Casa Real

CELEBRACIÓN REAL EN LONDRES

Todos los secretos del gran día del príncipe Louis de Cambridge

  • Andrea Mori
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Un día muy especial y lleno de momentos entrañables. El príncipe Louis ha recibido las aguas bautismales en la capilla del Palacio de St. James, el mismo lugar en el que hace apenas tres meses se bautizó Meghan Markle, y donde descansó el cuerpo de Diana de Gales antes de ser aclamado por la multitud tras su trágica muerte en París.

Los pendientes de Kate Middleton

El gran protagonista del día ha llegado a la capilla en brazos de su madre, Kate Middleton. Blanca y radiante, casi como una novia, la Duquesa ha cumplido con su norma autoimpuesta de vestir de tonos claros en los bautizos de sus hijos y ha confiado una vez más en la que ya se ha convertido en su firma de cabecera, Alexander McQueen. Kate, que se encuentra disfrutando de un período de seis meses por maternidad, estaba pletórica, muy sonriente y feliz. La Duquesa ha estrenado unos llamativos pendientes de perlas cuya procedencia aún se desconoce, pero que bien podrían ser un regalo de su marido. Tras ella, el príncipe Guillermo junto a los pequeños George y Charlotte.

Kate Middleton con el Arzobispo de Canterbury y el príncipe Louis de Cambridge en brazos / Gtres

Los gestos de cariño de Harry y Meghan

Los recién estrenados duques de Sussex, que mañana comienzan su primer viaje oficial de carácter internacional, se han convertido últimamente en objetivo de la prensa por mostrarse muy afectuosos en público. Los gestos y miradas de cariño son algo que no está especialmente bien considerado entre los miembros de la Familia Real, sin embargo, parece que Harry y Meghan necesitan estar constantemente en contacto, algo que no le ocurre a Kate y a Guillermo. Esta ocasión no ha sido diferente. Los Duques han llegado de la mano y han se han mantenido en contacto siempre que les ha resultado posible.

Los guantes de la duquesa de Sussex

Meghan Markle sigue el ejemplo de la reina Isabel, la gran ausente de la jornada. La duquesa de Sussex ha sido la única de las invitadas a la ceremonia que ha llevado guantes, como marca el ceremonial en el caso de la monarca, más por una cuestión higiénica que protocolaria. Aunque Meghan no se ha puesto los guantes, suelen llevarse cuando se va a producir un saludo generalizado, de manera que los guantes evitan el contacto piel con piel, algo que en el caso de la Reina resulta útil. En el de Meghan, no tiene mucho sentido.

Un divertido reencuentro

Ha pasado poco más de un mes desde su enlace, pero Harry y Meghan se han reencontrado con el sacerdote que les casó. El Arzobispo de Canterbury, Justin Welby ha sido el encargado de oficiar la ceremonia. Si en la boda real dijo que debía ser cuidadoso para que no se le cayesen los anillos, esta vez ha dicho que tendría cuidado con que no se le cayese el bebé. Desde luego, sentido del humor no le falta.

Los duques de Sussex / Gtres

Una ausencia preocupante pero justificada

Ha faltado la reina Isabel y su esposo  y su no asistencia ha disparado todas las alarmas. Pero no hay nada de lo que preocuparse. La monarca se encuentra en perfecto estado. Fuentes cercanas a Casa Real aseguran que ya hace semanas que Isabel II confirmó a los Duques que no tenía intención de asistir al bautizo, algo que al parecer ha permitido a los Cambridge actuar de una manera más relajada. Pese a todo, los acontecimientos de los últimos días han generado preocupación entre la población. La Reina tiene motivos para no haber estado en un día tan especial. A la monarca le espera una semana muy complicada y necesita reponer fuerzas, así de sencillo. Al fin y al cabo, ella decide.

La reina Isabel II, junto al duque de Edimburgo, en una imagen de archivo / Gtres.

Padrinos ‘sin sangre real’

A diferencia de sus hermanos, para Louis, los duques de Cambridge no han querido padrinos royals, sino que han elegido entre sus amigos más cercanos. Aunque todas las apuestas apuntaban a Meghan Markle e incluso al propio Harry, ninguno de ellos ha sido incluido en la lista.

Té y tarta de…2011

La ceremonia ha sido breve, apenas 45 minutos, tras los cuales, la familia e invitados han puesto rumbo a Clarence House, residencia oficial del príncipe de Gales y su esposa. Allí han podido disfrutar de un delicioso té vespertino acompañado por un pastel exactamente igual que el que se ofreció en la boda de los Duques en 2011 y que elaboró Fiona Cairns.

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