Casa Real

CASA REAL ESPAÑOLA

La Reina Letizia en Fitur, otro día más donde demostró su empatía, cercanía y profesionalidad

La Reina se acercó a preguntarle a una periodista de TVE embarazada si se encontraba bien

Para la Reina Letizia pasearse por un acto es ya algo tan natural como para cualquier mortal coger el metro para ir a trabajar (léase metro, bus, caminar o lo que sea). Después de 20 años en la Casa Real, lo tiene dominado. Nada que ver con aquella mujer insegura de los primeros años. Muy a su pesar, Letizia siempre acapara titulares vaya donde vaya. Digo que muy a su pesar porque los periodistas tendemos más a desgranar su estilismo que la profesionalidad que, sin lugar a dudas, ha dejado a estas alturas más que clara. Cierto que está tomando ahora el testigo la princesa Leonor, algo que su madre acepta con orgullo y naturalidad.

Su clara evolución en 20 años

En la Letizia de hace 20 años es seguro que había la misma mujer que ahora en cuanto a su simpatía y empatía. Y digo bien simpatía porque es simpática. Y es espontánea y preguntona, y esto lo digo como algo positivo. Es preguntona porque le gusta saber y ese interés no es impostado, es totalmente real. Por algo se hizo periodista y eso ni se olvida ni se deja nunca de serlo por más que se abandone la profesión.

Doña Letizia en un acto oficial en el Ceip Cortes de Cádiz de Madrid. (Foto: Gtres).

He visto a la Reina Letizia trabajar muchas veces y el aplomo con el que ejerce su labor de reina consorte es admirable. No debe de ser nada fácil su puesto. Estar con buen cara aunque no te apetezca, horas y horas de pie, saludando, escuchando y siempre alerta de no poner una mala cara o un mal gesto es harto complicado y se entrena, requiere de una dosis enorme de autocontrol. Lo que vemos los periodistas que cubrimos su agenda es mucho más cercano que lo que después trasciende y hay mucho gesto humano que sólo desde la empatía se hace. Y esto no es una forma de peloteo. Es lo justo a la labor que el matrimonio real está haciendo y que por ello ha salvado a la institución de la quema: ejemplaridad, utilidad, profesionalidad y transparencia.

La Reina ayer en IFEMA

Los Reyes Felipe VI y doña Letizia llegando a FITUR 2025. (Foto: Gtres).

Ayer en Ifema doña Letizia se acercó a una compañera de TVE embarazada para preguntarle si estaba bien. No es extraño porque la nefasta organización de FITUR hizo que cubrir el trabajo de los Reyes fuese un auténtico infierno con empujones y un caos organizativo. Cuando la seguridad corre a cargo de Casa Real, las cosas van como la seda. Nos conocen, los conocemos, sabemos las normas. Y todo fluye como tiene que ser. Ayer fue todo lo contrario a eso: pisotones, empujones, espontáneos que se colaban en la línea de los periodistas, los de seguridad de IFEMA que paraban a los periodistas en lugar de «encarrilarlos» al lugar adecuado, paralizando nuestra labor y generando más caos todavía…un agobio en toda regla que hizo que la Reina se diera cuenta. No sólo hizo el papel de inaugurar al lado del Rey FITUR, sino que, además, se la notaba alerta por el caos generado. Que le preguntara a la compañera embarazada si estaba bien responde de manera perfectamente a que se fija y empatiza. Proteger a una mujer embarazada es algo que a casi todos nos sale de natural por instinto de supervivencia. Parar tu labor de reina en un acto oficial porque crees que debes y te sale de forma espontánea, es algo que sucede cuando la empatía domina tu cerebro.

A la Reina la he visto hablando con compañeros a los que les ha preguntado por un motivo de salud que ella conoce. A mí personalmente me preguntó por mi hijo autista.Nadie la obliga, no entra dentro de sus funcione.. Pero sí dentro de su forma de ser.

La Reina de Paiporta, la Reina humana

Muchos se sorprendieron con la Letizia de Paiporta. Otros, no. Y no lo hicimos porque la hemos visto así muchas veces. Una Reina pero también una persona con la cara desencajada, con sentimiento de impotencia por saber que no puede hacer más de lo que ya está haciendo, ofrecer consuelo, escuchar, abrazar, estar. Con el Rey hace un tándem perfecto. Se respetan, apoyan, las miradas de complicidad son reales y esto sólo trae un gran bien a la jefatura del Estado y, por tanto, a España. Y deberíamos sentirnos bien por ello. Su labor representativa en el extranjero no podría ser mejor y más en los tiempos políticos actuales.

Doña Letizia en Paiporta. (Foto: Gtres).

Y, por si quedaba alguna duda de la labor de ambos en su ejemplaridad y compromiso, sólo tenemos que ver a la princesa de Asturias y a la infanta Sofía y la labor que han hecho (y siguen haciendo) con ellas con respecto a su educación. El Rey lleva en el ADN la sangre real pero sobre todo lleva la Constitución. Y ella lleva en el ADN lo que implica saber madrugar, trabajar, pedir una hipoteca, no tener privilegios, ser alguien normal. Ambos se solapan de manera perfecta dándose uno al otro lo que necesitan mutuamente.

La importancia de los gestos

Doña Letizia con unos pendientes de una marca afectada por la DANA. (Foto: Gtres).

Y los gestos. Como dicen las cosas sin hablar a través de las causas que apoyan de sus actos, de sus guiños, más ella que él porque lleva ventaja en cuestiones de moda. Doña Letizia, junto con el Rey, se ha volcado con los afectados de la DANA. Ambos han visitado varias veces la zona y ella, con lo que se pone, por ejemplo, unos pendientes de una tienda de Paiporta, envía mensajes claros. Porque por su cargo no puede hablar aunque sí lo hace con los periodistas mostrándose cercana, escuchando y sabiendo ejercer como lo que muchos acaban de descubrir que es, una reina con una grandísima profesionalidad.

La Reina como madre

Don Felipe y Doña Letizia conforman una familia real en el sentido literal del término, con sus dos hijas. Hay cosas que no se improvisan, que no se pueden impostar. En los actos oficiales los gestos y miradas delatan en el lenguaje no verbal todo lo que hay detrás: una familia que ha crecido como lo que es puertas para adentro, un padre y madre con dos hijas.

Doña Letizia conteniendo las lágrimas viendo zarpar a su hija Leonor de Borbón en el Juan Sebastián Elcano. (Foto: Gtres).

La frase el otro día que se hizo viral de la Reina cuando veía alejarse a su hija en Juan Sebastián Elcano, «¿dónde está mi chica?» revela que son una familia en privado absolutamente normal que se quieren, que ahí hay una piña, que hay un hogar. Y eso es bueno para la futura Jefa de Estado y es bueno para todos los españoles. Y, lejos de revelar una debilidad de la Reina con respecto a su hija mayor, demuestra una fortaleza. ¿Acaso es difícil empatizar con una madre que debe de sentir ciertos nervios en el estómago viendo cómo su hija se adentra mar adentro? Creo que ahí todas las madres la entendimos perfectamente. Y los que no tienen hijos, también. Hay algo que la corona le «debe» a Letizia y a la princesa de Asturias y es que muchos han empezado a querer, respetar y desear a la monarquía cuando antes se mostraban abiertamente republicanos. Se lo ha ganado.

Lo último en Casa Real

Últimas noticias