Meghan no fue la primera: El otro amor interracial de la realeza europea
¿Qué 'as' se guarda Meghan Markle para su gran día?
El inesperado regalo que Harry podría hacerle a Meghan
El próximo 19 de mayo, Meghan Markle marcará un hito al casarse con el príncipe Harry. Es la primera vez en la Historia de la Monarquía Británica que una mujer de origen ‘birracial’ contrae matrimonio con un ‘royal’, con todo lo que ello conlleva . Sin embargo, aunque muchos piensen que Meghan es pionera, lo cierto es que en entre la realeza europea ya hay un precedente muy cercano de una ‘plebeya’ de origen africano que logró conquistar a un príncipe.
Se trata de Su Alteza Serenísima, la princesa Ángela, esposa de Maximiliano de Liechteinstein. De origen afropanameño, la mujer del segundo hijo de los príncipes más ricos del viejo continente, nació en Bocas del Toro, pero se crió en Nueva York. Ángela es, hasta ahora, la única princesa negra perteneciente a una familia real europea.
[Puedes leer: Los secretos que aún no conoces de la boda de Harry y Meghan]
A sus ya 50 años, la vida de Angela Gisela Brown dio un giro radical cuando conoció, en una recepción en la Gran Manzana, a un joven príncipe Maximiliano. Corría el año 1997 y mientras se encontraba estudiando moda en la prestigiosa Escuela Parsons de Diseño, donde obtuvo el premio Dedal de Oro de Óscar de la Renta, el hijo de los soberanos trabajaba para Chase Capital Partner.
En aquellos momentos, Ángela estaba muy centrada en su carrera, había trabajado junto a algunos de los mejores modistos de la época e incluso lanzó su propia línea. Sin embargo, no podía imaginar que su destino estaba a punto de cambiar.
[Puedes leer: Meghan Markle SÍ tiene sangre azul]
Amor en Nueva York
Pese a que al principio solo se hicieron amigos, el roce hace el cariño, y apenas tres años después contraían matrimonio. Primero civil en Vaduz, el 21 de enero de 2000, y unos días después religioso, en Nueva York, la ciudad en la que se había fraguado su amor. Fue el 29 de enero, a las 11:00 de la mañana en la iglesia de San Vicente Ferrer. Ángela lució un sencillo vestido
diseñado por ella misma y portó la tiara Kinsky, la misma que había lucido la princesa Tatiana en su boda.
A la ceremonia no faltaron ninguno de los miembros principales de la familia principesca, un símbolo inequívoco de aceptación hacia la novia. Tampoco se perdieron la celebración los familiares de la novia. Pese a que Maximiliano siempre ha explicado que sus padres le apoyaron desde el principio en su decisión de casarse con Ángela, otros miembros de la realeza sí que les han criticado e incluso han llegado a decir que su unión suponía el «fin de una era».
Apenas un año después del enlace, 18 de mayo de 2001 en Londres, la Princesa dio a luz al único hijo de la pareja, el príncipe Alfons Constantin Maria de Liechtenstein. El pequeño, que ha heredado el color de la piel de su madre y su cabello ensortijado, ocupa el sexto puesto en la línea de sucesión.