Catalina desafía el recuerdo de Diana de Gales: impone su propio estilo
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Catalina Middleton no quiere ser igual que su suegra. A pesar de que la nueva princesa de Gales lleva muchos años haciendo guiños constantes a la madre de su marido -el último de ellos, precisamente, en la coronación de Carlos III-, Catalina quiere aportar su propio estilo a un título que lleva ‘vacante’ desde la muerte de Lady Di. Y es que a pesar de que Camila Parker Bowles podría haber llevado el título como mujer del príncipe de Gales, lo cierto es que, por evitar mayores polémicas, la nueva reina prefirió recurrir a uno de los títulos subsidiarios del monarca, en este caso, el de duquesa de Cornualles.
Ya el pasado mes de septiembre, tras la muerte de la Reina Isabel, cuando Carlos III confirmó que Guillermo y Catalina recibirían el título de príncipes de Gales, desde el Palacio de Kensington anunciaron que la nueva princesa quería dejar su propia impronta en el título, sin tener que estar pendiente de manera constante del recuerdo de Diana. Y así está siendo. Más de una década después de su boda con el príncipe Guillermo, Catalina se ha convertido en uno de los miembros más importantes para la institución, hasta el punto de que varios sectores ven en los príncipes de Gales los verdaderos representantes de la Corona, por encima del monarca, cuya popularidad ha sido muchas veces cuestionada.
Hace unos días, Catalina mostró su imagen más regia en la coronación de Carlos III. Solemne, impecablemente vestida, con la capa de Dama Gran Cruz de la Real Orden Victoriana y con un tocado que más bien parecía una tiara, la princesa de Gales se convirtió en una de las grandes estrellas de la jornada. A pesar de los pendientes de perlas y diamantes de Diana de Gales, en aquel momento, era Catalina la que encarnaba a la perfección el futuro de la institución.
Según explica la periodista … la actual princesa de Gales está viviendo un profundo proceso de transformación y, aunque no quiere en ningún caso que el recuerdo de Diana se apague, sí que tiene por objetivo renovar la imagen del título de princesa de Gales, para que no permanezca lastrado por un pasado que no va a volver y que, de alguna manera, resulta trágico. Es necesario darle un aire nuevo a la institución y dejar atrás el pasado, solo para homenajes puntuales.
Aunque ahora es Carlos III, el monarca es consciente de que las estrellas de la monarquía son los príncipes de Gales. Algo que Catalina sabe y además, también está al tanto de lo importante que es que ambos proyecten una imagen diferente a la que proyectaban los padres de Guillermo. La visión de una familia cercana a los británicos, feliz, que afronta junta las dificultades y permanece unida es quizá una de las claves para la supervivencia de la institución. Por eso, no es extraño que los príncipes de Gales compartan en sus actos oficiales detalles de su vida privada, que hacen que los británicos empaticen con ellos y, de alguna manera, incluso se puedan identificar.
Ahora comienza de verdad una nueva etapa para Catalina y para Guillermo, en la que la princesa de Gales no quiere vivir a la sombra de Diana, sino crear su propio camino y dejar su huella personal. Algo que ha aprendido de la Reina Isabel, de la que ha sido su alumna más aventajada y eso se nota en cada uno de sus pasos.