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UN PAPEL CLAVE

Naruhito y Masako, el romance ‘imposible’ que propició la Infanta Elena

  • Andrea Mori
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El emperador de Japón, Naruhito, cumple 63 años y lo celebra en una etapa relativamente tranquila, a poco más de un año de que se cumplan cinco años de su entronización, que fue uno de los eventos más importantes del año 2019, con presencia de representantes de numerosas Casas Reales, incluidos los Reyes don Felipe y doña Letizia.

Cinco años como emperador y otros tantos como heredero en los que ha estado acompañado de la mujer a la que ama: Masako. Sin embargo, la historia de amor entre Naruhito y Masako quizás habría sido muy diferente de no ser por la Infanta Elena. Algo que puede resultar poco creíble, pero que, en realidad fue el fruto de una serie de circunstancias que propiciaron que la pareja pudiera encontrarse.

El emperador Naruhito y su mujer, la emperatriz Masako. / Gtres

A mediados de la década de los años ochenta, en torno al mes de octubre del año 1986, la entonces Casa de S.M. el Rey anunció un viaje privado de la Infanta doña Elena a Japón. Seis días en los que la hija de don Juan Carlos y doña Sofía contaba con una agenda reducida, de apenas un par de actos. Por un lado, iba a acudir a la inauguración de una muestra dedicada a la figura de El Greco y, por otro, a una recepción organizada por el emperador Hirohito, abuelo del actual emperador, Naruhito, fallecido en 1989. En esta última cita, la que más adelante sería duquesa de Lugo disfrutaría de la tradicional ceremonia del té. Un compromiso muy interesante.

Lo que doña Elena no esperaba es que acabaría convirtiéndose en una suerte de ‘Celestina’ para el príncipe Naruhito y la que sería su futura mujer, Masako. Y es que se aprovechó la celebración de la ceremonia del té para invitar a una treintena de mujeres, cuidadosamente escogidas, para que el príncipe Naruhito pudiese conocer chicas solteras. Según trascendió entonces, Masako fue una de las asistentes a la ceremonia, aunque su nombre no estaba incluido en la lista inicial. Ella acababa de regresar de Estados Unidos y estaba volcada en sus estudios.

Naruhito y Masako juntos en un acto. / Gtres

Al parecer, Naruhito se quedó absolutamente prendado de Masako, pero esto fue, en principio, un problema. La joven no era la candidata ideal en la que se había pensado para el Príncipe, por varios motivos. Por un lado, su formación no había sido 100% japonesa, era plebeya y su abuelo había estado implicado en un escándalo medioambiental. Sin embargo, Naruhito no estaba dispuesto a cambiar de opinión en ningún caso.

En un principio, la propia Masako se mostró reticente a mantener una relación con el futuro emperador, sobre todo, por la persecución mediática a la que se la sometió. Es más, a pesar de que tuvieron varias citas, ella optó por marcharse a Oxford y rechazó en varias ocasiones a Naruhito, al menos, hasta el año 1990.

Fue entonces cuando al Gobierno no le quedó otra opción que intervenir y pedir a los medios japoneses que rebajasen la presión y finalmente, tras acordar un apagón mediático de un año en torno a la figura del heredero, Naruhito y Masako retomaron su relación. Ella, finalmente, accedió cuando él le prometió protegerla toda la vida. Ahora, cuando estamos cerca de cuatro décadas después de esta visita de la Infanta Elena, y de una boda que marcó el futuro de la institución, la pareja ya se encuentra cumpliendo con un destino que nunca pensó que alcanzaría.

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