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El pasado siempre vuelve y el ser humano tiende a repetir las mismas conductas -en ocasiones errores- de manera si no constante, sí al menos cíclica. Ha pasado un año ya desde que el Rey Juan Carlos abandonase España hacia una suerte de exilio ‘voluntario’ del que, en un principio, no se tuvieron detalles y, sobre todo, se desconoce si tiene fecha final.
En una breve y concisa carta que la Casa de S.M. el Rey hacía pública horas después de que el exjefe del Estado abandonase el país, don Juan Carlos informaba a don Felipe de su intención de trasladarse, por el momento, fuera de España. Una decisión meditada y voluntaria: “que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad. He sido Rey de España durante casi cuarenta años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona”, expresaba en la misiva.
Aunque en un principio no se revelaba el destino escogido por el exmonarca para instalarse, lo que daba lugar a numerosas especulaciones, al cabo de los días se publicaba la primera imagen del Rey Juan Carlos en el aeropuerto de Abu Dabi, donde ha residido hasta ahora. En concreto, el padre de Felipe VI se encuentra en la isla de Zaya Nurai, a 15 minutos en barco de la capital de Emiratos Árabes Unidos. Se trata de un refugio exclusivo, que cuenta con un complejo hotelero de cinco estrellas y 11 grandes mansiones, una de las cuales acoge al Rey emérito. La casa en la que se hospeda tiene 1.050 metros cuadrados y 4.100 de parcela, con seis dormitorios, siete cuartos de baño, piscina y acceso a una playa privada. En el porche trasero de de la vivienda, se fotografió el pasado mes de febrero don Juan Carlos con el príncipe heredero de Abu Dabi y Mohamed bin Zayeb y también con la piloto de carreras emiratí Amna al Qubaisi y su familia.
Sin embargo, aunque está en uno de los enclaves más privilegiados del mundo, su día a día es bastante rutinario. Hace dos horas de gimnasia y rehabilitación al día y su estado de salud es bueno, a pesar de los achaques. A pesar de que recibe las visitas de algunos mandatarios locales, también son muchas las personas de su círculo íntimo las que se han trasladado a lo largo de los meses para acompañarle en esta etapa. La infanta Elena es una de las que más veces ha estado en Abu Dabi, también doña Cristina, incluso algunos amigos, como el exdirector del CNI Félix Sanz Roldán o su médico personal.
Aunque se sabe que don Juan Carlos sigue manteniendo constante con numerosas personas, como con sus sobrinas, sus amigos o que incluso ha llegado a hablar con sus nietos -también con la princesa Leonor y la infanta Sofía- en alguna ocasión, el hecho de que solo hayan trascendido algunas visitas plantea una importante duda. A día de hoy solo se tiene constancia de los viajes de las infantas doña Elena y doña Cristina, además del de algunos amigos, pero en principio, ni la reina Sofía ni el Rey don Felipe han viajado a Abu Dabi para visitar a don Juan Carlos.
Una distancia necesaria por el bien de la Corona, como también lo ha sido la renuncia expresa a la herencia del monarca emérito, pero que entre en conflicto con la esfera más humana del actual jefe del Estado. Con un historial de salud cuanto menos complicado y una edad avanzada, don Juan Carlos no se encuentra en su mejor momento. Sin embargo, en estos últimos años se enfrenta a una realidad que él mismo vivió con su padre por un objetivo idéntico. Y es que son muchas las ocasiones en las que la vida pone a prueba a las personas y el deber acaba por encima de todo, incluso los lazos familiares.