La Feria de Abril de Sevilla, muy presente en el discurso del rey Guillermo en la cena de Estado
Una cena de gala en el Palacio Real de Ámsterdam ha puesto el broche de oro, este miércoles, al primer día de los Reyes Felipe y Letizia en los Países Bajos
La velada ha contado con un discurso del rey Guillermo Alejandro
El monarca se ha acordado especialmente de la Feria de Abril de Sevilla
Una cena de gala en el Palacio Real de Ámsterdam ha puesto el broche de oro, este miércoles, al primer día de los Reyes Felipe y Letizia en los Países Bajos, donde se encuentran realizando un viaje de Estado que responde a una invitación de Su Majestad el Rey Guillermo Alejandro para dar continuidad a la relación tradicional de amistad entre ambas casas reales, así como para seguir estrechando, dinamizando y fortaleciendo su relación bilateral.
Ha sido alrededor de las 19:30 de la tarde de hoy cuando los monarcas españoles han sido recibididos por sus homólogos en Holanda, el rey Guillermo y la reina Máxima, junto a su primogénita y hereda al trono del país, la princesa Amalia, a las puertas del enclave construido como ayuntamiento de la ciudad durante la Edad de Oro neerlandesa en el siglo XVII. A la velada también han acudido la princesa Beatriz y su hermana menor, Margarita de los Países Bajos, quienes se han fotografiado con los anteriores en una instantánea para el recuerdo justo antes de dar comienzo el acto.
La cena de Estado ha comenzado con el tradicional besamanos a las más de doscientas personalidades invitadas a Palacio. Uno en el que la Reina Letizia ha sorprendido al aparecer sentada en un taburete debido a la patología llamada neuroma de Monton que le fue diagnositicada hace ya un tiempo. Esta dolencia, cabe recordar, causa un incómodo dolor en los pies y se agrava con el uso de tacones. Según El Mundo, la cena de gala a la que Doña Letizia asistió en noviembe en Dinamarca, le provocó varios días de molestias y es por eso que, en esta ocasión, ha preferido pedir un asiento desde el que saludar a los invitados.
Tras las reverencias, sea como fuere, los Reyes han accedido al salón del banquete, adornado con impresionantes arreglos florales y velas. Máxima de los Países Bajos, Felipe VI, Guillermo de los Países Bajos y la Reina Letizia, en este orden, han ocupado la mesa presidencial, desde la que se han pronunciado los ya tradicionales discursos previos a la cena. El primero en tomar la palabra ha sido el rey Guillermo. El monarca ha dado un discurso de aproximadamente cinco minutos en el que ha estado muy presente la Feria de Abril de Sevilla; lugar en el que comenzó su historia de amor con la reina Máxima hace ahora veinticinco años. «Tanto la reina como yo estamos especialmente felices de tenerles como invitados. Nos conocemos desde hace tanto tiempo. Nuestros vínculos personales son estrechos y nos vemos regularmente. Lo único que faltaba hasta ahora era una visita de Estado. Hoy y mañana vamos a llenar ese vacío. España ocupa un lugar especial en nuestro corazón. En primer lugar porque comenzamos a compartir nuestra vida juntos en su país. El flechazo surgió en la Feria de Abril de Sevilla, hace 25 años. El resto es historia», ha dicho.
Pero eso no es todo. El rey Guillermo ha confirmado, además, con sus palabras, que su hija mayor ha estado viviendo un año en nuestro país. En concreto, en Madrid. «El año pasado, las circunstancias requirieron que ella viviera en Madrid por un tiempo. Desde allí, pudo continuar sus estudios en la Universidad de Ámsterdam», ha contado para inmediatamente después, pronunciar cuatro frases en español: «conexión especial», «el sol español», «gracias» y «¡Viva España!».
Menú de excepción con vajilla Blossom Panache
Los preparativos para esta cena de Estado comenzaron hace dos meses, cuando los chefs del Palacio diseñaron dos menús que presentaron a los reyes Guillermo y Máxima, quienes se encargaron personalmente de escoger uno compuesto por los siguientes platos: cóctel de cangrejo con espárragos, mousse de parmesano y vinagreta de bogavante; consomé de tomate con ñoquis de albahaca y rabo de toro; filete de cordero a las hierbas; polenta a la sartén con berenjena asada y verduras; de postre, tartaleta de caramelo con crujiente de nata y sirope de chocolate.
Asimismo, los sommeliers se encargaron de elegir los vinos de la bodega real. Los platos, según ha podido saber LOOK, se han servido en la vajilla Blossom Panache, con el monograma del Rey grabado en oro y en el reverso la franse «firme en mares turbulentos».