma’.

Ha sido la primera vez que un rey participa en esta ceremonia desde que en el año 1950 el rey Jorge lo hiciera. Al año siguiente, el monarca estaba ya muy enfermo para acudir al Parlamento y falleció en febrero de 1952. Desde entonces y hasta su muerte, ha sido Isabel II la encargada de esta tarea, junto a su hijo mayor o junto a su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo.

Tras el homenaje a su madre, el rey Carlos III procedió a leer el discurso con el programa político del Gobierno, tal como determina el protocolo.  Sin embargo, en esta ocasión, todas las miradas se han puesto en su esposa, la reina Camila.

El gran paso de Camila

A pesar de que ya es habitual que la reina Camila recurra cada vez más a joyas importantes que pertenecieron a la Reina Isabel, esta vez la mujer del soberano ha lucido una de las diademas más icónicas de la monarca. Por primera vez ha llevado la llamada Diadema de Estado de Jorge IV y, además, se ha vuelto a poner el vestido que Bruce Oldfield diseñó para su coronación como reina consorte. Un modelo en color blanco con incrustaciones de pailletes con el que sigue la estela de su suegra, que siempre vestía de blanco en esta cita.

Habitualmente, la Reina Isabel acudía a la apertura del Parlamento con la diadema estatal de Jorge IV, pero después se colocaba la Corona Imperial, tal como ha hecho Carlos III durante la ceremonia. No obstante, en los últimos años, debido al peso de la pieza, la Corona Imperial quedaba ubicada en un cojín junto a la soberana. Hay que tener en cuenta que, aunque no es una pieza tan pesada como la Corona de San Eduardo, la Corona Imperial, con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, cinco rubíes y 269 perlas, pesa más de un kilo.

Una joya emblemática

La diadema que hoy ha llevado la reina Camila es una de las piezas más emblemáticas de la Reina Isabel, al igual que hace algunas semanas lució la Tiara Chicas de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, otra de las joyas que más ha llevado a lo largo de su vida la Reina Isabel y que fue regalo de su abuela, María de Teck, por su boda.

En este caso, la Diadema de Estado fue un encargo del rey Jorge IV al joyero Rundell, Bridge y Rundell para su coronación de 1821. El entonces príncipe era conocido por su pasión por la joyería y por su afición por gastar en exceso. Por este motivo, su coronación fue un evento muy excesivo y lujoso, en el que la diadema ocupó un lugar principal.

La pieza está elaborada en plata y oro y cuenta con cuatro cruces y ramos de flores que representan tres de los países del Reino Unido: un cardo para Escocia, una rosa para Inglaterra y un trébol para Irlanda. Tiene un total de 1,33 diamantes, así como un gran diamante amarillo de 4 quilates en la cruz central, y 169 perlas naturales alrededor de la base. Ha sido una de las piezas que más han llevado las principales reinas y consortes de los últimos siglos y ahora le ha llegado el turno a Camila.