Letizia, una Reina no tan abstemia
Letizia y su anécdota con el alcohol en la última cena
El Rey Felipe y la Reina Letizia han disfrutado de la noche madrileña como una pareja más
El tremendo error beauty de Awada que proclama como vencedora a Letizia
“Soy incapaz de tomar alcohol. Pero es que ni siquiera con amigos. Ahora soy abstemia completamente”. Esta frase aún retumba en la memoria de los españoles. La Reina de España durante un acto militar celebrado hace dos años le susurraba al oído a un oficial sus problemas durante los brindis oficiales. Letizia levantó su copa como marca el protocolo, sí, pero solo se la acercó hasta los labios para no ingerir el contenido. La anécdota pasó a la historia.
Desde entonces los brindis de doña Letizia se examinan con lupa -como todo lo que hace, por otro lado- y su última salida privada con el Rey a un bar de Chamberí también acaparó la atención. El matrimonio salía a disfrutar de una noche en pareja por el centro de Madrid y a su paso eran muchos los transeúntes que se quedaban sorprendidos al ver a sus reyes tan de cerca. Como dos madrileños más se adentraron en uno de los locales más populares del citado barrio y lo hicieron, según unas imágenes publicadas por ‘Europa Press’, para tomar una cerveza. Un gesto de lo más cotidiano de no ser por las anteriormente citadas declaraciones de la consorte. Según las fotos, Felipe pidió una doble y Letizia un botellín negro cuyo contenido era, hasta ahora, un misterio.
LOOK ha logrado descubrir qué bebía la Reina en el bar Mama Campo. Testigos presenciales han confirmado a este medio que doña Letizia se decantó por una cerveza ecológica de aroma afrutado con toques florales que cuesta tres euros y cincuenta céntimos. En concreto, se trata de una de la marca Lluna y de la variedad ‘De Blat’, que, según indica la web, está elaborada con malta pálida de cebada, malta de trigo, lúpulos Perle y Cascade y levadura. Esta cerveza en concreto no se sirve en copa, es conocida en el local como la cerveza rubia y contiene un 4,8% de alcohol, tal y como revela su etiquetado.
En caso de que Letizia ingiriese su consumición, demuestra, a pesar de declararse abstemia dos años atrás, que una caña no hace mal a nadie. Además, tiene menos calorías que un refresco.
Su gesto de tomar una cerveza con su marido en un bar de Chamberí muestra una Letizia muy cercana que, como cualquier ciudadano de a pie, a veces se salta esa dieta. Para ella es importante en su día a día no ingerir bebidas alcohólicas, pero una vez al año no hace daño.