La ‘inesperada traición’ de Carlota Casiraghi a la memoria de Grace Kelly
La hija de Carolina de Mónaco acaba de convertirse en imagen y embajadora de Chanel.
Carlota Casiraghi ha dado un paso al frente. La hija de Carolina de Mónaco se ha convertido en la nueva embajadora oficial de Chanel. Una esperada noticia que han confirmado fuentes oficiales de la Maison. La sobrina de Alberto de Mónaco cierra así su etapa como imagen de otras marcas como Gucci o Yves Saint Laurent en un movimiento que muchos estaban esperando, como digna sucesora de su madre.
“CHANEL se complace en anunciar que, a partir del 1 de enero de 2021, Charlotte Casiraghi se convertirá en embajadora y portavoz de la Maison. También encarnará la campaña de la colección prêt-à-porter primavera-verano 2021 imaginada por Virginie Viard, fotografiada en Mónaco por Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin», ha confirmado la firma a través de un comunicado. En un vídeo promocional de la marca, la propia Carlota confirmaba que su relación con la Maison se remonta tiempo atrás, prácticamente desde que era una niña : “creo que he nacido con Chanel”, dice la hija de Carolina de Mónaco. “Recuerdo fotos de mi madre embarazada vestida de Chanel, fotos hechas por Karl Lagerfeld”, afirma.
Porque la historia entre Carolina de Mónaco y el káiser de la moda va paralela a la de Chanel y el Principado y tiene ahora en la hija de la Princesa su culminación: “este anuncio sella una larga relación basada en la confianza y la amistad, iniciada por Karl Lagerfeld y continuada hoy por Virginie Viard. Cercana a la casa desde su adolescencia, fotografiada por la diseñadora para el libro ‘The Little Black Jacket: Chanel’s Classic Revisited’, de Karl Lagerfeld y Carine Roitfeld, en 2012, Carlota Casiraghi siempre ha sido fiel a la House, asistiendo a numerosos eventos y espectáculos de Chanel y luciendo regularmente sus creaciones”, aseguran desde la marca.
A pesar de que Carlota Casiraghi ha apostado por la Maison en numerosos momentos de su vida, lo cierto es que en los últimos años no ha sido especialmente fiel a la marca, sino que ha diversificado sus opciones. Una actitud que contrasta con la de sus cuñadas, por ejemplo, que en los últimos tiempos han sucumbido a los encantos de Dior, firma que recuerda a la herencia de Grace Kelly.
Entre Grace Kelly y el entonces director creativo de la casa Dior, Marc Bohan, se forjó una especial relación de amistad. La Princesa confiaba plenamente en el modista y se puso en sus manos para que la ilustrara sobre cómo debía desempeñar su nuevo papel de princesa de la manera más profesional posible. Grace no quería desviarse de las normas que marca el protocolo, pero a su vez necesitaba aportar un toque de modernidad al Principado, lo cual consiguió gracias a su vestidor, en el que cabían numerosas firmas, pero Dior era la principal de ellas. La casa Dior fue la responsable de algunas de las creaciones más memorables que llevó la Princesa. En un primer momento, sus hijas, las princesas Carolina y Estefanía, heredaron la fidelidad de su madre a la firma, pero esto cambió con el tiempo. De hecho, la hoy princesa de Hannover lució diseños de Dior en sus bodas con Phillipe Junot y Stefano Casiraghi. Estefanía, más ecléctica, solo apostaba por la marca en contadas ocasiones.
Sin embargo, la muerte de Grace en 1982 supuso una ruptura con la firma, que acabó de confirmarse con la sustitución de Bohan por Gianfranco Ferré en 1989. Fue en ese año cuando Lagerfeld, que ya había conseguido estrechar lazos con Carolina de Mónaco, amplió su hegemonía en los armarios de Mónaco.
Los últimos años han sido eclécticos en términos de moda. Pese al imperio del káiser, a su muerte, parecía que las nuevas generaciones estaban volviendo a la tradición marcada por Grace Kelly. Al margen de la princesa Charlene que, pese a ser la Primera Dama lleva un ritmo distinto, lo cierto es que tanto Beatrice Borromeo como Tatiana Santo Domingo, las dos grandes damas de la nueva generación -con permiso de las hijas de Estefanía de Mónaco y de Marie Ducruet que van en otra línea-, han hecho de la casa Dior de Maria Grazia Chiuri una de sus firmas de referencia. Una tendencia a la que parece que también se ha sumado la hija menor de Carolina de Mónaco, la princesa Alexandra de Hannover quien, pese a haber sido fiel a Chanel en sus primeros años, ahora le ha hecho un gran hueco a Dior en su armario.
Hasta ahora, parecía que la vuelta a Dior estaba más que clara, sobre todo porque Carlota Casiraghi no se había decantado por nadie en este gran duelo, sino que se había prestado como imagen de marcas como Gucci o Yves Saint Laurent. Con este cambio en la hija de Carolina de Mónaco se abre un gran debate en el ámbito del estilo. ¿Supondrá el retorno del káiser como auténtico líder de la elegancia en Mónaco? ¿es una ‘traición’ por parte de Carlota a su abuela en un momento en el que las tornas se volvían hacia su herencia? ¿será ella quien encarne el súmmum de la glamour por encima de sus cuñadas?. El tiempo, como siempre, decidirá.