Muere el príncipe Miguel de Grecia, tío de la Reina Sofía, a los 85 años
Miguel de Grecia mantenía una muy buena relación con la Reina Sofía
El príncipe renunció a sus derechos dinásticos para casarse con el amor de su vida
Duro varapalo para la Reina Sofía tan solo unos días después de comenzar sus tradicionales vacaciones en Mallorca. La progenitora del actual Monarca ha recibido la noticia del fallecimiento de su tío, el príncipe Miguel de Grecia, a los 85 años de edad. Así lo han confirmado diferentes medios del país heleno, los cuales señalan que ha muerto este domingo, 28 de julio, en un hospital de Atenas.
El príncipe Miguel de Grecia era el último nieto vivo del Rey Jorge I, por lo que, en términos genealógicos, era tío segundo de doña Sofía. No obstante, dada la escasa edad de diferencia que les separaba, ambos se consideraban como primos. Sin ir más lejos, durante una de sus últimas entrevistas, confesó que tenía una estrecha relación con la esposa de don Juan Carlos y el resto de sus primos, pese a que el número de miembros de su familia ha ido disminuyendo con el paso del tiempo: «El ambiente en la familia siempre ha sido muy cálido y hemos estado siempre en contacto. A mis primos (como él les llamaba), Constantino, Sofía e Irene, les veo con frecuencia. Pero esta familia, que era tan numerosa en el pasado, es cada vez más pequeña», decía.
Más allá de estas declaraciones para la revista Point de Vue y de su cercanía con la madre del Rey Felipe VI, Miguel de Grecia también mantenía una estrecha relación con don Juan Carlos I, por lo que no sería de extrañar que ambos se desplazaran hasta Grecia para asistir al funeral que se realizará en su honor, del cual, por ahora, no se conocen aún grandes detalles.
La vida de Miguel de Grecia también ha acaparado gran interés a lo largo de los años. Después del fallecimiento de su padre (Cristobal de Grecia), vivió entre Marruecos y España durante un largo periodo de tiempo. Posteriormente estudió en Francia Ciencias Políticas y, más adelante, regresó a su país natal, donde conoció a Marina Kerella, el amor de su vida. Se trataba de una escultora y pintora griega con la que se casó en 1965, renunciando así a sus derechos dinásticos para poder estar con ella. Tuvieron dos hijas en común, la princesas Alexandra y Olga y, según lo trascendido, la artista le ha acompañado hasta el final de sus días.
Por otro lado, el recién fallecido fue el único miembro de la realeza que decidió permanecer en el país heleno cuando Constantino I lideró el contragolpe contra los coroneles que habían tomado el poder. Además, a partir de 1970, gracias a la pasión de Marina Keralla por el arte, se consolidó como un gran escritor especializado en la historia y en las biografías de personajes de la realeza. «Me casé a los 26 años con ella, que tenía 24. Ella se había embarcado en una carrera como artista y yo pronto comencé a escribir. Mientras ella exponía obras, yo publicaba», explicaba en su propia página web. Publicó docenas de obras en las que combinaba su conocimiento y experiencia con la narrativa.