Andrés y Enrique, ‘enfrentados’: del arrepentimiento a la ‘sed de venganza’
El príncipe Andrés ha quedado relegado de la Familia Real Británica por los escándalos que le han salpicado en los últimos años.
Desde que se viera salpicado por el caso Epstein, la situación del príncipe Andrés ha ido de mal en peor. A pesar de que zanjó la demanda de Virginia Giuffre con un acuerdo del que trascendieron algunos detalles, la falta de juicio no permitió que el hijo de la Reina Isabel demostrara su inocencia y, por tanto, su imagen nunca se ha recuperado. Es más, aunque ha insistido recurrentemente en retomar algún tipo de papel oficial -y algunas fuentes apuntan a que la Reina Isabel estaba dispuesta a ‘rehabilitarle’ de alguna manera-, lo cierto es que le duque de York vive al margen de ‘La Firma’, desvinculado completamente de cualquier compromiso. Eso sí, ha conseguido permanecer, por el momento, en el Royal Lodge, tras varias semanas de rumores de un posible traslado a Frogmore Cottage, un lugar mucho más acorde a su nueva situación.
Aunque se ha comentado en muchas ocasiones que el comportamiento del duque de York ha afectado de manera dramática a la imagen de la Corona, la realidad es que el duque de York nunca tuvo la intención de generar perjuicio a la institución, sino todo lo contrario. Así lo asegura una fuente cercana al príncipe Andrés, que mantiene que el hermano de Carlos de Inglaterra no es como los duques de Sussex, que han vertido comentarios y acusaciones muy negativas sobre la Familia Real, de manera deliberada y totalmente consciente.
Tal como ha revelado esta fuente, el príncipe Andrés lamenta profundamente el daño que le ha causado a la institución y sostiene que nunca fue intencionado. Sin embargo, la situación del duque de York es diferente a la de los Sussex. Esta misma fuente, a la que ha tenido acceso el diario británico Express, declara que la situación del hermano del monarca no tiene nada que ver con los Sussex, que dieron un paso atrás en sus responsabilidades de manera deliberada y ha aceptado con resignación las consecuencias de sus decisiones, sin buscar ‘venganza’. De hecho, Andrés permanece en un discreto segundo plano, supeditado a lo que le pida el Rey e intentando, en la medida de lo posible, reparar el daño hecho.
Es más, el propio Enrique se ha quejado en alguna ocasión de que a su tío se la habría dado un ‘trato de favor’ y se le ha permitido mantener su casa y la seguridad, a pesar de haber estado envuelto en polémicas de índole sexual: «Cualesquiera que sean las quejas que la gente tenía contra nosotros, los delitos sexuales no estaban en la lista», ha comentado alguna vez el duque de Sussex. Sin embargo, la gran diferencia es que Enrique y Meghan Markle decidieron dar un paso atrás, mientras que a Andrés no le quedó otro remedio que retirarse por unos escándalos de los que está profundamente arrepentido.