La pasión que unió a los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco
Los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco se conocieron gracias a una pasión común
Su historia de amor ha estado marcada por constantes rumores y especulaciones, pero continúan juntos
La relación de los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco ha estado siempre bajo la sombra de la sospecha, sobre todo, en los últimos años, a raíz del tiempo que la ex nadadora tuvo que pasar en Sudáfrica por las complicaciones de una infección. A pesar de que ellos se han esforzado por dar carpetazo a cualquier rumor, las especulaciones no han cesado. Unos comentarios y teorías que ya comenzaron cuando la pareja contrajo matrimonio y se vio a Charlene derramando algunas lágrimas en el altar. En aquel momento, incluso se habló de que se había intentado fugar. Sea como fuere, lo cierto es que el matrimonio sigue junto y que ahora, con los Juegos OIímpicos de París como escenario, merece la pena recordar el comienzo de su historia de amor, muy vinculada al deporte.
Durante muchos años, el príncipe Alberto de Mónaco fue considerado el eterno soltero de oro de la realeza ya que, a pesar de que se tenía constancia de sus encuentros con mujeres, no había ninguna candidata a princesa. Sin embargo, en julio de 2005, el príncipe hizo unas declaraciones con las que quiso zanjar los comentarios sobre su soltería: «Creedme, me casaré… Pero cuando encuentre a la persona adecuada». En aquel momento, ya había conocido a Charlene, aunque su relación no había comenzado de manera oficial.
Una pasión común
Fue el amor por el deporte lo que les unión, cuando ambos se cruzaron por primera vez en el Encuentro Internacional de Natación de Montecarlo en el año 2000. La ex nadadora ganó la medalla de oro de 200 metros a espalda, en una competición presidida por el príncipe Alberto quien, según algunas fuentes, se quedó maravillado con ella y le pidió al agente de Charlene salir con ella. La ex deportista contó tiempo después que le resultó muy halagador y que pasaron una divertida velada. A pesar de la química, la distancia provocó que la relación no se concretase.
Por cierto, el propio hermano de la princesa Carolina de Hannover es un consumado deportista, con una amplia trayectoria en diferentes competiciones, incluidos varios Juegos de Invierno.
Sin embargo, tendrían que pasar algunos años para que el hermano de Carolina de Hannover coincidiera de nuevo con ella. El escenario fue otra competición de natación, esta vez, en Ciudad del Cabo en 2005. «El día de Año Nuevo, oficialmente me invitó a salir», reveló la princesa.
Los Juegos de Invierno de 2006
El paso definitivo para Alberto y Charlene llegó en 2006, en los Juegos Olímpicos de Turín. Allí, la pareja hizo pública su relación. La ex nadadora contó que Alberto le ayudó mucho a sentirse tranquila en aquella primera aparición conjunta y a concentrarse en las cosas que ambos compartían: «Estaba claro que compartíamos las mismas pasiones; ambos nos emocionamos mucho viendo a los atletas. El deporte es el común denominador de nuestras vidas».
A partir de ese momento, la presencia pública de Charlene en actos en Mónaco -como el Baile de la Rosa o el Gran Premio de F1, entre otros- fue in crescendo, hasta que se anunció en compromiso, cuatro años más tarde. El príncipe pidió la mano de la ex nadadora con una impresionante sortija de la mítica firma de joyería Repossi, un anillo con un diamante de tres quilates con forma de pera en el centro y una corona diamantes alrededor. Un año después en 2011, se celebró el enlace. El nacimiento de sus mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella, se haría esperar aún varios años, lo que, una vez más, hizo que aumentaran los rumores de la situación de la pareja. Algo a lo que llevan acostumbrados los príncipes Alberto y Charlene desde hace ya más de una década.
Ahora, con los Juegos Olímpicos de París como escenario y, más cerca que nunca de Mónaco, Alberto y Charlene tienen una nueva oportunidad de disfrutar de la gran pasión que los unió, y que sigue siendo algo de lo que ambos disfrutan al máximo.